“Un baño de sangre”. Así definen los analistas políticos la caída del ex primer ministro australiano Scott Morrison y el comienzo de una nueva era de cambios, por parte del nuevo Ejecutivo que liderará el laborista Anthony Albanese, tras su victoria electoral de este sábado. A la espera de si Albanese se hace al final con la mayoría absoluta o si necesita los escaños de los verdes, el nuevo líder laborista de la nación ha puesto fin a una década de gobiernos conservadores y su gobierno se ha marcado como prioridades los derechos de los aborígenes, la lucha contra el cambio climático y un nuevo enfoque de sus relaciones internacionales.

Morrison se ha llevado en las urnas el desencanto de un gran porcentaje de antiguos partidarios de su gobierno de coalición. Observadores y analistas le describen como un político que actuaba a sus anchas, sin que nadie pudiera contestarle en el gabinete ministerial, según comentaristas adjuntos a 9News. Él mismo llegó a describirse en un coloquio, en presencia de miembros de su gabinete, que se comportaba como un pequeño bulldozer. 

En este aspecto, Peter Hartcher, editor de la sección de Internacional y analista del Sydney Morning Herald y The Age de Melbourne. dijo que, al final, Morrison se comportó como un auténtico bulldozer, haciendo añicos la esencia y los valores tradicionales de los partidos de la coalición conservadora.

Así las cosas, el futuro del exprimer ministro está por ver, después de que en su despedida el sábado pasado explicase que le gustaría participar en la Oposición, aunque no como dirigente principal. Sin embargo, a última hora se ha retractado diciendo que, si en el próximo mitin le daban el respaldo necesario, estaría dispuesto a continuar de líder del partido de la Oposición

Festivo discurso inaugural del nuevo primer ministro

Anthony Albanese, acreditado esta mañana como primer ministro en una breve ceremonia con el Gobernador general de Australia, destacó, en primer lugar, que atendería las inquietudes de los aborígenes. En este contexto, se refirió a un referéndum que culminaría con las reivindicaciones de un tratado sobre los derechos de los indígenas.

A continuación, el primer ministro recalcó que había llegado la hora de hacer cambios cuanto antes e, inmediatamente, se refirió al asunto de las finanzas y, concretamente, a los Presupuestos Generales de la nación.

Otro de los contenciosos más apremiantes sería abordar enseguida el tema del cambio climático, "un asunto que colea desde hace años y que ha creado diferencias y diversidad de opiniones en nuestro país". En este aspecto, el flamante primer ministro Albanese, dijo que Australia podría convertirse en una gran fuente de recursos de energías renovables.

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Por lo que atañe a la Comisión de Integridad que con tanto empeño estuvo reivindicando Albanese al gobierno anterior, el nuevo primer ministro dijo que era un asunto prioritario, por cuanto se han descubierto escándalos corruptos que han pasado desapercibidos por no emplear mecanismos necesarios para evitarlos.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, y su ministra de Exteriores, Penny Wong, acuden a la cumbra del QUAD (Australia, Japón, India y EEUU)
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, y su ministra de Exteriores, Penny Wong, acuden a la cumbra del QUAD (Australia, Japón, India y EEUU)
 

Por lo que respecta a la actividad comercial, Anthony Albanese puso el acento en la importancia de los sindicatos y organizaciones empresariales para trabajar en tándem.

En este contexto, valga recordar que Albanese y sus colaboradores del partido laborista se desgañitaron en la campaña electoral para demandar una política de retribuciones y salarios más justa, después de la congelación de los sueldos durante los últimos diez años. Otras de las grandes preocupaciones del recién nombrado primer ministro implican las relaciones políticas con el gobierno de China y la inseguridad a nivel global que ha creado la guerra en Ucrania.

Finalmente, Albanese señaló que, para que todos estos cambios y desafíos puedan prosperar, es esencial que “trabajemos unidos, para crear un ambiente de sintonía, y esperanza, de cara al futuro”.

Líderes políticos de ultramar felicitan al laborista

Uno de los primeros en felicitar a Albanese por su contundente victoria fue el presidente francés, Emmanuel Macron, quien tiempo atrás calificó al entonces primer ministro Morrison de ser un mentiroso por tergiversar un acuerdo sobre la compra de once submarinos que, a la postre, cayó en manos de Estados Unidos.

Por otro lado, la prensa francesa criticó la actitud política del exjefe del Ejecutivo australiano de no dar la bienvenida al nuevo embajador francés destacado en Canberra.

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Mientras tanto, el primer ministro británico, Boris Johnson, que tiene en los laboristas ingleses a sus futuros rivales, se mostró condescendiente y generoso felicitando a Albanese sobre su triunfo electoral y añadió que esperaba una buena colaboración de cara a los asuntos de la alianza conocida con la sigla de AUKUS, cuyo significado promueve un acuerdo tripartito entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos,  

Sin embargo, el tabloide londinense The Sun recalcó que Albanese era persona non grata por empeñarse en remover a la reina de Inglaterra y, en definitiva, al sistema monárquico.

Sin embargo, Narendra Modi, primer ministro de la India, dio su aprobación al nuevo gobierno de Australia felicitando al flamante primer ministro. Del mismo modo, también se manifestaron en la misma sintonía los dirigentes políticos de Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón y Fiji.  

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Así las cosas, todavía está por ver, si Anthony Albanese alcanzó la barrera de los 76 escaños a favor para formar gobierno. En la actualidad ha logrado 72 y faltan, pues, otros cuatro escaños, para no tener que estar supeditado a otros partidos políticos que han obtenido su permanencia en el hemiciclo de la cámara de diputados.

Según las fuentes de información de la ABC, en caso de apuros, el partido de los verdes, que logró buenos resultados en la consulta electoral, estaría dispuesto a apoyar el programa de gobierno laborista, sobre todo, en materias referentes al cambio climático.

Y, para terminar, es interesante reconocer los comienzos y la lucha que entabló el primer ministro, Anthony Albanese, a favor de las personas con escasos recursos económicos en la localidad de Camperdown en el Estado de Nueva Gales del Sur, teniendo en cuenta que él mismo creció dentro de una familia muy modesta que vivía en los bloques de la llamada Housing Commission. 

Su padre nació en Italia y murió en un  accidente de coche y su madre recibía, hasta que murió, una pensión por estar enferma a consecuencia de una reumatología crónica. La actividad política de Albanese comenzó a los 12 años de edad, en compañía de un grupo que pretendía anular el pago de alquileres a personas necesitadas, lo que consiguieron con éxito.

Años más tarde fue a la Universidad y consiguió licenciarse en Económicas y muy pronto dio el salto a la política en 1989. A continuación, fue subiendo peldaños hasta convertirse en ministro laborista en los gobiernos de Kevin Rudd y Julia Guillard. Finalmente, ha logrado lo más difícil, convirtiéndose  en  el 31 primer ministro de la nación desde que se fundó Australia en el año de 1901.