BBVA ha lanzado este jueves una opa hostil sobre Sabadell. El banco vasco no desiste en su intento de tomar la entidad catalana, pese al rechazo de los segundos a una fusión amistosa. 

La oferta contempla los mismos términos que la propuesta inicial realizada el pasado 30 de abril y que fue rechazada de pleno por el banco catalán. La contraprestación que ha ofrecido BBVA a los accionistas de Sabadell es de una de nueva emisión por 4,83 acciones de la segunda entidad, tal y como concreta la oferta comunicada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La OPA hostil, dirigida a todas las acciones de Sabadell, está condicionada a alcanzar más de la mitad de aceptación de los accionistas.

Este nuevo intento de BBVA para hacerse con Sabadell llega después del fracaso de la primera propuesta de fusión planteada, el 30 de abril. Por aquel entonces, la entidad vasca trasladó a la catalana la intención de rescatar un plan que ya fracasó en 2020, año de la pandemia, cuando ya intentó llevar a cabo la unión de los dos grupos.

En lo que respecta a aquella negocación, las condiciones exigidas por Sabadell restaron margen de maniobra para que la OPA amistosa planteada por BBVA pudiera prosperar. De esta manera, la oferta debe ser en cash y no en 'papelitos'. En términos puramente monetarios, el banco vasco ofreció una acción de nueva emisión de su entidad por cada 4,83 acciones de Banco Sabadell -esto suponía hacerse con el banco catalán por 2,262 euros por acción-. Sin embargo, los catalanes dieron portazo a esta nueva intención y llegaron a publicar la carta que Carlos Torres, presidente de BBVA, envíó a Josep Oliu, presidente del Sabadell.

Condiciones de la OPA hostil

Ahora, BBVA ha emitido un comunicado en el que apunta que "la oferta está condicionada a obtener más de un 50,01% del capital social de Banco Sabadell, a la aprobación de la junta general de accionistas de BBVA y a la aprobación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Prudential Regulation Authority de Reino Unido". "El cierre de la operación se llevaría a cabo en un periodo de entre seis y ocho meses", añade.

De esta manera, la entidad de País Vasco incide en su idea inicial contra la opinión del consejero de la de Cataluña, que optó por seguir en solitario dado que consideraba que infravaloraban el proyecto y con ello la capacidad de crecimiento del banco como entidad independiente.

Tal y como se ha emitido, no ha cambiado nada en cuanto a aspectos económicos, dado que BBVA mantiene el canje de acciones propuestos, aunque la operación es categóricamente distinta. La idea inicial se dirigía al consejo de adiministración de Sabadell para llevar a cabo una fusión por absorción que resultara amistosa, pero esta opa hostil se dirige directamente a los accionistas de la opada. 

Con ello, buscan saltarse la decisión del máximo órgano de gobierno de la entidad catalana y que sean los accionistas quienes decidan sobre la operación. Hay que destacar que una opa hostil no es para nada habitual en el sector bancario español y europeo. De hecho, solo encuentra un precedente: el de Banco Bilbao sobre Banesta que fracasó, hace ya casi cuatro décadas.

Con esta gestión BBVA mantiene los guiños a la catalanidad en su opa, con dos sedes operativas y la marca Sabadell en las regiones "con interés comercial relevante". A través de un comunicado, la entidad vasca apunta que "el nuevo banco tendrá una doble sede operativa en España: una en el centro corporativo de Banco Sabadell en Sant Cugat de Vallès (Barcelona) y la otra en Ciudad BBVA, en la capital". "BBVA considera que la integración de ambas entidades incrementa además el potencial de Barcelona como un 'hub' europeo para startups. Se mantendrá la utilización de la marca Sabadell, de manera conjunta con la marca BBVA, en aquellos territorios o negocios en los que pueda tener un interés comercial relevante", apostilla el banco. 

No obstante, lo que sí desaparece por competo, al menos según se desprende del documento y el comunicado remitidos, es la referncia a los consejeros de Banco Sabadell. De ese modo, en la oferta inicial se daba a los catalanes tres puestos no ejecutivos, entre ellos una vicepresidencia, en el consejo. Mientras tanto, al tratarse de una opa no deseada, el grupo de Josep Oliu quedaría absorbido, aparentemente, sin posibilidad de quedar representado en el consejo de administración.

El Gobierno rechaza la gestión

El Gobierno rechaza la OPA hostil a Sabadell,"tanto en la forma como en el fondo", según emiten fuentes del ministerio de Economía que, consideran, la operación "introduce efectos lesivos potenciales en el sistema financiero español" entre los que se encuentra "un incremente en el nivel de concentración que podría tener un impacto negativo en el empleo y en la prestación de servicios financieros".

Ese"excesivo nivel de concentración" también "introduciría un riesgo potencial adicional a la estabilidad financiera" y tendría efectos en la "cohesión territorial por la presencia por la presencia de estas entidades en el territorio". 

"España tiene actualmente un sistema financiero fuerte y solvente. Nuestro deber es velar por mantener un sistema financiero sólido, que siga contribuyendo al crecimiento de nuestra economía y a la agenda de inclusión financiera y protección de los clientes", apostilla.