Los colaboradores de Sálvame quedan amparados dentro del nuevo código ético de Mediaset. Así lo indican a ElPlural.com fuentes próximas del buque insignia de las tardes de Telecinco. Pese a la gran cantidad de titulares en los que se daba a entender que, a través de esta nueva estrategia, se pretendía poner trabas al programa presentado por Jorge Javier Vázquez, María Patiño, Terelu Campos y Adela González, la realidad es muy distinta a la que se ha narrado, ya que no les afectará tras haber sido consensuado con la cadena, que entiende la manera en la que se desarrolla el programa.

De esta forma, explican las citadas fuentes, se trata de escribir en papel las normas, que, dicen, llevan cumpliéndose desde la época en la que Paolo Vasile se encontraba al mando de la corporación y que simplemente se oficializan. Prueba de ello es el despido que sufrió Paz Padilla tras abandonar el plató de Sálvame hace poco más de un año debido al fuerte enfrentamiento que mantuvo con Belén Esteban. La discusión se produjo por el polémico discurso negacionista por parte de la gaditana, que se convirtió en precedente en el que se aplicó la norma. No obstante, y para evitar una batalla legal por despido improcedente, Mediaset y Padilla llegaban a un acuerdo y ésta volvía a ser readmitida y ya presenta su nuevo programa Déjate querer.

En las últimas semanas el código ha vuelto a aplicarse con el caso de Marta Riesco. La reportera tuvo un gran encontronazo en directo con Cristina Porta en Sálvame y ha sido apartada de la pantalla con la imposibilidad de hacer directos en Fiesta. De esta forma, el código ético solo se aplicará en Sálvame si uno de sus presentadores decide abandonar su puesto de trabajo en el plató y no así a los colaboradores dando un hecho diferencial al programa.

Dado que, además de ser un programa dedicado a la prensa rosa, los constantes encuentros a los que se enfrentan a diario son la chispa que le dan vida y lo convierten en un mero programa de telerrealidad.

Si a un concursante le desbordan las situaciones del programa, el programa tiene sus propia normas de convivencia y esas normas amparan estas situaciones. Sálvame es un programa de convivencia en el que conviven desde hace muchos años una familia de personajes. A veces hay situaciones que desbordan a un concursante o personaje y puede salir del programa temporalmente y luego volver más adelante. Esto lo entiende la nueva directiva y de hecho lo ampara. De esta forma, epunto concreto del código, que está fijado para los presentadores y no para la lógica interna de convivencia del programa.

El nuevo código ético de Mediaset

La llegada de Alessandro Salem en uno de los momentos más críticos de la historia de Mediaset España ha derivado en la modificación del código ético del grupo de comunicación. Este nuevo código deontológico advierte de que “no se tolerará ningún incumplimiento”, y que, de hacerse, se considerará una “falta laboral” sancionada.

En el primero de sus puntos, se indica que “los programas de entretenimiento son eso mismo, de entretenimiento y, por lo tanto, sus presentadores y colaboradores deben abstenerse de emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en el seno del programa”. De esta forma, solo se permitirá a los formatos que posean una sección específica de política a tratar estos asuntos.

En su segundo punto, se explica que los presentadores y colaboradores de los diferentes programas de Mediaset España tienen prohibido “atacar o criticar a cualquier otro programa de la compañía o a sus presentadores y colaboradores”.

Por su parte, el tercer punto señala que los presentadores y colaboradores “no pueden abandonar en directo y sin causa justificada el programa”. En caso de que suceda, “se tendrá por definitiva a efectos contractuales”. Asimismo, los presentadores han de “conducir y ordenar” el curso del formato, “deteniendo de inmediato cualquier iniciativa de cualquier colaborador o participante del programa que pueda dar lugar a una evidente responsabilidad penal o civil”. Y, además, todas las expresiones y los contenidos mostrados han de “ser acordes a la franja horario en la que se emite”.

Por último, queda prescrito que en los programas de entretenimiento no se podrán revelar datos de carácter personal de terceros “que no sean notoriamente públicos”. Tampoco se podrán mostrar imágenes de víctimas de violencia de género o ‘bullying’ ni se permitirá “alguna manifestación publicitaria que no haya sido previamente comunicada por escrito a Publiespaña”.