“En el universo hay miles de millones de galaxias, en nuestra galaxia hay miles de millones de planetas, pero solo hay una Tierra”. Con este mensaje, Naciones Unidas quiso ayer concienciarnos -en el marco de la celebración del Día Mundial del Medioambiente- de la necesidad de cuidar de nuestro mundo.

“La vitalidad y diversidad de los ecosistemas de nuestro planeta son la base de la prosperidad y el bienestar humanos, como se puede observar en los bosques, las tierras agrícolas, los entornos de agua dulce, los océanos y las costas”, afirma la institución. Y advierte: “Sin embargo, estamos degradando estos preciosos recursos de forma alarmante”.

Ayer se cumplieron 50 años desde la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Aquel 5 de junio de 1972, la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de Estocolmo, Suecia, tuvo por lema ‘Una sola Tierra’. Cinco décadas después, mantiene su vigencia y se ha recuperado para celebrar este medio siglo de esfuerzos.

Las empresas tienen que jugar un papel aún más importante en la lucha contra el cambio climático

Cambio en las conciencias

En este tiempo, la mentalidad de la ciudadanía en el mundo desarrollado occidental ha cambiado: “Notamos que cada vez la gente está más concienciada y que el consumo sostenible y la economía circular marcan la tendencia del mercado. Las empresas tienen que jugar un papel aún más importante en la lucha contra el cambio climático. Tenemos que apostar por la innovación, por envases sostenibles, fabricados con materiales reciclados, dándoles una segunda vida y aportándoles un valor extra”, asegura Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de AUARA.

Esta empresa ha reciclado -según sus datos- más de 417.000 Kg de plástico, lo que ha supuesto el ahorro de más de 531.000 Kg de CO2 emitido a la atmósfera. Todas las botellas de agua que venden están fabricadas con plástico rPET 100% reciclado.

Estamos utilizando el equivalente a 1,6 Tierras para mantener nuestro estilo de vida actual

Solo un planeta

Según Naciones Unidas, “estamos utilizando el equivalente a 1,6 Tierras para mantener nuestro estilo de vida actual y los ecosistemas ya no pueden satisfacer nuestras demandas”.

Sus datos indican que el 67% de las emisiones de gases de efecto invernadero “están asociadas a nuestros estilos de vida” y que “un giro hacia comportamientos sostenibles reduciría nuestras emisiones entre un 40 y un 70 % para 2050”.

Conseguir alimentar a una población creciente con recursos limitados es el reto

Sector de la alimentación

Ese es el reto para la industria alimentaria, según Lucas González-Guija, director de Marketing de Vegan Food Club: “Conseguir alimentar a una población creciente con recursos limitados, minimizando nuestro impacto en el planeta”.

Por su parte, Pedro Zuim, director de Marketing de Future Farm, destaca la importancia de “conseguir una cadena de suministro de materias primas en la que se reduzca la distancia que los productos deben recorrer desde su producción hasta el consumidor”.

Otro de los objetivos tiene que ser conseguir un empaquetado “perfecto, que alargue la vida útil de los alimentos, sostenible pero económico, para que las empresas podamos acceder a él sin perder rentabilidad”.

El sector financiero debe democratizar la inversión sostenible

Financiación

Pero, para conseguir estas metas es necesario contar con la financiación correspondiente. “El reto del sector financiero es democratizar la inversión sostenible para que cualquier persona, con cualquier patrimonio, pueda tener a su alcance opciones de contribuir a mejorar el planeta con su dinero, y que seamos capaces de medir el impacto real que, a través de este tipo de inversión, consigue cada persona con sus ahorros”, afirma Miguel Camiña, CEO y cofundador de Micappital.

Por su parte, Francisco Javier Garayoa, director general de Spainsif, considera que “en materia de finanzas sostenibles, los principales retos son la adaptación a la normativa europea, el desarrollo de una oferta amplia de productos financieros sostenibles, la formación interna de los equipos comerciales de las entidades financieras y el desarrollo de la tecnología digital que ha de dar soporte a las finanzas sostenibles”.

En 2040 el sector TIC representará el 14% de la huella de carbono mundial

Tecnología

Estos esfuerzos también se están extendiendo a la tecnología, por supuesto, dado que “tiene una actividad intensiva que genera un importante consumo energético y también gran cantidad de basura electrónica”, explica Johanna Gallo, CEO y cofundadora de APlanet. Y añade: “Se espera que en 2040 el sector TIC represente el 14% de la huella de carbono mundial. Por tanto, tratar de reducir esta huella de carbono y compensar su impacto negativo en el medio ambiente es un reto fundamental”.

Y a otros sectores como el turístico, que “es responsable del 8% del total de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global”, según Viola Migliori, Country Manager Southern Europe de Evaneos.

Sin embargo, “Pero viajar y conocer otras culturas es fundamental para el ser humano. Además, existen economías que basan su subsistencia en el turismo”, indica Migliori. A su juicio, “el reto es apostar por una forma de viajar más sostenible, que beneficie a las poblaciones y las economías pero proteja el medio ambiente”.

Algo que también afecta al transporte de mercancías, en especial por carretera, que supone en España casi el 27% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.

“Hay que ganar en  eficiencia, invertir en flotas no contaminantes y medir y compensar nuestra huella”, afirma Samuel Fuentes, Chief Strategy Officer de Ontruck.

Pasar a la acción

“La Tierra se enfrenta a una triple emergencia planetaria: el clima se calienta a un ritmo demasiado rápido para que las personas y la naturaleza se adapten; la pérdida de hábitat y otras presiones sobre la naturaleza han conllevado a que aproximadamente 1 millón de especies estén en peligro de extinción; y la contaminación continúa envenenando nuestro aire, tierra y agua”, recuerda Naciones Unidas.

Y lanza una llamada a la acción: “Salir de este atolladero implica transformar nuestras economías y sociedades para hacerlas más inclusivas, más justas y más respetuosas con la naturaleza. Debemos pasar de dañar el planeta a curarlo”.