El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha tomado posiciones en la guerra abierta entre Rusia y Ucrania tras la invasión del Ejército de Vladimir Putin. Tras reunirse con su gabinete, Morrison anunció a los medios de comunicación que lo más eficaz era enviar armamento letal. Una conclusión distinta a la de la semana anterior, cuando anunció que el material que enviarían no causaría muertes masivas en las filas. Mientras tanto, la ministra de Asuntos Exteriores, Marise Payne, añadió que el nuevo contingente de armas letales sería enviado junto al armamento de Estados Unidos.

Al mismo tiempo, la crisis en Ucrania ha abierto una ventana de oportunidad a la agricultura australiana, que a día de hoy es la sexta productora mundial del trigo que consume el planeta. Sin embargo, el bloqueo bélico en la zona del Mar Negro, donde se produce el 34% del trigo que necesita el mundo, unido a unas malas cosechas en Estados Unidos, ha aumentado las expectativas de Australia, siempre y cuando consiga responder a la demanda y sobre ponerse al cuello de botella.

En la bancada opuesta, la del partido laborista, Penny Wong, portavoz en materia de Defensa y senadora parlamentaria, manifestó que China tenía en sus manos una gran oportunidad de dar un paso adelante y solidarizarse con las fuerzas aliadas de Occidente. Y por lo que se refiere al partido de los Verdes, una agrupación política que defiende la sostenibilidad del medio ambiente, justicia social y democracia de base, su portavoz principal en el parlamento Adam Bandt, condenó la ocupación militar de los rusos en Ucrania.

Los australianos, divididos sobre Rusia y Ucrania

En líneas generales, las publicaciones australianas de ideología conservadora en papel, de tirada nacional, o bien a través de digitales online, condenan a rajatabla la ocupación rusa en territorio ucraniano. Del mismo modo, aunque con distintos matices, la prensa progresista también critica con énfasis la invasión rusa en Ucrania.

Pero, algo que llama la atención en algunas secciones de los periódicos del ala progresista, son las cartas a los editores para expresar sus razonamientos y puntos de vista.

Como botón de muestra algunos ejemplos: John Gwyther de la localidad de Coongulla en el Estado de Victoria, decía con rotundidad que, si el Gobierno tomaba la decisión de enviar tropas de refuerzo a Ucrania, tenía que consultar primero con el Parlamento. O, dicho de otra forma, con los distintos partidos políticos de la Cámara de Representantes.

Y otra carta firmada por Mauirie Johns, quien reside en Mount Eliza, a las afueras de Melbourne, en su carta dirigida al editor del periódico The Age, quien destaca que Occidente se encargó de plantar las semillas, pero fracasó en su intento de establecer un código de conductas diplomáticas, para evitar conflictos guerreros o invasiones como la brutal intervención de las tropas rusas en Ucrania.

Y añade Johns: “La historia nos dice que esta aventura llevada a cabo por los rusos era inevitable”. A continuación, explica que cuando se vino abajo el bloque soviético hace más de un cuarto de siglo, Occidente se vanaglorió sacando pecho, tras el desmoronamiento de los países satélites de Rusia.

Acto seguido, escribe Johns, los Estados Unidos hicieron todo lo posible por ampliar el número de países en la OTAN, países que estaban por aquel entonces bajo el dominio del ruso.

“Putin es un tirano”

En este contexto, cuando ElPlural.com, se puso en contacto con Nadia Zylan, oriunda ucraniana, residente en Melbourne, para preguntarla acerca de los puntos de vista de Johns, -o sea, si pensaba que la falta de diplomacia, o la falta de tacto, había sido un desencadenante de la crisis-, Zylan fue contundente en su respuesta, diciendo que de ninguna manera habría que interpretarlo en esos términos. Y añadió: "Putin, es un criminal, un tirano que amasó grandes fortunas a costa del pueblo".

James Young es otro de los ciudadanos melburnianos que viven en Mount Eliza, y quien también escribió al editor del matutino, diciendo que, en los últimos tres años, el primer ministro Scott Morrison ha estado imbuido en grandes iniciativas y campañas de Marketing, pero que al final no ha logrado resolver nada satisfactoriamente.

Otros lectores también escriben misivas a los editores, puntualizando que, los tiempos de guerra, sea donde sea y por razones de seguridad, les viene bien a los gobiernos que van a remolque en las encuestas de opinión. En poco tiempo, se ponen por delante de sus opositores políticos, tras estar continuamente abordando una ola de mensajes en los medios informativos de radio prensa y televisión.  

En fin, aparte de lo que se trasluce a través de cartas escritas a los editores o directores de la prensa, un dato esperanzador son los dirigentes rusos y ucranianos, quienes han entablado conversaciones para llegar a un acuerdo, con el fin de silenciar los tambores de guerra. En las últimas conversaciones al filo del fin de semana hicieron una pausa para reunirse de nuevo en los próximos días.

Los precios a 15.000 kilómetros

Y, sin embargo, tan lejos, lejísimos de la invasión rusa en el país ucraniano, los precios en Australia se están notando, de veras, sobre todo en el aumento del coste de los suministros de productos energéticos.

Según fuentes del Instituto del consumo de petróleo, los precios han aumentado 2,2 céntimos por litro de gasolina, lo cual significa un gasto a la semana 250 dólares. Un aumento sustancial, sobre todo pensando en los 67 dólares que se gastaban por semana, antes de comenzar la crisis.

Lo mismo con los precios del gas, a pesar de que en este país representan una gran fuente de riqueza. Hace dos años, los consumidores se gastaban 309 dólares a la semana, y en el 2021 los precios subieron por las nubes hasta llegar a 380 dólares.

Oportunidad para el trigo australiano

Pero dejando a un lado las cargas que los australianos tienen que ventilar, la gran baza a favor serían las exportaciones de trigo y cebada y otros productos agrícolas que crecen, aprovechando la coyuntura.

A nivel global, este país oceánico es el sexto país del mundo con mayor producción de trigo, sin embargo, su posición se prevé que mejore, dado que la región del Mar Negro, de la que depende el 34% de la producción de trigo del planeta, está bloqueada por la invasión rusa de Ucrania.

Esta situación, unida a unas malas cosechas en Estados Unidos, supone una oportunidad única para la agricultura australiana, según los recientes informes de Rabobank, siempre y cuando el país oceánico sea capaz de afrontar la alta demanda y el cuello de botella de las exportaciones.