El 26 de enero Australia celebra su día Nacional, cuando conmemora la llegada de Arthur Phillip con los once navíos de la Primera Flota británica a la cala de Sidney para formar la primera colonia penal de la historia. Es un día vinculado, simbólicamente, con jornada de reflexión y premiar a los personajes del año, por su dedicación y trabajo en distintas facetas de la vida laboral. En Canberra, sin embargo, miles de manifestantes recorrieron los lugares más emblemáticos de la ciudad en protesta de las desigualdades sociales que conciernen a los aborígenes del país, coreando mensajes de repudio contra las autoridades federales por adueñarse de un inmenso continente isla, que pertenecía a los nativos desde tiempos inmemoriales. 

Acto seguido, muchos participantes de la protesta se dirigieron a la embajada indígena situada en los jardines del antiguo parlamento de Australia, para conmemorar los 50 años de vida con el fin de celebrar diversas actividades culturales.  

Una activista canta durante un mitin del Día de la Invasión en Brisbane

Los aborígenes se echan a la calle

La embajada, ahora ya con sede física, a lo largo de su periplo fue cambiando de domicilio, en ocasiones, como tiendas de campaña, o incluso como un inmenso paraguas, simbolizando la lucha continua, por los derechos políticos y sociales de los primeros pobladores.

En Sydney, mientras tanto, las calles principales de la ciudad se abarrotaron de gente que portaban banderas y pancartas, recriminando al Gobierno federal por la falta de respuestas para resolver las grandes inquietudes de los nativos. Más de 4.000 personas participaron en la concentración. Del mismo modo, mostraron sus inquietudes, en protesta por la invasión ejercida por los primeros expedicionarios británicos, que se adueñaron del país,  

Fuentes del diario Sydney Morning Herald añaden que, al margen de los aborígenes, muchos australianos desfilaron por calles y avenidas de la ciudad en rechazo por la falta de progreso sobre las necesidades que adolecen los primeros pobladores.

Pintura roja cubriendo una estatua destrozada del Capitán James Cook en Catani Gardens en St Kilda, Melbourne

Sangre pintada sobre el Capitán Cook

En Melbourne, en un ataque de ira, la estatua del Capitán Cook fue embadurnada con pintura roja en señal por la sangre derramada durante los tiempos de la conquista. En St.Kilda, en el corazón de la ciudad, un grupo de desconocidos pintaron de rojo, de la cabeza a los pies, la estatua del explorador británico. El alcalde de Port Philip, Marcus Pearl, en una entrevista con el grupo periodístico Nine Entertainment, lamentó el acto vandálico.

Sin embargo, en el sentir y en la conciencia de muchos aborígenes, persiste la idea de que el capitán Cook no descubrió nada, sino que se apoderó de Australia, sin preguntar a nadie quiénes eran los pobladores de la época.   

Omus Williams, representante de una organización llamada los Guerreros por la Resistencia de los Nativos, en declaraciones al matutino The Age, recalcó que, si las autoridades no encuentran otra fecha más adecuada para celebrar el Día de Australia, volverán a repetirse marchas masivas, sobre todo teniendo en cuenta el aumento de muertes de nativos en las penitenciarías australianas. El año pasado fallecieron 15, dijo el activista aborigen.

El primer ministro Scott Morrison posa con nuevos ciudadanos durante el Día Nacional de Australia

Dylan Alcott, personaje del año

En una reunión estelar en la capital Federal de Canberra, el primer ministro, Scott Morrison, anunció a los personajes australianos más distinguidos por su trabajo en labores sociales más apremiantes en este país oceánico.

En primer lugar, Dylan Alcott fue elegido personaje australiano del año por su labor continúa con  personas discapacitadas. En su palmarés en el deporte de tenis sobre silla consiguió 23 slams de oro a lo largo de su carrera.

Shanna Whan fue también distinguida personaje del año, después que abandonara el alcohol y se convirtiese en heroína local, por su trabajo en ayudar a los alcohólicos en zonas rurales de Nueva Gales del Sur.

Valmai Dempsey, a través del voluntariado, recibió los honores en la categoría senior tras haber trabajado durante 50 años en las ambulancias de Saint John, en el territorio de la capital federal. A continuación, el médico Daniel Nour, en representación de la juventud australiana, se distinguió también como personaje del año por su labor encomiable de prestar ayuda a decenas de miles de hombres y mujeres que duermen al raso.

Los activistas marchan durante un mitin del Día de la Invasión en Brisbane.

La figura del Gobernador, el rey de Australia

Según la tradición es el Gobernador de Australia el encargado de elegir los personajes del año. El Gobernador general de Australia, en la actualidad el militar David Hurley, es un cargo derivado de la Commonwealth y que estipula la Constitución de la Mancomunidad de Australia. Legalmente, está entre la Reina de Inglaterra y el primer ministro australiano, es la figura protocolaria más alta del país (solo después de Isabel II), es el comandante en jefe del Ejército y representa a la reina en el país, por lo que tiene poder de veto a las leyes. Sin embargo, son prerrogativas protocolarias y no ejecutivas, por lo que su papel es una figura híbrida entre el rey de las monarquías constitucionales europeas y el presidente de las Repúblicas modernas.

Sin embargo, desde hace un tiempo el Gobernador está siendo asesorado por el Gabinete del gobierno federal. En este contexto en 1989, Bill Hayden, Gobernador general de Australia de convicciones republicanas, declinó autorizar los nombramientos a los asesores de la reina del Consejo Britanico.

Así las cosas, a partir del 2014, cuando Hayden, abandonó su cargo en 1996 el nuevo Gobernador de Australia, volvió a ocuparse de las tareas. A partir de entonces los debates, favor o en contra, del Día de Australia volvieron a suscitarse.

Unos, a favor del 26 de enero, día del comienzo de la era moderna en Australia, y sus oponentes argumentando, que esa fecha fue el comienzo de las medidas sistemáticas del imperio británico, para tomar posesión del Continente isla.

La mayoría de los australianos, sin embargo, están a favor de no cambiar de fecha, aunque también asumen que, a medida que pasan los años, los australianos, cada vez más, están cambiando de opinión.