La dieta saludable es algo que se lleva años promoviendo. Endocrinos, nutricionistas y expertos en salud avalan que una buena alimentación y un estilo de vida activo son altamente saludables y previenen multitud de patologías. A priori, todo correcto, pero no es hasta la llegada de la generación ‘influencer’ cuando la dieta saludable, el culto al cuerpo y el cuidado de la imagen personal han proliferado hasta convertirse casi en una religión.

Carlos Ríos, creador del movimiento ‘Realfooding’, no es uno de tantos ‘coaches nutricionales’ que abundan a través de redes como Instagram, Twitter o Tiktok. Lo que empezó siendo una buena iniciativa que promocionaba una dieta equilibrada y saludable, ha terminado haciendo de Ríos el líder de un imperio que comercializa sus propios productos ‘saludables’, pero ¿Qué es movimiento Relafooding? ¿Cómo saltó a la fama? ¿Qué números hay detrás del rentable negocio?

De cero a ‘héroe’

Ríos saltó a la fama con un acalorado y certero discurso contra la industria alimentaria. El joven nutricionista onubense inició una cruzada contra los ultraprocesados acudiendo a los supermercados denunciando los ingredientes que figuraban tras las etiquetas de los lineales. Su discurso y su estrategia caló hondo, consiguiendo en poco tiempo sumar numerosos adeptos a la causa.

Tanto funcionó la cruzada de Ríos contra los ultraprocesados que en el 2018, hizo recapitular al supermercado Alcampo por promocionar alimentos como helados, chocolatinas y galletas como saludables. Así pues, el joven influencer cargó duramente contra la campaña La Vida Azul, haciendo que la marca rectificase y comunicase a través de un comunicado que "La selección azul no hace referencia a los productos más saludables, sino a aquellos productos que, dentro de su propia categoría, respetan los compromisos de la empresa (no contener OGM, aceite de palma…), y han obtenido la mejor puntuación nutricional a partir de un algoritmo que cuantifica la cantidad de grasa saturada, sal, azúcares y proteína del producto en su conjunto"

Del ‘héroe’ al empresario

No obstante, tras el triunfo contra Alcampo, Ríos fue ganando notoriedad y endureciendo y virando sus discursos. Con una comunidad fuertemente consolidada, el nutricionista decide dar nombre a su movimiento y a sus seguidores que basan su alimentación en ‘comida real’ (sin ultraprocesados), de ahí el nombre, Realfooding.

Sin embargo, lo que aparentemente nació como un positivo movimiento saludable con numerosos seguidores, no tardó en convertirse en una comunidad reaccionaria. De ese viraje fue de donde comenzaron a llover críticas al movimiento y, en concreto, a su fundador.

A finales del 2020, y a causa de la dureza de su discurso, Ríos tuvo que lidiar con acusaciones de incentivar los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Los mensajes contra la industria alimentaria fueron transformándose paulatinamente. Así, a través de Instagram, los mensajes contestatarios contra la industria se reducían y comenzaban a recomendar algunos productos que la propia comunidad ‘realfooder’ demonizaba.

Algunos de sus seguidores se dieron cuenta de la deriva y se hicieron eco, pero el grueso de la comunidad tomó los postulados de Ríos como un dogma de fe. Sin embargo, a pesar de las quejas, ‘El Plan’ -que es como el nutricionista llama a su estrategia de negocio- solo acababa de comenzar.

Fue durante los primeros meses de 2021, cuando Ríos lanza al mercado su producto con sello Reallfooding: un hummus tradicional que ni siquiera era de elaboración propia, si no que, el propio fabricante que pasaba por problemas de liquidez, pidió a Ríos que le apadrinara. Sin embargo, parece que la estrategia funcionó, el sello Realfooding y su promoción en redes sociales hicieron que sus adeptos se lanzaran rápidamente a adquirir el producto.

Fueron dos superficies las que se ofrecieron voluntarias para acoger el primer producto con etiqueta de ‘comida real’ en sus lineales: Carrefour y el que fuera el enemigo a batir apenas dos años antes, Alcampo.

El imperio de la ‘comida real’

Una vez, puesta la primera piedra del que fuera un lucrativo negocio, Ríos decidió ampliar su presencia en el mercado. Con el mismo fabricante y apenas dos meses más tarde, ve la luz el que fuera el segundo producto de la marca: el mutabal.

En junio del mismo año y coincidiendo con la temporada estival, el fundador del movimiento Realfooding decide confiar en otro fabricante, Artesur, para sacar su propia marca de gazpacho y salmorejo. Y tras el verano Ríos, Artesur, y el primer fabricante Shurkan, sacan el que fuera su producto estrella, una crema de cacao al más puro estilo Nocilla, eso sí, bajo el sello ‘Realfooding’.

Leche, cacao, avellanas y… ¿azúcar?

Este último producto es el principal generador de polémica. La llegada de la ‘saludable’ crema de cacao vino aparejada con la infinidad de críticas provenientes de divulgadores, nutricionistas y expertos en la materia.

Fueron las propias autoridades alimentarias las que obligaron a cambiar el etiquetado de la crema de cacao por considerarla incorrecta ya que la caja rezaba que era un producto “sin azúcares añadidos”. Sin embargo, el producto contiene azúcar de dátil, que no está presente naturalmente en la composición, si no que hay que añadirlo.

Precisamente es el propio fundador del movimiento el que años atrás criticaba esta estrategia para añadir azúcar a los alimentos "la mayoría de las alternativas 'healthy' al azúcar blanco que se venden son simplemente azúcar llamado de otra forma, o asociado al azúcar de algún alimento al que se le tenga mayor aprecio, como el coco o el dátil", criticaba el influencer.

A lo largo de todo el 2022, los lineales de los supermercados no han parado de llenarse de productos de la marca como un cruasán 'Realfooding', varios helados, un pan integral 100%, kombucha sabor Cola, varias bebidas de avena, yogur líquido en colaboración con Danone o queso con Cremette, etc.

El negocio de la comida sana y sus vínculos con exdirigentes del PP

El imperio ‘Realfooder’ de Carlos Ríos no hace más que extenderse, pero el negocio ha de sostenerse de alguna manera. Los beneficios derivados de la venta de sus productos son embolsados en la cuenta de su empresa Food Studio SL, una empresa radicada en Barcelona y fundada por el propio nutricionista.

Junto al nombre de Ríos a la cabeza de la compañía, aparece otro que llama poderosamente la atención, Juan Ignacio Zoido, eso sí, no el propio exministro ‘popular’ si no su hijo, ya que ambos comparten nombre y apellido.

Así pues, el modelo de negocio de Ríos ha pasado de asesorar a gente que pretende alimentarse mejor, a la asesoría a fabricantes y distribuidoras con el objetivo de colocar sus productos en los lineales. Aunque el propio Ríos admite concentrar sus esfuerzos en el marketing, asegura que no pierden de vista la fabricación de los productos para que cumplan con los estándares de la marca.

Gracias a la labor de marketing, la empresa de Ríos saca un pequeño porcentaje por cada producto vendido que varía entre un 1% y un 5%. Su modelo de negocio resulta claro y su apuesta e inversión por colocar stands de su marca en los supermercados aún más. Sin dar a conocer las cifras de negocio, el fundador del movimiento asegura que si los productos se siguen vendiendo es porque funcionan.

Otra fuente de ingresos importante para el lucrativo negocio es el caso de la app MyRealFood, una aplicación que permite escanear los códigos de barras de los productos para saber si cumple o no con los estándares del movimiento ‘Realfooding’

Con respecto a los ingresos provenientes desde esta vía, sí se conoce algún detalle más. En el 2021, La Vanguardia adelantaba que la aplicación de la que Carlos Ríos es socio facturaría casi 2 millones de euros. Si bien la app es gratuita, esta cuenta con una opción de pago que viene con un plan nutricional personalizado basado en los postulados del movimiento.