El futuro de Talgo sigue en el aire a la espera de alcanzar un acuerdo entre los socios actuales y los interesados en entrar en el capital del fabricante de trenes. Sidenor, el que parece el mejor socio estratégico para la compañía, ha trasladado ya una oferta a Trilantic, uno de los propietarios de las acciones de Talgo, para hacerse con casi un tercio de la compañía, concretamente un 29,9%. Con esta operación, el inversor industrial vasco entraría en el capital de la compañía con el fin de asegurar su capacidad de negocio a futuro. Sin embargo, Trilantic no habría aceptado la oferta de Sidenor para hacerse con casi un tercio de Talgo.
El inversor interesado en entrar en Talgo es considerado de carácter estratégico por su capacidad industrial. De hecho, lo que necesita Talgo desde hace meses es un socio industrial y no tanto un socio inversor. Y es que la compañía no tiene problemas de viabilidad económica o de rentabilidad, sino que necesita del conocimiento y la capacidad de un socio industrial que le permita hacer frente a la cartera de pedidos actual y futura.
Trilantic no aceptaría la oferta de Sidenor
Así, Sidenor ha ido un paso más y en los últimos días ha presentado una oferta a Trilantic, el mayor accionista de Talgo, para adquirir su participación del 29,9% del capital. El interesado ya reveló a primeros de octubre su intención de adquirir todo o una parte del capital social de Talgo. Sin embargo, con la información conocida hasta ahora, parece que Trilantic no considera suficiente la oferta presentada por Sidenor para comprar su casi tercio de Talgo y pide aumentar el precio.
Trilantic es uno de los grandes propietarios del capital de Talgo. Sin embargo, el mayor accionista de Talgo es Pegaso, una sociedad formada por el propio fondo Trilantic, la familia Abelló y algunos miembros de la familia Oriol, fundadores de la compañía, con un 40,2% del capital. Esto supone que la decisión de aceptar o no la oferta de Sidenor podría no solo depender de Trilantic como tal, sino del conjunto de accionistas que conforman Pegaso.
Mientras tanto, Santander Asset Management, la gestora de Banco Santander, comunicaba hace apenas unos días haber aflorado una participación del 1,3% en el capital de Talgo. Un movimiento que se realiza en un momento clave para la compañía ya que no solo hay interés en entrar en el capital por parte de Sidenor, o de otros socios, sino que los propios accionistas presentes en el capital de Talgo buscan un inversor que compre parte o todo el capital del fabricante de trenes. No obstante, la gestora de Banco Santander ha asegurado al mercado que este operación no supone romper umbrales significativos en el capital de la compañía.
¿Qué papel juega el Gobierno en Talgo?
El Gobierno ya jugó un papel clave en el presente y futuro de Talgo en el momento en que vetó la opa del gigante húngaro Magyar Vagon por considerar que no respetaba la “autonomía estratégica” y la “seguridad nacional”. El Consejo de Ministros vetó la operación y la compañía, y los propios sindicatos, respondieron pidiendo un plan B. Ahora, con el interés de Sidenor, del Gobierno vasco y del propio lehendakari -que prometió buscar un socio industrial para Talgo- el Gobierno central vuelve a salir a la palestra en el caso Talgo.
Hace apenas unos días, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, mencionó como posibilidad la entrada de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en Talgo para acompañar a Sidenor en la compra de la compañía. Puente explicó que el papel del Gobierno en esta operación está "aún está por determinar". No obstante, dejaba claro que el Ejecutivo estará "para cooperar y ofrecer todas las soluciones que se puedan". "Nosotros estamos para acompañar a Talgo en este camino en el que lo que estamos buscando es más capacidad industrial y una nueva composición accionarial que le dé también estabilidad de futuro", aseguró Puente. Es decir, la entrada de la SEPI se haría en colaboración con Sidenor y los posibles nuevos socios de Talgo.
Talgo cuenta con una planta en Rivabellosa, en la provincia de Álava, con una plantilla de alrededor de 700 trabajadores sin incluir el personal eventual y el de empresas auxiliares que trabajan para la compañía. En toda España, la compañía cuenta con cerca de 2.500 trabajadores directos, con una importante planta también en la Comunidad de Madrid, concretamente ubicada en Las Rozas. El Gobierno vasco ha dejado claro su apoyo a la compañía en los últimos meses y se ha comprometido a proteger su futuro.
Talgo necesita un socio industrial para cumplir con sus pedidos
Más allá de los movimientos u operaciones en el capital de Talgo, el fabricante de trenes nacional ha presentado sus cuentas financieras hace apenas una semana, con un beneficio neto de 6,7 millones de euros hasta septiembre. La compañía explica en su balance de resultados haber hecho frente a mayores gastos financieros en este periodo mientras, en paralelo, ha logrado aumentar sus ingresos. Talgo defiende en sus cuentas el "buen momentum comercial" en el que se encuentra y que respalda sus expectativas en los principales mercados ferroviarios europeos, con una "alta visibilidad comercial a futuro". Una visibilidad apoyada en el proceso de descarbonización del transporte a nivel mundial.
En cifras, Talgo ha identificado oportunidades en pedidos atendidos activamente que ascienden hasta los 10.500 millones de euros. Si algo queda claro en todo lo que ha ocurrido con Talgo en el último año, desde que se anunciara oficialmente el interés del grupo húngaro Magyar Vagon en su negocio, es que la compañía tiene viabilidad económica y goza de una buena salud financiera. Lo que necesita es un socio industrial que le permita aumentar su capacidad y aportar el conocimiento necesario para hacer frente al volumen de pedidos de la compañía. Esta situación se refleja en la cartera de pedidos actual de Talgo, por valor de 4.000 millones de euros, con pedidos registrados hasta septiembre por valor de 228 millones de euros, así como por otros 508 millones de euros firmados en octubre, fuera del periodo de las cuentas presentadas la semana pasada.