Óscar Puente ha abierto ahora la puerta a la entrada de capital extranjero en el accionariado de Talgo. Con las negociaciones in extremis en el caso Talgo -el propio Gobierno quiere cerrar el tema antes del 31 de enero-, el ministro de Transportes reconoce ahora estar abierto a la inversión extranjera para asegurar la viabilidad de la compañía española. Con un matiz: siempre y cuando se mantenga la mayoría española en el capital y, por tanto, no se ponga en peligro la "españolidad" de Talgo. 

"Las premisas para el Gobierno de España son claras. Queremos mantener la españolidad de la empresa, queremos que las decisiones en materia industrial se sigan produciendo en España y, obviamente, eso no cierra la puerta a posibles alianzas con empresas de otros lugares, de otros países, pero manteniendo siempre la capacidad de decisión en nuestro país", ha explicado Puente en Londres durante una visita oficial para reunirse con su homóloga británica, Heidi Alexander.

Es decir, Puente estaría a favor de contar con capital extranjero en el accionariado de Talgo siempre que fueran participaciones minoritarias y que, por ende, el máximo del capital estuviera en manos de una empresa española. Tal y como están las cosas, todo apunta que esta empresa española será Sidenor, la siderúrgica vasca que ha reiterado su interés en entrar en el fabricante de trenes desde hace meses y que, días antes de cerrar el ejercicio 2024, dio una especie de ultimatum para cerrar el tema. El consejo de Talgo no tomó la decisión en su última reunión del año y el mes de enero ha arrancado con negociaciones in extremis para proteger la capacidad de producción presente y futura de la compañía española cuanto antes, previsiblemente antes de que acabe el mes. 

¿Pesa o Jupiter Wagons?

Las últimas palabras de Puente, abriéndose ahora a la entrada de capital extranjero, aumentan la incertidumbre en el culebrón ya que parece que el Gobierno vería con buenos ojos la compra de un porcentaje minoritario de Talgo por parte de las empresas extranjeras interesadas en entrar en la compañía. En las últimas semanas, han aparecido dos empresas radicadas fuera de España con interés en hacerse con parte del capital del fabricante de trenes nacional. Por un lado, la polaca Pesa, dependiente del Gobierno local y una especie de SEPI española. Por otro lado, la empresa india Jupiter Wagons.

Ambas tendrían la experiencia suficiente en el sector para ayudar a Talgo a hacer frente a la amplia cartera de pedidos que tiene actualmente y que prevé incluso aumentar en el futuro. De hecho, Talgo ha formalizado acuerdos y colaboraciones en los últimos meses con Pesa. Sin embargo, el Gobierno ha estado hasta ahora centrado en encontrar una solución española para Talgo, siempre con el objetivo de proteger el carácter nacional de la compañía, así como su autonomía estratégica. Es más, el Ejecutivo vetó en verano la opa lanzada por el grupo húngaro Magyar Vagon, dependiente del gobierno de su país, alegando falta de "seguridad nacional" para España. 

Esto parece haber cambiado y ahora el ministro de Transportes está abierto a posibles alianzas con empresas extranjeras para asegurar la capacidad industrial de Talgo, siempre que el control y el poder de decisión permanezca en manos de capital español. Y es que Puente ha asegurado, en línea con estas declaraciones, que la prioridad del Ejecutivo en estos momentos es que el cambio en el accionariado se produzca "cuanto antes".

El objetivo del Gobierno es que el cambio se produzca "cuanto antes"

El propio Puente ha reconocido que la compañía necesita ya "certidumbre", algo que falta desde hace más de un año cuando se empezó a hablar del final del pacto entre accionistas y de la previsible salida de uno de sus principales fondos, Trilantic, con un 29,9% de participación. Este casi tercio del capital de Talgo ha sido objeto de interés desde entonces y no han dejado de aparecer compañías e inversores interesados en entrar en el capital de Talgo, desde españoles hasta extranjeros.

Ahora, con un llamamiento ya a cerrar el culebrón antes de que termine el mes de enero, parece que la opción más viable sería la vasca Sidenor, que cuenta con el apoyo de su gobierno autonómico, con el apoyo económico de las fundaciones de entidades financieras vascas y, aparentemente, también con el visto bueno del Gobierno central que, en este caso, no vetaría la operación por asegurar la "españolidad" de la compañía en caso de que Sidenor se quede finalmente con ese casi 30% de Trilantic. En caso de que se integraran nuevos accionistas -en este supuesto entrarían las empresas de capital extranjero- la adquisición podría incluso llegar al 100% de Talgo, lanzándose así una nueva opa sobre otra compañía española. Otra más.

Mientras tanto, fuentes sindicales han reconocido en las últimas horas que las plantas de Talgo en España, una en Álava y otra en Madrid, están recibiendo visitas de empresas interesadas en las últimas semanas. El propio Puente hizo lo propio con su visita a la planta de Sidenor en diciembre, antes de que cerrara al año, mientras que en los últimos meses las fábricas de producción de Talgo no han dejado de recibir visitas de directivos interesados en entrar en el capital de la compañía.

El Gobierno es uno de los principales interesados en cerrar esta incertidumbre en Talgo, tanto por ser una empresa considerada "estratégica" -como muchas otras- como por tener abierto un proceso sobre los retrasos en la entrega de los trenes Avril, encargados por Renfe y entregados por Talgo hace apenas unos meses. Renfe impuso una multa económica por el retraso al fabricante ante la que Talgo tendría pensado recurrir. Mientras tanto, los trenes Avril han provocado varios fallos en la circulación ferroviaria en los últimos meses, el último de ellos el pasado 1 de enero de 2025, en lo que Puente calificó hace unos días de "efecto 2000 en 2025"

Transportes no va a unir Adif, Renfe y Talgo en una sola empresa

Frente a algunas de las informaciones publicadas en los últimos días, que apuntaban a un posible plan del Gobierno para integrar Renfe, Adif y Talgo, el ministro responsable de la cartera de Transportes lo ha desmentido "tajantemente". Puente ha explicado ante los medios que la normativa europea no permite unir el gestor de la infraestructura ferroviaria, Adif, con el operador público de trenes, Renfe, y, al mismo tiempo, meter a Talgo en la ecuación. "No tendría sentido", ha asegurado el ministro, alegando que Renfe tiene que trabajar con más fabricantes de trenes para mantener su capacidad. 

Precisamente también se ha pronunciado sobre Renfe, matizando las palabras que lanzó hace apenas unos días, en las que deslizaba que el Gobierno tenía la intención de convertir a Renfe en una cotizada a raíz de una comparativa con Aena, el gestor de los aeropuertos españoles. "Fue una expresión un tanto tosca, que puede tener muchas explicaciones. En este momento no estamos pensando en eso (en la posibilidad de que cotice), sino en dotarla de la eficiencia que ha demostrado Aena en su sector, una empresa rentable, con unos índices de calidad y atención al cliente muy buenos y que funciona magníficamente bien", ha explicado Puente.

"Ojalá seamos capaces de hacerlo tan bien que, en un horizonte temporal, que desde luego no va a ser los próximos cinco años, Renfe, por qué no, pudiera sacar parte de su capital a la bolsa. Pero eso no está en el horizonte temporal inmediato ni a medio plazo", ha avanzado el ministro, desmintiendo así que la intención del Ejecutivo sea lanzar a bolsa el operador ferroviario público, al menos de momento. También en este caso, el Gobierno se aseguraría que Renfe mantuviera su carácter público y, obviamente, la mayoría accionarial del Estado en su capital. Así está cotizando Aena, con un 51% de su capital de carácter público. "Mi expresión de que queremos hacer de Renfe una Aena, tómenla con mucha cautela, porque no es literal", ha matizado el ministro. 

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