BBVA y Banco Sabadell siguen a la espera de conocer la decisión de las autoridades a la que se ha convertido en la operación financiera del año, la opa que ha lanzado el banco bilbaíno de Carlos Torres sobre la entidad alicantina. Tras meses de debate, rumores e incertidumbres, parece que uno de estos reguladores, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) emitirá su primera valoración en los próximos días. Según han avanzado fuentes del organismo en las últimas semanas, la primera decición del regulador de Competencia a nivel nacional se conocería "a mediados de noviembre".
Esto no supone que a mediados de noviembre, es decir, en los próximos días, se conozca si la CNMC da el visto bueno, o no, a la operación lanzada por BBVA sobre el 100% del negocio de Banco Sabadell. Según lo previsto, lo que hará la CNMC es comunicar al mercado si aprueba la operación en fase 1 o si, como muchos avanzan, lleva la opa a una segunda fase de estudio. Precisamente la decisión de analizar la operación en fase 1 o fase 2 ha sido objeto de debate en las últimas semanas, en función del impacto que tendría la unión de ambas entidades para el resto de la competencia del sector financiero. Todo ello siempre y cuando la operación reciba las autorizaciones correspondientes y los accionistas de Banco Sabadell -que tienen la última palabra en la operación- acepten la oferta del canje de acciones lanzada por BBVA una vez llegado el momento de hacerlo.
De cumplirse los plazos avanzados por la CNMC, en los próximos días se conocería un capítulo oficial nuevo de la operación financiera del año. Ante los dos supuestos que hay actualmente sobre la mesa -que la CNMC apruebe la operación en fase 1 o que la autoridad de Competencia aplace la decisión a una fase 2 de análisis-, si se diera el primero la operación tendría que ser autorizada también por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). A día de hoy ambos reguladores mantienen la operación bajo estudio, de forma paralela, aunque fuentes del sector descuentan que la decisión de la CNMV será posterior a conocerse la valoración de la autoridad nacional de Competencia.
¿Podría entrar en juego el Gobierno?
De elevar el estudio de la operación a fase 2, esto supondría para el regulador analizar con mayor profundidad los detalles de la opa lanzada por BBVA sobre el 100% del negocio de Banco Sabadell. En caso de que la operación pase a la segunda fase de análisis de Competencia es posible que tuviera que contar también con el visto bueno del Ejecutivo, más concretamente del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa liderado por Carlos Cuerpo, en caso de que la CNMC no tuviera claro el efecto que tendría una operación como esta en el resto del sector financiero nacional.
La primera fase del estudio de Competencia contempla, según la ley, un tiempo de "máximo un mes", sin contar con los aplazamientos y suspensiones en caso de solicitar más información por el regulador. Los plazos se han ralentizado en este caso por las consiguientes informaciones nuevas que han ido saliendo al mercado sobre la operación financiera del año. Ahora, el consejo de la CNMC debe dedicir si la operación debe ser archivada, si puede ser autorizada -con o sin compromisos en base al resto de la competencia- o, si por el contrario, la concentración requiere ser analizada con más detalle.
El análisis con más detalle lleva consigo la participación de terceros interesados en la operación. Es aquí donde podría entrar en juego el papel del Gobierno, que tendría que dar el ok, o no, a la operación lanzada por BBVA sobre el negocio de la entidad alicantina. En esta segunda fase del estudio, la CNMC resolvería si la concentración, en este caso del negocio de BBVA y Sabadell, debe ser autorizada de pleno o bien autorizada con compromisos. Así, si los compromisos planteados en la operación no fueran suficientes para resolver los futuribles problemas de competencia, a ojos del regulador de Competencia, este podría optar por imponer condiciones a la concentración. Unas condiciones que complementarían o que directamente sustituirían los compromisos propuestos por la entidad.
La CNMC puede prohibir la opa BBVA-Sabadell
En el caso más extremo, la CNMC podría prohibir la operación de no observar en los planes presentados por BBVA los compromisos o condiciones necesarias para evitar, o resolver, los problemas de competencia en caso de que saliera adelante la opa y la posterior fusión deseada por el banco bilbaíno. En caso de considerar que la operación no deba ser autorizada, o que necesite de ciertos compromisos y condiciones para salir adelante, esta podría pasar al Ejecutivo que, a través del Consejo de Ministros, tendría 15 días para decidir qué hacer con la opa BBVA-Banco Sabadell. Una decisión que, tal y como consta en la legislación actual de Competencia, "debe estar bien motivada".
La Ley de Defensa de la Competencia mantiene así que el Consejo de Ministros pueda valorar las concentraciones económicas como esta "atendiendo a criterios de interés general", criterios que podrían ser diferentes a los estudiados por el regulador de competencia nacional. En este caso, el Ejecutivo debe analizar factores adicionales como la defensa y seguridad nacional, la protección de la seguridad o salud pública, la libre circulación de bienes y servicios dentro del territorio español, la protección del medio ambiente, la promoción de la investigación y el desarrollo tecnológicos y la garantía de un adecuado mantenimiento de los objetivos de la regulación sectorial.
Si la CNMC cumple con los plazos estimados y finalmente da su visto bueno a la operación a mediados de noviembre, la opa BBVA-Sabadell podría seguir con el calendario diseñado por el banco interesado en hacerse con el negocio de la entidad alicantina liderada por Josep Oliu. Así, se cumplirían los plazos, previstos entre seis y ocho meses, para lograr todas las autorizaciones correspondientes para poder lanzar la opa sobre las acciones de Banco Sabadell en la práctica y, si los accionistas del banco aceptan la oferta del canje de acciones de BBVA, poder cerrar la fusión de ambos bancos a mediados de 2025.
En caso de que la CNMC decidiera llevar la operación a la fase 2 de análisis, los plazos se podrían retrasar más de lo previsto. El propio ministro de Economía y máxima voz autorizada del Gobierno en la materia ya avanzó a mediados de octubre que, de llegar a fase 2, el calendario de la opa BBVA-Sabadell "se puede extender varios meses más, hasta bien entrado el primer trimestre de 2025". Es decir, retrasaría todos los planes del BBVA para fusionarse finalmente con el negocio de Sabadell si los accionistas de la entidad aceptan su oferta.
En todos estos trámites entra en juego también el papel de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el regulador bursátil nacional, cuyo presidente, Rodrigo Buenaventura, ha comunicado su salida del organismo en las próximas semanas. No obstante, el directivo ha asegurado que su marcha no tiene nada que ver con la operación BBVA-Sabadell y que, asimismo, no influirá sobre la decisión que tome el regulador sobre la opa.