BBVA mantiene su plan para hacerse con Banco Sabadell. A apenas dos semanas de que termine 2024, uno de los protagonistas de la opa del año mantiene sus intenciones y confía en obtener el visto bueno de los organismos reguladores correspondientes, y de los accionistas del banco objeto de la opa, para poder cumplir con su objetivo de hacerse con la entidad alicantina. Todo ello a pesar del rechazo que ya ha avanzado el Gobierno a la operación que supondría la fusión de BBVA y Banco Sabadell.
Ya a finales de septiembre, BBVA explicaba a los mercados estadounidenses que el ok del Gobierno central a la fusión de los negocios no era estrictamente necesario para el éxito de la opa, aunque sí para la fusión. Y es que el Ejecutivo solo puede participar en la toma de decisiones de la operación una vez llegue el momento de la unión entre ambos bancos y no durante el proceso actual de opa como tal. Para que el Ejecutivo pueda dar su opinión, oficialmente, antes debe pasar los trámites de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y, el más importante, recibir el ok de los accionistas del Sabadell a la hora de vender sus acciones al BBVA.
Los accionistas de Banco Sabadell son la verdadera clave del éxito o del fracaso en la operación BBVA-Sabadell. Son ellos quienes tienen que decidir, una vez llegado el momento, si deciden aceptar la oferta del canje de acciones que les ofrece BBVA o si, por el contrario, prefieren seguir siendo accionistas de la entidad alicantina.
Los plazos de la opa se retrasan
No obstante, este paso -imprescindible en la operación- parece alejarse cada vez más tras la ampliación del plazo de estudio por parte de la CNMC y la intención de la CNMV de no pronunciarse hasta conocer la opinión de Competencia sobre el impacto de la operación en la economía española, especialmente sobre las pymes. El nuevo presidente de la CNMV, Carlos San Basilio, ha asegurado esta misma semana, en su discurso inaugural, que el regulador mantendrá su plan de esperar a conocer la decisión de Competencia para pronunciarse. Es más, ha defendido como "razonable" seguir esta estrategia.
La decisión de la CNMC de ampliar el estudio, tras pasar a fase 2 la operación, deja un retraso en los planes que podría extenderse hasta el verano de 2025. Ante este retraso, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, ha lanzado un mensaje de advertencia en los últimos meses. El directivo, segundo de Carlos Torres, ha avanzado que el banco no descarta retirarse de la operación si la rentabilidad de la oferta se viera afectada. Sin embargo, parece que estas declaraciones de Genç se han quedado como meras palabras y la entidad mantiene su intención de hacerse con el Sabadell en la recta final de este 2024.
BBVA sigue inmerso en su plan y, tal y como ya avanzó a los mercados norteamericanos hace tres meses, tiene un plan B sobre la mesa en caso de que el Gobierno diga que no a la operación. En este caso, el banco de Carlos Torres confía en poder gestionar los dos bancos a la vez, de forma independiente, si el Ejecutivo no diera el visto bueno a la fusión de ambas entidades.
El banco interesado en la opa advertía ya de la opinión negativa del Gobierno sobre la opa y la posterior fusión, comunicada de forma pública en repetidas ocasiones, mientras que, al mismo tiempo, mantenía su confianza en que finalmente la operación saldrá adelante. En el papel remitido a los mercados estadounidenses, aseguraba que la posibilidad de que el Gobierno vete la opa es "muy remota".
BBVA tiene un plan B ante el no del Gobierno
No obstante, BBVA ya se estaba preparando para ello. “Incluso si la fusión no se completa, será capaz de centralizar ciertos procesos de Banco Sabadell en BBVA y operar ambos bancos desde una plataforma IT conjunta con funcionalidades multibancarias para todos los productos, servicios y sistemas", defendía el propio banco, interesado en hacerse con Banco Sabadell.
Desde BBVA defienden que el resto de operaciones anteriores han recibido habitualmente el ok del Ejecutivo. Sin embargo, la ampliación del estudio de la CNMC sobre el impacto de esta unión bancaria a nivel nacional parece dar pistas de que no será fácil o, al menos, no tan fácil como las operaciones de concentración anteriores. Hay que tener en cuenta que, en este caso, la opa de BBVA sobre Banco Sabadell tiene carácter "hostil", tal y como ha denunciado en repetidas ocasiones la cúpula del Sabadell. Prueba de ello es que, nada más abrir la fase 2 del estudio de Competencia, multitud de asociaciones empresariales, patronales e incluso sindicatos se han personado ante la CNMC para pedir participar en el proceso, preocupadas la mayoría de ellas por el impacto sobre las pymes.