Este martes 31 de diciembre termina el año de las opas. 2024 ha sido el año en el que más ofertas públicas de adquisición de acciones (opas) se han lanzado en la economía española desde tiempos de la burbuja inmobiliaria. No solo BBVA ha intentado -y sigue intentando- hacerse con el negocio de Banco Sabadell. A la que pretendía ser la operación financiera del año se suman otras operaciones que han sido casi tan relevantes como el caso BBVA-Sabadell. La opa a Grifols -que curiosamente tiene su sede al lado de uno de los centros operativos del Sabadell en Sant Cugat del Vallès- o el culebrón sobre el futuro de Talgo han copado portadas y portadas de la prensa financiera especializada.
Alrededor de una decena de opas se han lanzado este 2024, desde el pasado 1 de enero hasta este martes 31 de diciembre. Con mayor o menor relevancia, cada una en su sector, han plagado de incertidumbre y de oportunidades el futuro de muchas empresas. Algunas se han quedado como un mero intento de opa, como es el caso de lo que ocurrió en Naturgy en el mes de julio. A día de hoy, estas son las grandes opas del 2024.
2024, el año de las opas
BBVA y Sabadell, a la espera del 2025
BBVA y Banco Sabadell son los absolutos protagonistas de la opa del año. El 30 de abril empezaba todo con un intento de fusión "amistosa" comunicado por carta por parte del presidente del BBVA, Carlos Torres, a su colega de Banco Sabadell, Josep Oliu. Sabadell rechazó la oferta por considerar que "infravaloraba" su banco y el pez grande no tardó en reaccionar a este no. Apenas diez días después, BBVA convirtió el intento de fusión "amistosa" en una opa "hostil" sobre la entidad alicantina.
La opa BBVA-Sabadell ha sido, sin duda, la operación empresarial más relevante del año y, a pesar de lo que esperaban mucho, va a cerrar 2024 con la incertidumbre en la que se ha enmarcado durante toda la segunda mitad del año, desde primeros de mayo. BBVA y Sabadell cerrarán el 2024 a la espera de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) den su visto bueno, o no, a la operación. El retraso en los planes de estudio de los reguladores aplaza también el punto clave y decisivo de la opa: el momento en el que los accionistas del Sabadell tengan que decidir si aceptan, o no, la oferta del canje de acciones propuesto por BBVA.
El calendario inicial del plan de BBVA contemplaba el cierre de este 2024 como la fecha en la que los accionistas de la entidad objeto de opa tendrían que dar su opinión a la operación. Una opinión que no se da con palabras, sino con una decisión financiera: vender o no vender. Los planes se han retrasado y los protagonistas de la opa tendrán que esperar hasta el próximo ejercicio para conocer el éxito, o el fracaso, de la que pretendía ser la operación financiera del año. De hecho, algunas fuentes se emplazan ya a mediados de 2025 para conocer el resultado de la opa del BBVA sobre el Sabadell. Lo que queda claro es que la opa BBVA-Sabadell tiene todas las papeletas para ser, de nuevo, la operación financiera del 2025.
Grifols, el informe de Gotham y la opa de Brookfield
El caso de la farmacéutica catalana Grifols ha sido diferente. Los problemas de Grifols, cuya sede está a apenas unos metros de distancia del centro corporativo de Banco Sabadell en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), empezaron nada más empezar el año. El 9 de enero la compañía despertaba con un desplome bursátil de incluso un 45% tras las acusaciones de "manipulación" de sus cuentas por parte de la firma de inversión Gotham City Research.
El fondo de inversión bajista sorprendía al mercado con acusaciones de manipulación de las cuentas internas de Grifols, con un mensaje alarmante para los inversores que ya avanzaba en X (la anterior Twitter) en la noche del lunes: "Gotham City Research cree que las acciones de Grifols no se pueden invertir y probablemente no valgan nada". "Creemos que Grifols manipula la deuda declarada y el resultado bruto de explotación (Ebitda) para reducir artificialmente el apalancamiento a 6x, cuando creemos que está más cerca de 10x-13x. Si estamos en lo cierto, entonces el capital de Grifols equivale a cero", denunciaba públicamente la firma de inversión en la red social.
Aquí empezaron los problemas de Grifols. Una situación que la familia fundadora y dueña de la empresa de hemoderivados catalana intentó arreglar en verano. A primeros de julio, la familia Grifols anunció que estaba negociando una opa de exclusión de la compañía, lo que supondría su salida de bolsa, junto al fondo de inversión Brookfield para poder mantener así el control de la compañía. Esta opa tendría como objetivo quedarse con la totalidad del capital social de la empresa catalana de hemoderivados y, en la práctica, mantener el control familiar de la compañía con sede en Sant Cugat del Vallés.
"Si Grifols cree que es buena vía para reforzarse, bienvenida sea" -celebraba en su momento el ministro de Economía, Carlos Cuerpo- "Dentro del marco de la libertad de empresa, de la libertad de mercado, si la empresa considera que esto puede ser una buena vía hacia adelante para reforzar su posición y avanzar precisamente en cuanto a esa estabilidad de mercado que necesita, pues bienvenida sea". Los mercados también recibieron la noticia con subidas de la acción, rozando un 20% de subidas. Mientras la familia Grifols anunciaba esta opa con Brookfield, la CNMV se mantenía inmersa en el análisis de la situación actual de Grifols, un estudio que arrancó tras el "ataque" del fondo internacional Gotham City acusando a la compañía de falsear sus cuentas.
Meses más tarde, a finales de noviembre, el fondo de inversión Brookfield decidió echarse atrás en la operación para mantener el control familiar de Grifols. El fondo decidió retirar la oferta por "desacuerdos" sobre la valoración del fabricante de hemoderivados, con sede en Sant Cugat. Apenas días después, Grifols respondía lanzando una emisión de bonos garantizados por 1.300 millones y extendiendo su línea de crédito revolving para poder refinanciarse. Y así es como Grifols cierra el 2024, refinanciada, con la familia fundadora en su capital y siendo una cotizada en la bolsa española. Todo ello mientras se mantiene el caso judicial tras las acusaciones de "falsear sus cuentas" lanzadas por Gotham nada más empezar el año. Habrá que esperar también al nuevo año a ver cómo evoluciona el caso.
Talgo, de húngara a ¿vasca?
El caso de Talgo empezó ya a finales de 2023. En este caso, los rumores sobre una posible opa se confirmaron ya en los primeros meses de 2024, en febrero, tras haberse disparado el precio de sus acciones ya en noviembre del ejercicio anterior. El 9 de febrero de 2024, la CNMV iba más allá de los simples rumores y decidía suspender la cotización de la compañía en la bolsa española ante una opa que se preveía inminente. La del grupo húngaro Magyar Vagon. Este fue el primer capítulo en el culebrón Talgo que ha marcado la actualidad empresarial del año, casi al nivel de la opa BBVA-Sabadell.
Magyar Vagon se posicionó como el primer postor de Talgo ya en febrero. Sin embargo, no parecía ser la única empresa interesada en el fabricante de trenes nacional. Y menos mal. El grupo húngaro presentó la opa oficialmente el 7 de marzo de 2024 en una operación que valoraba la compañía dedicada a la fabricación de trenes en 619 millones de euros. Todo ello pese a la ya anunciada oposición del Gobierno español, que tenía un papel clave en esta historia.
Ya en ese momento, el ministro de Transportes, Óscar Puente, dejó claro que el Gobierno "haría todo lo posible" para evitar la opa húngara sobre el negocio español. Y vaya si lo hizo. A finales de agosto -con muchos todavía de vacaciones- el Gobierno anunció el veto a la operación lanzada por el grupo húngaro sobre el negocio de Talgo. En ese momento justificó su decisión por razones de "seguridad nacional" y protección de su "autonomía estratégica". El Ejecutivo cumplió con su promesa de "hacer todo lo posible" para evitar la entrada del gigante húngaro en el capital de Talgo.
Mientras tanto, fueron apareciendo otros nombres como alternativas al grupo húngaro. Es el caso de Skoda, que a mediados de julio propuso al consejo de Talgo una fusión, en concreto una “combinación de negocios y de integración industrial” como alternativa a la opa húngara. Ante esto, Talgo pidió más información a Skoda para decidir si aceptar, o no, la propuesta. Una oferta que finalmente no gustó al consejo de Talgo.
El Gobierno seguía enrocado en el no a Magyar Vagon y, en sucesivas ocasiones, reconoció estar buscando un socio privado complementario para entrar en el capital de Talgo. Incluso sonó el nombre de CriteriaCaixa para entrar como socio inversor para el fabricante de trenes. Sin embargo, el socio salvador para Talgo no parece haber llegado hasta el último trimestre del año. A mediados de octubre empezaban a surgir los primeros rumores de otro nuevo socio interesado en entrar en el capital de la compañía: Sidenor. Tras casi un año de incertidumbre y quinielas, Talgo por fin habría encontrado un socio industrial, que era lo que realmente necesitaba, y no tanto dinero.
Las acciones de la compañía se dispararon tras conocerse el interés de la siderúrgica vasca Sidenor, su presidente José Antonio Jainaga y del Gobierno vasco por proteger el presente y futuro de la compañía entrando en el negocio. De hecho, el Ejecutivo regional ya había confirmado hace "estar buscando un socio industrial". “Trabajan en coordinación para buscar un socio industrial que permita construir un proyecto que aborde las inversiones necesarias para garantizar no sólo la continuidad de Talgo, sino que sea capaz de abordar los importantes pedidos a los que tiene que hacer frente en el futuro", anunciaban los líderes vascos. Una estrategia similar a la del Gobierno pero a nivel regional.
Sidenor apareció en el culebrón Talgo como el salvador industrial que la empresa necesitaba. Sin embargo, en el cierre de 2024, el consejo todavía no ha aceptado la oferta presentada por el grupo vasco. El consejo de Talgo se ha reunido justo antes de Navidad para decidir sobre temas claves y acuciantes dada la situación actual. En medio de la incertidumbre sobre la entrada de Sidenor como socio industrial, que le está metiendo prisa, la compañía también tiene que hacer frente a otra serie de cuestiones como la guerra abierta con Renfe por los retrasos en la entrega de los trenes Avril.
Sidenor parece ser la opción favorita para entrar en Talgo como socio industrial, una reclamación que vienen repitiendo los actores protagonistas de la operación desde hace meses. Sin embargo, parece haber disparidad de opiniones en cuanto al precio ofrecido por hacerse con el 29,99% de la compañía ya que el precio que ofrece el fabricante vasco es menor que el que ofertó en su momento Magyar Vagon. También el Gobierno parece estar más que a favor de que sea Sidenor quien pase a formar parte de Talgo. Una decisión que mantendría la "españolidad" de la compañía.
Al margen de todo esto, en las últimas semanas del año ha aparecido, de nuevo, otra opción interesada en entrar en el capital de Talgo. Se trata del fondo estatal polaco PFR, algo parecido a la SEPI española que, según algunas fuentes, también estaría interesado en entrar en Talgo. El fondo estatal polaco tiene bajo su control la compañía Pesa, encargada también de fabricar trenes en dicho país, por lo que también podría entenderse como un socio industrial de Talgo. Pase lo que pase, el culebrón de Talgo tampoco ha quedado solucionado este 2024 y será, de nuevo, protagonista de la actualidad empresarial de 2025.
Naturgy y el intento de opa
Naturgy ha sido otra de las compañías que, durante unos meses de este año, ha sido protagonista de la actualidad. La energética liderada por Francisco Reynés ha experimentado cambios en su accionariado que, finalmente, se han limitado al traspaso de la participación de IFM al macrofondo internacional BlackRock tras la operación formalizada entre estos grandes inversores a nivel mundial. Este ha sido finalmente el único cambio materializado en el capital de la energética al cierre de este 2024, sin mayor complicación para su accionariado.
Sin embargo, los cambios podrían haber sido mucho más fuertes de haber salido adelante la operación que manejó CriteriaCaixa, el accionista mayoritario de Naturgy, con la energética Taqa, procedente de Emiratos Árabes Unidos, interesada en entrar en el capital de la energética nacional. Los rumores sobre la entrada de un nuevo inversor en el capital de la compañía empezaron a surgir a mediados de abril de 2024, sin confirmarse todavía el nombre del accionista que entraría en Naturgy. CriteriaCaixa reconocía estar estudiando reordenar el capital de la energética con la entrada de nuevos inversores, aunque no revelaba el nombre de estos.
Tras mantener varias reuniones y negociaciones, finalmente el gigante inversor nacional y la compañía emiratí no llegaron a un acuerdo para entrar en el capital de Naturgy, según algunas fuentes por cuestiones en el precio. Tras semanas de incertidumbres, finalmente el 10 de junio, CriteriaCaixa y Taqa daban por terminadas las conversaciones para un posible pacto de cooperación en Naturgy. Mientras ocurría todo esto, desde Criteria dejaron claro su apoyo a Naturgy y a su presidente, Francisco Reynés, manteniendo su compromiso "a largo plazo" con la energética. Algo que, según parece, se mantendría este 2025.
2024 cierra con una decena de opas
Estas son las opas, o intento de opas, más sonadas del año. Sin embargo, este 2024 cierra con casi una decena de operaciones que se han ido anunciando a lo largo del año. Es el caso de la opa de Amber, Applus y Apollo, finalmente rechazada por Apollo, o de Helios sobre Lar España, con un porcentaje de aceptación de más del 90% y cerrada justo al cierre del año, en los últimos días de diciembre.