¿Podrá Australia echarle un pulso a China para recobrar su influencia en los países del Indo-Pacífico? Es la pregunta del millón, que se hacen analistas y observadores, después que el primer ministro de Australia, Scott Morrison, conociese en los últimos días la propuesta de acuerdo entre China y el primer ministro de las Islas de Salomón, Manasseh Sogavare, que permitiría a Pekín enviar fuerzas militares al país y realizar visitas regulares en barco.

Un acuerdo que, en el día de hoy, también implica el futuro de las relaciones de Papúa Nueva Guinea y el Gobierno Xi Jinping. Mientras, desde las Islas Salomón, dan la espalda con cortesía a los acercamientos de Australia, mientras su primer ministro dice que “no ayudan” los debates en el continente sobre si habría que invadir el archipiélago.

Australia trata de influenciar

Eryk Bagshaw, corresponsal del grupo periodístico 9News, destacado en Singapur, subraya que el Gobierno australiano emprendió anoche una campaña, vía telefónica, con líderes de países del sudeste asiático para acercar posturas.

Según estas fuentes, Scott Morrison esperaba convencer a los presidentes de Fiji y Papua Nueva Guinea para descarrilar el acuerdo en materia de seguridad establecido entre la Islas de Salomón y China.

El Gobierno australiano planteaba, basándose en los esfuerzos y el apoyo prestado durante años a los países del Indo-Pacífico, que el Ejecutivo de las Islas Salomón renunciase a la petición de China de establecer una base naval en la isla.

Por si fuera poco, Barnaby Joyce, viceprimer ministro del Gabinete australiano, criticó ayer duramente al Gobierno de Beijing por querer intimidar a Australia con sus iniciativas y con la base naval en Salomón.   

Además, añadió que al Gobierno de Australia no le habían pillado por sorpresa las maniobras del Ejecutivo de Xi Jinping, al saltarse las reglas del juego y entorpecer la navegación por las islas anexas en el mar de China.

Las Islas Salomón hablan de invasión de Australia

Mientras, en el Parlamento en Honiara, el primer ministro de las Islas Salomón, Manasseh Sogavare, ha defendido la propuesta de acuerdo con China, cuyo borrador se ha conocido al filtrarse en Internet.

El primer ministro ha subrayado que la nación del Pacífico necesita "cooperación y comprensión" en respuesta a la preocupación llegada desde Australia, pero también desde Nueva Zelanda.

Sogavare ha dicho al Parlamento que los socios de la isla desde hace mucho tiempo "seguirán estando cerca de nuestros corazones" y que los países del Pacífico necesitan trabajar juntos para mantener la seguridad de la región. "Al avanzar para lograr nuestras necesidades de seguridad, está claro que necesitamos diversificarnos", ha agregado.

Así, ha recalcado que los debates en los medios de comunicación australianos "que alientan una invasión en las Islas Salomón para forzar un cambio de régimen no contribuyen a fortalecer nuestras relaciones bilaterales". "Cuando un ratón indefenso se ve afectado por gatos viciosos, hará cualquier cosa para sobrevivir", ha advertido Sogavare.

División sobre las iniciativas en el Indo-Pacífico

Paul Keating, primer ministro laborista australiano entre 1991 y 1996, sostiene que Liz Truss, encargada de la cartera de Asuntos de Exteriores de Gran Bretaña, sufre de ideas demenciales, al pregonar que China está embarcada en agresiones militares contra países del Asia Pacífico.

Son ideas, decía Keating, completamente absurdas y Australia, en lugar de dejarse llevar por la corriente de su aliado británico, tendría que hacer lo contrario: compaginar y emprender iniciativas conjuntas con el Gobierno de Beijing, .

Una forma de hacer política, de hacer diplomacia, que a la postre le vendría muy bien para desatascar las relaciones bilaterales con Australia y no perder grandes oportunidades comerciales, apostillaba el ex primer ministro Keating.

Sin embargo, la publicación del organismo Australian Strategic Policy, una institución dedicada al estudio y debates sobre estrategias políticas, apuntaba en la dirección contraria en un artículo sobre otro ex primer ministro australiano Kevin Rudd, también laborista, al que acusaba de ser un hombre que soñaba despierto.

Tanto es así, dice la publicación, que Rudd no pensaba, ni se imaginaba, que Taiwán fuese devorada por el gobierno de Xi Jinping. Tampoco creía que el Gobierno oriental se embarcase en una política de agresión y expansionismo militar en los países de Asia Pacífico. 

Sin embargo, en una entrevista concedida a la cadena nacional de la ABC, Rudd inculpaba a Morrison, así como al ministro de Defensa, Peter Dutton, y la ministra de Asuntos Exteriores, Marise Payne, por los acontecimientos que han tenido lugar en la Islas Salomón. 

Rudd aseguró que él enviaría a la ministra de Exteriores a la capital isleña de Honiara para entablar conversaciones con el fin exponer nuestras inquietudes sobre las maniobras de China e instalar una base naval con destacamentos militares.         

Finalmente, el ex primer ministro laborista, que gobernó poco más de tres años en la década pasada, criticó que la actual coalición conservadora haya recortado dijo, que durante el tiempo que ha estado gobernando la coalición conservadora se recortaron, sustancialmente, los presupuestos para los países de la región del Asia Pacifico. Asimismo, Rudd hizo hincapié en los recortes en políticas sociales para mejorar las condiciones de los isleños.  

Finalmente, Emma Connors, analista de la publicación Financial Review, sugiere que Australia podría aprender más sobre la importancia de la diplomacia para enfrentarse en situaciones como la que representa las islas y terriorios del Asia PacíficoEn este sentido, Connors pone el acento en aprender, incluso de Japón, a pesar de los terribles enfrentamientos que han sufrido a lo largo de la historia con China.