La Reserva Federal de Estados Unidos arranca este martes una reunión de dos días en el que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) debe decidir qué hacer con su política monetaria tras el colapso de tres grandes bancos estadounidenses. La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) hace ya más de una semana continuó con la caída posterior del Signature Bank el mismo fin de semana para, días después, producirse una nueva caída: la del First Republic Bank.

Tanto las autoridades fiscales nacionales estadounidenses, entre ellas la propia Fed y la Corporación Federal de Garantía de Depósitos (FDIC), como los grandes bancos a nivel privado han rescatado a las tres entidades colapsadas con sendas inyecciones de liquidez en los últimos días. No obstante, expertos como los analistas de Goldamn Sachs descontaban tras los dos primeros colapsos que esta realidad cambiaría la tendencia de la política fiscal de la Fed.

El día ha llegado para la institución estadounidense, que entre este martes y este miércoles debe tomar una decisión sobre el ritmo de las subidas de tipos de interés al otro lado del Atlántico. Los analistas no avanzan una decisión concertada sobre lo que pueda ocurrir en las próximas horas en la reunión clave de la Fed, que podría frenar el colapso del sector y devolver la calma a los bancos a nivel internacional. Mientras una parte del mercado avanza una nueva subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos hasta llegar al 4,75% desde el 4,5% actual, otra parte como Goldman Sachs defiende que el organismo pausará estas subidas por los últimos colapsos.

Los analistas prevén que la tendencia alcista de la Reserva Federal, con el objetivo de bajar la inflación, se pause temporalmente en esta reunión, pero consideran que será solo una pausa. Es decir, el colapso de los grandes bancos estadounidenses no va a revertir al 100% la tendencia de los bancos centrales internacionales, como no ha ocurrido ya en la última reunión del Banco Central Europeo (BCE). De hecho, los analistas de Goldamn Sachs retrasan las subidas de la Fed desde esta reunión hasta mayo, junio y julio, para llegar al objetivo de situar los tipos de interés estadounidenses en el 5,5%.

Los bancos centrales deciden

La Reserva Federal no es la única que debe tomar una decisión importante sobre los tipos de interés, sino que también el Banco de Inglaterra se reúne este jueves para hacerlo, apenas horas después de que la Reserva Federal marque el rumbo. En la otra parte, el Banco Central Europeo (BCE) no ha tomado en consideración el colapso de tres grandes bancos estadounidenses y uno europeo, la entidad suiza Credit Suisse, para revertir su política monetaria fiscal. Christine Lagarde y su equipo han optado en su última reunión, celebrada hace menos de una semana, mantener la política actual con el objetivo último de rebajar la inflación a nivel europeo. Así, el BCE ha efectuado una última subida de los tipos de interés de 50 puntos básicos para situarse en el 3,5%, un avance más hasta lograr su objetivo de mantener el IPC en el 2%. 

“El Consejo de Gobierno está haciendo un atento seguimiento de las actuales tensiones”, reconocía el BCE en su última reunión tras la quiebra de varios grandes bancos. Asimismo, Lagarde defendía que el banco central “está preparado para responder como resulte necesario a fin de mantener la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona del euro”. Precisamente este martes Lagarde, la presidenta del BCE, participa en la conferencia del Banco de Pagos Internacionales que se celebra estos días en Suiza en paralelo a las reuniones de la Reserva Federal estadounidense. La presidenta del BCE visita el país junto al director general del BPI, Agustín Carstens, en un momento de tensión tras la quiebra del Credit Suisse y el posterior rescate por parte de UBS.

UBS, otra de las grandes entidades financieras suizas, ha optado por rescatar al Credit Suisse tras la quiebra de la semana pasada mediante una fusión por valor de 3.000 millones de francos suizos (correspondientes a alrededor de 3.030 millones de euros). Ambas entidades se han desplomado en bolsa en la última sesión tras el anuncio de la fusión, en la que Credit Suisse pierde más de un 60% y UBS cae más de un 10%. El rescate de UBS al banco suizo ofrece hasta 100.000 millones de francos suizos en liquidez al banco y asumirá hasta 9.000 millones en posibles pérdidas.

Los colapsos en las grandes entidades financieras internacionales no han tenido todavía un impacto significativo en la banca española, aunque sí han sufrido fuertes desplomes en los mercados bursátiles. Tanto el Gobierno como la presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, han dejado clara la fortaleza y la diversificación de la banca española, además de la mayor regulación a nivel europeo y nacional. Todo ello se resume en un mensaje de tranquilidad que desmiente cualquier efecto contagio tras la quiebra del Silicon Valley Bank, el Signature Bank, el Credit Suisse o el último en caer, el First Republic Bank.