Tras muchas reuniones extraordinarias, los ministros de Energía de la Unión Europea (UE) han alcanzado un acuerdo con respecto al tope al gas europeo. Finalmente Alemania ha sucumbido a la presión de la mayoría de los Estados miembros y ha claudicado en favor de intervenir el mercado fijando un tope al gas de 180 euros el MWh, cinco euros por debajo de lo que se barajaba a primera hora de la mañana.

De acuerdo con la presidencia checa del Consejo, Alemania se ha unido al bloque que ha apoyado este tope. Por su parte, Países Bajos -otro de los Estados que más reticentes se han mostrado a la intervención del mercado- y Austria se han abstenido, mientras que Hungría, mayor aliado de Putin en Europa, se ha posicionado en contra de la propuesta.

Los ministros de Energía de los Veintisiete llegaban a este encuentro con el mandato de acordar el mecanismo de corrección del mercado, tras el ultimátum que les dieron el pasado jueves los líderes europeos a fin de contar en 2023 con una herramienta para evitar picos de precios excesivos en el mercado europeo.

El acuerdo alcanzado se sitúa ya muy lejos de la inicial propuesta de 275 euros el MWh que hizo que países como Grecia, España o Bélgica no tardarán en mostrar su oposición. Ribera, muy dura con esta primera proposición, llegó a calificarla como “una broma de mal gusto”. No obstante, gracias a la capacidad de negociación, el tope que se encuentra ahora mismo sobre la mesa es un 32% menor.

Según el acuerdo alcanzado, el mecanismo se activará cuando al mismo tiempo se superen los 180 euros en el mercado europeo durante tres días seguidos y haya una diferencia de precio de 35 euros respecto a los mercados internacionales.

El mecanismo de corrección de mercado se empezaría a aplicar a partir del 15 de febrero de 2023 y se encargaría a las agencias europeas de energía como la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y la Agencia para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) analizar sus efectos en los mercados financieros y energéticos y en la seguridad del suministro, para verificar si los elementos clave del mecanismo de corrección del mercado son los apropiados.

Ribera: "Era importante que fuera un acuerdo del conjunto de los Estados miembros"

A la salida de la reunión, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha atendido a los medios. La ministra ha aprovechado la ocasión para felicitarse por el acuerdo y asegurar que "era importante que fuera un acuerdo del conjunto de los Estados miembros".

Con respecto a la posición de Alemania, que se ha mostrado muy reticente hasta el último momento, Ribera se ha mostrado comprensiva. "Para Alemania es un tema muy sensible porque tienen el temor de como va a responder la industria de su país", ha defendido la ministra.

No obstante, la que ha sido una figura prominente en la negociación, ha asegurado que se hubiera preferido un tope al gas menor, pero celebra el haber alcanzado el cuórum. "A nosotros nos hubiera gustado un mecanismo dinámico en el que directamente se hubiera aplicado el precio medio de los mercados internacionales más un diferencial. El debate ha sido difícil.", explicaba Ribera.

Al ser preguntada sobre si este acuerdo es percibido como una victoria propia para España, la ministra ha respondido que ha sido un año díficil pero que la respuesta no es una victoria española si no del conjunto de los Estados. "Es una respuesta de todos, es una respuesta de los Veintisiete", matizaba.

Con respecto a los temores alemanes, que alegaban la falta de suministro, la ministra ha tranquilizado. "No ha faltado el acceso a gas en Europa, lo que hay es un mercado fuertemente distorsionado, con esta medida se pretende asegurar el precio medio de los mercados, haciendo un mercado atractivo y asegurando el suministro, a la par que se evitan los picos de precio del mercado del gas", zanjaba la titular española de Transición Energética