A pocos días del anuncio de elecciones generales en Australia, los miembros de la plana mayor del movimiento republicano aprobaron un proyecto definitivo para tumbar el régimen instaurado por la Monarquía británica allá por 1901.

El analista James Massala, adjunto al grupo periodístico Nine Entertainment, sostiene que el nuevo proyecto difiere del anterior en el sentido de elegir directamente al futuro presidente, en lugar de ser designado por el Parlamento. Un proyecto éste último que muchos australianos ven como controvertido, por cuanto muchos ciudadanos creen que no se da ni voz ni voto al pueblo.

La decisión, sostiene el analista, y autor del libro The Great Cave Rescue (El Gran Rescate en la Cueva) fue rechazada en el último referéndum convocado en 1999. Por otro lado, el nuevo modelo diseñado por los dirigentes del Movimiento Republicano, fue aprobado después de consultas con expertos y especialistas en leyes.

Relacionado Ned Kelly, el Curro Jiménez de las Antípodas que divide a Australia

Además, las demarcaciones estatales y territoriales tendrán la opción de presentar candidaturas para elegir al futuro presidente de la Nación y que sustituiría al Gobernador General, un cargo que hoy día ostenta David Hurley y que ejerce el representante de la reina de Inglaterra Isabel II. La soberana, junto a las recomendaciones del primer ministro, eligen al Gobernador, quien en la práctica es el jefe de la nación y, adicionalmente, es el jefe de las fuerzas armadas.

Sus atribuciones, pues, son amplias. Tanto es así que, en una crisis de gobierno en el año 1975, y a falta de la aprobación de presupuestos generales de la nación, en el Parlamento Federal, el Gobernador de la época, Sir John Kerr, tuvo que dirimir una de las crisis políticas más controvertidas de la historia australiana. Finalmente, Kerr forzó la dimisión del primer ministro laborista Gough Whitlam y nombró a su rival, el liberal Malcolm Fraser, como sustituto interino en un proceso que acabó en elecciones y con la victoria aplastante del último.

Tirando del hilo, con los episodios históricos, en el año 2020, se dio a conocer la correspondencia sobre el polémico caso de la destitución del primer ministro laborista Gough Whitlam. 

David Fliker, director de la Biblioteca Nacional, de la capital federal de Canberra, donde guardan con mucho celo  la correspondencia, sobre el polémico caso, destapó el contenido de las cartas, que documentan un total de 1.200 páginas en referencia a la destitución del primer ministro de la época . 

Sin embargo, para desentrañarlas, Friker desveló el contenido de algunas de las más importantes, relacionadas con las actuaciones del entonces Gobernador General Sir John Kerr.  Actuaciones, cartas y páginas que, especifican, el Gobernador General, escribió al secretario privado de la Reina, pero sin decir, expresamente, que las cartas tenían que ser leídas por su majestad.

Así las cosas, cuando los medios informativos, concretamente The Guardián Australia, quiso averiguar por qué Sir John Kerr no señaló a las claras la destitución del primer ministro, el Gobernador contestó que no quería que la reina conociera lo sucedido por anticipado. O dicho de otra manera que antes de quitarse de en medio al primer ministro laborista, la correspondencia tenía que haber sido leída por la Reina y no solo por el Gobernador General y el secretario privado de la reina, según las fuentes del diario.

Un proyecto a la irlandesa

El analista Massola, estudiando a fondo el sistema republicano, sostiene que es muy parecido al que diseñaron en Irlanda el 29 de diciembre del año 1937.

Y es que, al igual que en Irlanda, el futuro presidente de la república en Australia no podrá mandar a su antojo, sino que tendría que adecuar sus decisiones con poderes limitados, Incluso tendría menos poderes que el actual Gobernador General de Australia.

Sobre la organización interna, el presidente de la República australiana tendría la potestad de elegir al primer ministro, siempre y cuando su partido tenga la mayoría en la Cámara de Representantes.

Relacionado Australia encara el riesgo de extinción de los koalas

Así las cosas, y retomando el pulso sobre el futuro político de Australia, de cara a un posible referéndum sobre el cambio Constitucional y la posibilidad de convertirse en República, ElPlural.com quiso recoger algunas reacciones sobre cuál sería el resultado del próximo referéndum. En este sentido, Vija Ozols, educadora y residente en Australia, dijo que esperaba el cambio en pro de un sistema republicano. Del mismo modo, Carlos Rendich, un miembro de la comunidad chilena de Melbourne, que durante muchos años estuvo haciendo una gran labor en la emisora nacional del SBS y en el seno de la comunidad latinoamericana, comentó que esperaba como agua de mayo el cambio de la Constitución por un sistema republicano. Y, por último, Gema, sin querer desvelar su apellido, opinó para ElPlural.com que el sistema actual era de su agrado y le parecía bien no hacer cambios. 

Es solo una pequeña muestra, pero en un sondeo más amplio citado por el articulista Massala, el 38 por ciento de las personas encuestadas opinan a favor del modelo presentado por el movimiento republicano, mientras que el 30 por ciento estaba en contra y el 32 por ciento no estaba muy seguro de apostar por ninguna de las opciones presentadas.