Tras la reunión que el Banco Central Europeo (BCE) ha celebrado hoy, en la cual han acordado una subida de tipos de interés de 75 puntos básicos, la mayor de su historia, Christine Lagarde, presidenta del organismo, ha subrayado el compromiso del BCE de rebajar las elevadas tasas de inflación actuales y volver al objetivo del 2%. No obstante, ha recordado que la política monetaria no puede actuar sobre los precios de la energía.

"No puedo reducir el precio de la energía, no puedo convencer a un gran actor mundial de que reduzca el precio del gas, no puedo reformar el mercado eléctrico", ha subrayado la presidenta del banco comunitario durante su intervención en la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria del organismo.

En este sentido, Lagarde se ha mostrado satisfecha con que la Comisión Europea esté "considerando dar pasos" en esta dirección. De esta forma, ha indicado que las decisiones monetarias pueden actuar sobre el consumo y rebajar la inflación, enfriando la economía, pero que, las causas predominantes de los precios siguen al alza, "es un trabajo para alguien más".

La francesa ha recordado durante toda su intervención que el BCE está operando bajo una lógica de ir reunión a reunión, por lo que no otorgado ninguna orientación a futuro más allá de que está concentrando las subidas al principio de la senda de normalización ('frontloading').

El Consejo de Gobierno de la entidad ha decidido este jueves elevar los tipos de interés en 75 puntos básicos, de forma que el tipo de interés para sus operaciones de refinanciación se situará en el 1,25%, mientras que la tasa de depósito alcanzará el 0,75% y la de facilidad de préstamo, el 1,50%. Se trata de la primera vez en toda la historia del BCE que se acomete una subida tan abultada del precio del dinero. La última vez que se aplicó un incremento similar fue en 1999, como parte del proceso de transición hacia la adopción del euro.