La adaptación de la parábola bíblica de 'David contra Goliat' que ha presentado recientemente Miguel Ángel Rodríguez (MAR), jefe de Gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha sorprendido a los espectadores por la curiosa selección de personajes. No es común que al joven pastor lo encarne un defraudador y falsificador de documentos confeso, pero la mano derecha de Isabel Díaz Ayuso ha considerado que Alberto González Amador, novio de la jefa y presunto enchufado, es el más dotado para el papel. Algo menos original es que el Estado represente al gigante filisteo.
Café para los más licorcafeteros destilado por la cabeza pensante del neoliberalismo fantasioso -valga la redundancia- español. Y es que en esta adaptación tuitera producida por el Gobierno de la Comunidad de Madrid, y financiada con los impuestos de todos los madrileños, la humilde honda que porta el propietario del ático más famoso de Chamberí está representada, para MAR, por “su abogado y su valentía”. Tan solo esto para enfrentarse al gigante estatal “agobiante”, “totalitario”, “tirano” y, como todo villano hollywoodense que se preste, “comunista”.
Un registro que a los más estudiosos del director ha recordado a otras obras de su creación, como ‘la presidenta y el táper’, en la que relata la historia de una mandataria autonómica que lucha contra todo el aparato mediático, que quiere tumbarla únicamente por comprar una casa de 4,3 millones euros con dinero público y usarla para ocio privado; o ‘pá’lante’, el descarnado relato de un alto cargo que llega a utilizar mecanismos tan oscuros como una nota de prensa para desmentir un bulo democrático e inocente.
Todavía no existe fecha judicial para saber cómo se resuelve la última obra de MAR, pero para aquellos que quieran llegar preparados a la resolución de la exitosa saga protagonizada por González Amador están disponibles las anteriores entregas. Debido a que la limitación de caracteres no permite una recapitulación completa, el jefe de Gabinete no ha podido incluir en su último pronunciamiento el contexto necesario para entender toda la trama, pero desde aquí haremos un esfuerzo para refrescar la mente de los espectadores.
Una saga exitosa
De familia humilde, González ‘el novio de Ayuso’ Amador conseguiría todo lo que tiene gracias a su propio esfuerzo y conocimientos de ingeniería fiscal. Jinete de un caballo famélico llamado Maxwell, el protagonista desplegó su “patrón organizado tendente a evitar la tributación”, calificado así por los críticos de la Abogacía del Estado, y su red de contactos hasta conseguir el ansiado Maserati diésel. Por el arduo camino perdió facturas y se vio obligado a rescribirlas, incluyendo gastos “no sustentados por prestaciones de servicios o entregas de bienes”, relata la Abogacía.
El calvario del protagonista comenzaría en el momento en el que la Agencia Tributaria detectó que los “datos declarados no eran acordes a la realidad”. Una vez cazado, intentó subsanar el error, reconociendo su culpa a través de su representante legal y ofreciéndose a pagar, pero ya era tarde y la vorágine política hizo el resto. No obstante, y pese a la indefensión aparente plasmada en el relato escueto de MAR, el antihéroe de la historia, forajido técnico sanitario, nunca ha estado solo.
El plano detalle que presenta el jefe de Gabinete en sus redes no deja ver a los actores de reparto de dinero, sin los que sería imposible entender la película que se ha montado el galardonado en 2011 con un delito de injurias. Empresarios corruptores y la administración madrileña, con el cameo de la presidenta autonómica en el papel de novia, del lado de González Amador; e inspectores de Hacienda y fiscales, con especial participación del fiscal general del Estado, de la parte estatal; son algunos protagonistas más que pueden verse si se aleja un poco la cámara.
Un primer golpe de cientos de miles de euros en impuestos impagados, asestado de forma “plenamente consciente” y al más puro estilo western, tras el que el novio de Ayuso no consiguió poner la suficiente tierra de por medio, se desarrolla durante la primera parte de la saga. La reacción del Estado, lo suficientemente grande como para sostener la dotación los servicios públicos del país y, a la par, perseguir a aquellos que los merman a costa de engrosar sus bolsillos ilícitamente, es la principal línea argumental de la segunda entrega, más policiaca.
La reacción de los defensores de González Amador, con su ofensiva contra el fiscal general, daba comienzo a la tercera parte de la trilogía, en formato bíblico, que se resolverá en los tribunales próximamente, contando además con el apoyo del spin-off centrado en Álvaro García Ortiz. La trama es amplia y la sinopsis de “un ciudadano enfrentado a la tiranía” que presenta MAR en su última publicación se queda corta. La utopía del Estado comunista que dibuja, y que quizá si tuviese una sola pizca de esta tradición se evitaría pugnar siempre con el villano inmortal que representan los poderes económicos privados, es otra peli.