El mundo despide ya un 2022, cuanto menos complicado en lo económico a la par que afronta con incertidumbre un 2023 que se antoja sumamente incierto. Los retos económicos que España debe afrontar continúan siendo los mismos que los del año saliente: la guerra de Ucrania, la inflación, los precios de la energía, la evolución de las sanciones de EEUU, las fricciones comerciales con China o los cuellos de botella o las crisis de suministro, son algunos elementos que salpican el escenario económico de un recién estrenado 2023.

Frente a una desaceleración económica global, España resistirá gracias a la inercia positiva de crecimiento heredada del 2022 y a los fondos europeos, dos razones que unidas a la gestión económica del Ejecutivo, podrían permitir que el año entrante termine siendo mejor de lo esperado.

La crisis económica actual está obligando a los bancos centrales a luchar contra la inflación a golpe de subida de tipos, tendencia que continuará durante este 2023 hasta conseguir doblegar la subida de precios. El propio vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y exministro de Economía, Luis de Guindos admitió desconocer hasta cuando duraría el endurecimiento de la política monetaria.

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Otro reto al que tendrá que hacer frente la economía española es a la modificación de su política fiscal, que todo apunta a que continuará siendo expansiva. No obstante, desde Bruselas se continúa insistiendo en separar el debate de las reglas fiscales con los desafíos económicos que afronta la UE.

El plano tecnológico también se encontrará muy presente, la presidencia española del Consejo de la UE será el eje sobre el que pivote el trabajo, puesto que la transformación digital será la carta de presentación de España a la hora de encarar la presidencia de turno durante el segundo semestre del año.

España accederá a la presidencia con una destacada conectividad y una fuerte digitalización de los servicios públicos. Por el contrario, adolece de capital humano y digitalización en las pymes. Los efectos de la Ley de Startups comenzarán a ver la luz a lo largo de este año, fomentando una mayor y retención de talento, el posicionamiento de España como hub de alta especialización y tecnología y el impulso del país como polo atractivo de talento digital.

El sector energético y climático también se impone como un reto importante no solo para España sino también para el conjunto de Europa. La COP28 prevista para este 2023 evaluará el avance glocal de los objetivos climáticos. Tal y como lo vino demostrando durante el 2022, España aprovechará la presidencia del Consejo para impulsar la agenda verde y la transición ecológica a nivel europeo.

En materia energética, España continuará manteniendo un papel preeminente garantizando la seguridad energética europea con el mantenimiento de sus exportaciones de gas y de electricidad. Además, el país será pionero en impulsar la mejora de las infraestructuras energéticas de Europa como pueda ser el BarMar, cuyas obras comenzarán previsiblemente durante este año.

Crecimiento económico y lucha contra la inflación

Enero del 2022 supuso un alivio después del complicado contexto económico de los dos años anteriores. Durante el año que dejamos atrás se preveía un contexto de recuperación postpandemia paulatino. Sin embargo, la crisis de suministro de gas que ya empezó a notarse a finales de 2021 debido a un aumento de la demanda china y de las reservas rusas, se agravó con la invasión de Ucrania, tirando por tierra todas las previsiones de recuperación a nivel global.

A pesar de la incertidumbre actual con respecto a la crisis de precios, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pudo vaticinar una desaceleración económica a nivel internacional. No obstante, aunque España se libre de la recesión que afectará a otras economías el euro, no podrá esquivar dicho descenso de la actividad económica, lo que implica un crecimiento menor de los previsto con anterioridad.

La economía española en 2023, aún tendrá que hacer frente a una preocupante aunque descendente inflación. Sin embargo, los mecanismos impulsados desde el Ejecutivo han demostrado su efectividad al doblegar la curva. Además, la inercia positiva arrastrada desde este 2022 así como el buen comportamiento del mercado de trabajo gracias a la reforma laboral y los fondos europeos ayudarán al país a esquivar la recesión económica.

A pesar de la incertidumbre todos los expertos coinciden en que la economía española se ha mostrado mas resiliente de lo esperado por lo que no se descarta que las previsiones económicas para finales del ya próximo 2023 sean mejores de lo que se espera.

También cabe esperar que el BCE así como el resto de los bancos comunitarios no cejarán su empeño de vencer la crisis de precios a golpe de tipos de interés. Esta subida del precio del dinero supondrá, sin duda, un freno para la actividad económica ya que se encarecerán los préstamos a muchas empresas y acarreará problemas de financiación a varias entidades acostumbradas a un periodo de extrema liquidez. Estados, empresas y bancos habrán de hacer frente a un elevado nivel de endeudamiento público que en España alcanza el 115% del PIB pero que permite mantener el escudo social y evitar que los efectos de la crisis se recrudezcan.

2023, el año de la transición energética

En 2023 el Gas Natural Licuado (GNL) será una baza decisiva para la dependencia energética europea ya que se espera que siga habiendo tensiones en el mercado hasta bien entrado el 2024.

Uno de los pilares básicos en materia energética será la diversificación y la interdependencia gasista en 2023, año en el que la Unión Europea deberá acometer el plan REPowerEU desplegando proyectos eólicos y solares e impulsando el autoconsumo, la eficiencia energética y la descarbonización.

Para ello se han incrementado los fondos dedicados al Plan de Recuperación y Resiliencia en 20.000 millones de euros adicionales provenientes de la venta de derechos de emisión, además de incrementar los recursos para nuevas interconexiones eléctricas y gasistas, con mención especial para la península Ibérica y los países bálticos.

A pesar de la incertidumbre internacional, la UE tiene tres certezas a las que hacer frente durante el año. Una crisis inflacionista que aún se haya lejos de su fin, problemas de suministro para los países mas interdependientes de la energía rusa y la adopción de medidas extraordinarias, como el reciente tope al gas, para atajar la crisis tanto a nivel nacional como a nivel europeo.

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De cara al segundo semestre de 2023, cuando España ocupe la Presidencia de turno del Consejo de la UE, se espera impulsar la agenda verde con el acento puesto en la biodiversidad y la movilidad sostenible. La presidencia española prestará especial atención a América Latina ofreciendo una oportunidad para poner en valor, ampliar a otras geografías y dotar de mayor peso institucional a iniciativas de cooperación técnica en materia de cambio climático, meteorología y agua.

La destacada presencia española en los debates de política energética europea durante 2022, se extenderá durante este año. Las contribuciones españolas al debate sobre energía seguirán siendo relevantes como lo será su aportación a la seguridad energética de Europa con el mantenimiento previsto de exportaciones de gas y electricidad a Francia, especialmente mediante el ya proyectado gasoducto BarMar, que unirá la Península Ibérica con el país galo.