En la España de Vox, el verano de fiestas patronales y procesiones está en peligro por la llegada masiva de inmigrantes africanos contrarios a nuestra cultura y a la identidad folclórica del pueblo español. Y ese riesgo, alegan, exige mano dura y blindaje policial.
No ha pasado ni diez días desde que las aguas han vuelto a templarse en el municipio murciano de Torre Pachecho, escenario de batallas campales durante los últimos días, y Vox sigue explotando el filón de lo que denomina “invasión inmigratoria” para seguir subiendo los decibelios de su discurso contra todo lo islámico. Mensajes que, por otro lado, tan buen rendimiento le está dando en las encuestas.
Los de Abascal quieren más policías y más medios para garantizar la seguridad ciudadana durante las fiestas populares que se desarrollan durante todo el verano en nuestro país. En paralelo, Vox alienta el miedo a otro agosto caliente con llegadas masivas de inmigrantes que unen, directamente, a un “alarmente” incremento de delitos en las calles. Delitos que no contabilizan cuando, en esos mismos festejos, los autores son ciudadanos nacionales.
“Los meses de verano se caracterizan por la celebración de las fiestas patronales en numerosos municipios de nuestra geografía y así como una mayor actividad al aire libre”, explican. “Ello, unido al incremento de la inmigración ilegal durante este periodo, requiere una respuesta adecuada por parte de los poderes públicos para garantizar la seguridad ciudadana, toda vez que los eventos congregan a miles de personas en espacios públicos y turísticos, lo que justifica una presencia policial proporcionada”.
Según los cálculos que hace Vox, España recibirá este verano “unos 12.000 inmigrantes ilegales”. Por ello, su portavoz, Pepa Millán, acaba de registrar una proposición no de ley en el Congreso que insta al Gobierno a incrementar el número de efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado “en aquellas zonas donde se celebren festivos regionales” y dotarles de “medios materiales, humanos y económicos” que garanticen su seguridad.
Tomando como referencia lo ocurrido en Torre Pacheco, donde la ultraderecha movilizó a ultras de toda España en una operación que animaba a la caza de los migrantes, Vox dice ahora que “la inacción y la desidia del Gobierno” ha “merecido la respuesta del pueblo español, que se manifiesta contra la inseguridad de sus calles”. Por eso, piden también al Gobierno “deportar de forma inmediata a todos los migrantes ilegales presentes en territorio español” y “ejecutar de forma preferente y urgente todas las órdenes de expulsión que pesen sobre inmigrantes en suelo español”.
Vox sigue en sus trece con su política de expulsiones masivas, y a la deportación de ciudadanos en situación irregular, unen también la expulsión de “aquellos inmigrantes legales que cometan delitos graves o hagan del delito leve su forma de vida”.
La proposición no de ley registrada por Vox es casi un decálogo de su programa electoral en su materia estrella: la persecución al inmigrante y la criminalización de todo lo islámico. Ahora, abogan también por el cierre de mezquitas o centros de culto “que propaguen ideas contrarias a nuestra cultura e identidad, a nuestras costumbres y a la igual dignidad entre hombres y mujeres”, y el cierre de “cualquier tipo de centro de acogida de inmigrantes ilegales” que esté en funcionamiento al ser, en su opinión, “un foco de inseguridad en nuestras calles”.