Este miércoles tendrá lugar el tan esperado encendido del alumbrado navideño en Tejeda de la mano de Ferrero Rocher, un acontecimiento muy esperado que llega después de que este singular pueblo haya sido nombrado este lunes ganador de la campaña Juntos Brillamos Más de la marca. Tras meses de votaciones y una final muy reñida, este pueblo perteneciente a Gran Canaria, reconocido como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España, será el gran protagonista de la iluminación navideña nacional de este año, marcando además un momento lleno de emoción al ser el primer municipio de Canarias en acoger esta iniciativa.

Esta Navidad, Tejeda no solo se iluminará con miles de luces doradas, sino también con el orgullo colectivo de un pueblo que ha sabido resistir, reinventarse y conservar su esencia. La campaña de Ferrero Rocher, que cada año transforma a una localidad en símbolo de ilusión, unión y brillo compartido, ha puesto su mirada en este rincón único del interior de la isla.

Tras un proceso en el que participaron 17 pueblos, uno por cada comunidad autónoma, Tejeda logró competir en la final con Fuente del Maestre, en Badajoz. El anuncio fue comunicado al alcalde, Francisco Perera, quien destacó la noticia como un reconocimiento al esfuerzo de toda la comunidad y al valor de un municipio que, desde las alturas, ha sabido proyectarse sin perder sus raíces.

Desde este lunes, el pueblo ha vivido un ambiente especial con grúas, operarios y técnicos especializados trabajando en la instalación de las luces que, desde su encendido, transformarán calles, plazas y edificios. Los especialistas en iluminación de Ferrero Rocher visitaron Tejeda semanas atrás para estudiar con detalle la disposición del casco urbano y planificar un diseño que respetara su arquitectura tradicional y su entorno natural. El resultado será una iluminación pensada para realzar la belleza del pueblo sin alterar su identidad.

Una vez finalizada la campaña, el alumbrado quedará en propiedad del Ayuntamiento de Tejeda, que decidirá el horario de encendido y hasta qué fecha de 2026 seguirá iluminando el municipio. Al acto de encendido está prevista la presencia del presentador habitual de la campaña, el televisivo Jesús Vázquez, en una noche que promete emoción, visitantes y una importante proyección mediática.

Este año, además, la campaña ha llegado cargada de una novedad destacada, ya que por primera vez se ha apostado por una mayor diversidad geográfica, ampliando la iniciativa más allá de la Península y dando visibilidad a territorios como Canarias y Baleares. Desde la marca han señalado que el objetivo ha sido “poner en valor la riqueza patrimonial, las tradiciones y el talento local de cada rincón del país”.

Un pueblo de memoria, paisaje y resistencia 

Situado en el corazón montañoso de Gran Canaria, este pueblo invita a detenerse y mirar con calma. Sus calles blancas, sus tejados rojizos y el verde profundo de las montañas crean una estampa serena que conecta con la memoria viva de la isla. Pasear por Tejeda es respirar silencio, historia y autenticidad.

La historia del municipio está marcada por la resistencia y el renacer. Fue uno de los últimos refugios de los antiguos canarios frente a la conquista europea, y aún conserva un legado arqueológico de gran valor en torno al Roque Bentayga. Durante siglos, el aislamiento y la dureza del terreno forjaron una comunidad fuerte, acostumbrada a adaptarse sin perder su esencia. La agricultura, los bosques y la ganadería sostuvieron la vida y mantuvieron vivas las tradiciones.

Las casas blancas en Tejeda (Gran Canaria), perfectamente alineadas sobre las laderas
Las casas blancas en Tejeda (Gran Canaria), perfectamente alineadas sobre las laderas

Caminar por el casco histórico es una experiencia que va más allá del turismo. Aunque se puede recorrer en pocos minutos, cada rincón guarda historias. La Iglesia de Nuestra Señora del Socorro, junto al Ayuntamiento, marca el corazón del pueblo. A su alrededor, plazas tranquilas, callejuelas empedradas y pequeños miradores invitan a pasear sin prisa.

Tejeda también ha sabido sobreponerse a la adversidad. Incendios forestales y fuertes tormentas han golpeado el municipio en las últimas décadas, pero siempre ha logrado resurgir. Un símbolo de esa memoria colectiva es la escultura conocida como La Cesta de Tejeda, que rinde homenaje al trabajo agrícola y recuerda a una familia local fallecida durante una tormenta en 1946.

Más allá del casco urbano, Tejeda es también naturaleza en estado puro. El Roque Nublo, icono de la isla, se encuentra a pocos minutos en coche y ofrece una de las vistas más impresionantes de Gran Canaria. El sendero es corto y accesible, y la panorámica desde lo alto recompensa cada paso.

El Roque Nublo en Tejeda, Gran Canaria
El Roque Nublo en Tejeda, Gran Canaria

El Roque Bentayga, menos concurrido pero profundamente simbólico, permite acercarse a uno de los lugares sagrados de los antiguos canarios. En su base, un centro de interpretación ayuda a comprender su valor histórico y espiritual. También destacan rutas como la del Charco de La Paloma o el camino hacia La Culata, donde una pequeña cascada aparece en época de lluvias como un tesoro escondido.

El Roque Bentayga en Tejeda, Gran Canaria
El Roque Bentayga en Tejeda, Gran Canaria

Tejeda forma parte, además, del Camino de Santiago de Gran Canaria, una ruta que cruza la isla de sur a norte y permite descubrir su paisaje desde una mirada pausada y auténtica.

Sabores de cumbre entre tradición y alta cocina

Y si el entorno alimenta el alma, la gastronomía conquista los sentidos. Tejeda es tierra de almendros y dulces tradicionales. El bienmesabe, los mazapanes y la repostería artesanal forman parte de su identidad, especialmente visibles en el Mercadillo Agrícola y Artesanal que se celebra cada primer domingo de mes.

La Dulcería Nublo es parada obligatoria, famosa por sus palmeras gigantes y dulces caseros. Pero más allá de la repostería, el pueblo mantiene viva la cocina tradicional canaria con potajes, caldos, carne de cabra y guisos de toda la vida.

Para quienes buscan una experiencia diferente, el restaurante Texeda, del chef Borja Marrero, ofrece una propuesta de kilómetro cero que une tradición y vanguardia. Desde allí, el camino conduce a la Cruz de Tejeda, donde el Parador Nacional se alza como refugio en las alturas, con spa al aire libre y vistas espectaculares.

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