Malcom Turnbull, ex primer ministro del Gobierno federal de Australia al frente de una coalición conservadora entre los años 2015 al 2018, se ha puesto al frente de las críticas al actual líder del país, Scott Morrison. En declaraciones a los medios del grupo periodístico 9 News, Turnbull ha tachado de deshonesta la maniobra de Morrison de cambiar las reglas del juego al cancelar la adquisición de los doce submarinos del grupo francés Naval.

En realidad, según Turnbull, “el primer ministro es un hombre acostumbrado a no decir la verdad, y lo digo por mis propias experiencias, cuándo fui jefe del Ejecutivo en el Gobierno federal y Morrison me acompañó como miembro del gabinete ministerial”.

Y, para abundar en detalles añadió: "Una cosa es ser deshonesto en el contexto de políticas internas, o del ámbito nacional, y otra muy distinta es cuando se cometen errores de bulto en relaciones internacionales".

90.000 millones en submarinos tienen la culpa

Mientras tanto, a preguntas de los informadores el primer ministro alegó que, en ningún momento mintió sobre la controvertida compra de submarinos valorada en 90.000 millones de dólares australianos.

Según sus propios testimonios, la operación de los navíos fue discutida en el mes de junio en la ciudad inglesa de Cornwall, en una cena compartida con el primer ministro británico Boris Johnson y el presidente norteamericano Joe Biden, después de la reunión cumbre de los países del G7.

Así las cosas, días más tarde, Morrison conversó en París con el presidente francés, para cambiar impresiones sobre el contrato de los submarinos. Y fue, en esa ocasión, cuando le dijo al presidente francés, Emmanuel Macron, que estaba buscando alternativas de navíos con mayor potencial de ataque, sin nombrar a ningún país que estuviera interesado en la operación.

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y el presidente de Francia, Emmanuelle Macron

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y el presidente de Francia, Emmanuel Macron

Otro de los protagonistas que han estado debatiendo el polémico tema sobre cuestiones de índole internacional ha sido el ex primer ministro laborista Kevin Rudd, quien estuvo a cargo de la jefatura del Gobierno entre los años 2007 al 20013, excepto un breve periodo en el 2012. En cuestiones relacionadas con países aliados recalcó, en una entrevista con la cadena nacional ABC, que es fundamental dialogar con tacto, dialogar inteligentemente, de lo contrario puede repercutir muchísimo en las relaciones bilaterales con otros países.

Y, para terminar, añadió, en el caso del mandatario político Scott Morrison, no es de rigor, por ejemplo, "ponerse un micrófono en la boca y pregonar que van a dar un asalto contra el Gobierno de China".

"Fraude intencional"

Finalmente, hoy miércoles, Jean Pierre Thebault, embajador francés en Australia, fue invitado al Club de prensa de la Capital de Canberra. A preguntas de los periodistas sobre la actitud del Gobierno australiano dijo que había cometido un fraude intencional.

A continuación, se levantó una periodista para preguntar al embajador si de alguna manera las relaciones entre los dos países pudieran reverdecer en el caso de que Morrison pida perdón. Tras una breve pausa, el diplomático francés dijo: “No soy yo quien pueda discernir sobre este tipo de decisiones, pero en América se dice, que a veces no es mala cosa comerse ‘a humble pie’" O sea, un humilde pastelillo, o pastel de humildad. O dicho de otra forma si Morrison se tragara su orgullo y comiera un humilde pastelillo las relaciones podrían reconducirse de nuevo.