Un grupo húngaro prevé lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) por el 100% del capital de la empresa española de fabricación de trenes Talgo. El valor de la operación ascendería a los 617 millones de euros, lo que eleva el precio de la acción a los cinco euros. A primera hora de la mañana, la propia empresa ha reconocido haber recibido "una manifestación preliminar de potencial interés" por parte de un grupo empresarial húngaro, tal y como han comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En esta comunicación, Talgo ha señalado que "hasta donde conoce", no existe ningún tipo de decisión por parte de dicho inversor en relación con la posible OPA "ni certeza de que éste vaya a seguir analizando la operación". Por el momento, ha transcendido que el holding familiar se encuentra en conversaciones con el consejo de administración del fabricante de trenes español, actualmente en propiedad del fondo de inversión Trilantic. No obstante, tras conocerse las primeras informaciones, la CNMV ha tomado medidas cautelares.

Concretamente, ha suspendido cautelarmente la cotización de las acciones de Talgo en Bolsa. En el momento de la suspensión, las acciones de Talgo cotizaban a 3,92 euros, con lo que, de materializarse la OPA del grupo húngaro, la prima a los accionistas por aceptar la oferta superaría ahora mismo el 27,5%. En menos de una hora, la CNMV ha levantado la suspensión y Talgo ha retornado a los mercados con una subida del 13,5%.

Pasados unos minutos de su vuelta, a las 10.20 horas, las acciones de Talgo ampliaban su subida al 14,18%, hasta intercambiarse a un precio de 4,47 euros, por debajo del precio ofrecido por el grupo húngaro En concreto, el precio ofertado por el holding húngaro supondría una prima del 27,7% sobre el precio que marcaban los títulos de Talgo (3,915 euros) antes de conocerse la operación, pero ahora la distancia no sería tan abultada.

Un negocio cada vez más rentable

Hace tan solo dos días, Talgo comunicaba que durante los nueve primeros meses del año había nuevos pedidos por valor de 1.900 millones de euros, lo que catapulta hasta los 4.200 millones su cartera total de pedidos. Esta cifra supone un máximo histórico para la compañía fabricante de trenes. Estos datos, publicados por la CNMV este martes, han mejorado las previsiones de la empresa para el conjunto del año a raíz del impulso comercial registrado en este periodo.

En ese sentido, la cartera de proyectos aumentó un 52%, tras los nuevos pedidos recibidos, tratándose principalmente de extensiones de contratos con los operadores europeos, lo que supone un menor riesgo de ejecución y márgenes más estables. Del total de la cartera, el 50% corresponde al negocio de fabricación de trenes, el 46% a su mantenimiento (dentro del presupuesto en todos los mercados) y el restante 4% a reparaciones y otras partidas.

Los tres principales datos que aporta en su balance trimestral son los relativos a los ingresos, que suben un 34%, hasta los 470 millones de euros; al Ebitda ajustado, que se incrementa un 68% hasta los 64,5 millones de euros, y el margen de rentabilidad, que pasa a ser del 13,7% desde el 10,9% anterior. En cuanto a las perspectivas para el conjunto del año fiscal 2023, Talgo espera mantener este margen en el 13%, frente a la previsión anterior del 12%, y ejecutar un 45% de la cartera de 2022 a lo largo de 2023 y 2024, en contraste con el 40% anterior.

No obstante, más allá del optimismo propiciado por los resultados, la empresa es prudente y reconoce retos actuales ante los que hay que estar prevenidos, sobre todo las "incertidumbres macroeconómicas y geopolíticas", que asegura que siguen condicionando los resultados por la parte de la cadena de suministro y el incremento de los costes por la inflación. Para evitar estos riesgos, continuará implementando medidas para mitigar los riesgos de los proyectos y proteger los márgenes, mediante cláusulas de indexación, repercusión de los gastos financieros relacionados con la financiación de los proyectos y la ampliación de la base de proveedores.

Pese a todo, existe un punto negativo en las previsiones, procedente de la parte de la deuda financiera neta, cuya proporción sobre el Ebitda espera que crezca a 2,5 veces, frente al pronóstico anterior de 2 veces, debido al actual calendario de ejecución de los proyectos industriales, que ha incrementado la previsión de 'Necesidades Operativas de Fondos' para final del año.