Al calor del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que propició la renuncia de Santos Cerdán, los socios de Pedro Sánchez cocinaban su estrategia de respuesta a la “corrupción” en torno a la Secretaría de Organización del PSOE. La primera exigencia pasaba por “medidas contundentes” contra el ya ex número tres socialista. Una vez hecho, el precio se encareció. Sumar incluso ha llegado a dejar la puerta abierta a una cuestión de confianza, aunque matizaron el derrape de su coordinadora, Lara Hernández. Lo que sí mantienen es la necesidad de “resetear” las relaciones entre los socios de Gobierno. Demanda que comparten con Junts, quienes han reclamado una reunión “urgente” para conocer las intenciones de los socialistas.

Los socios han olido la sangre y mueven ficha para trasladar toda la presión hacia a un PSOE que consideran herido. Al menos, en privado. En público, destacadas voces del bloque de la investidura han aprovechado para exponer sus demandas ante esta nueva etapa de las relaciones con los socialistas que se abre tras el caso Santos Cerdán. Todos coinciden en que la confianza está dañada y necesitan de nuevas pruebas de fe para mantener el apoyo y exigir que la guerra que Sánchez ha iniciado contra la corrupción “va en serio”.

¿Cuestión de confianza?

Tras la jornada del jueves, lo que sobrevolaba en el entorno socialista es la figura de la cuestión de confianza. De hecho, en las horas previas a la comparecencia del secretario general, había voces que apuntaban a esa dirección. Sin embargo, esa opción se tambaleó en cuanto trascendió que Sánchez comparecería desde el cuartel general del PSOE y en calidad de líder de la formación. Un mensaje directo a los socios para transmitir que no sólo es un caso puntual, sino que se trata de una cuestión de partido y no de gobierno.

La coordinadora de Sumar, así lo deslizaba en una entrevista concedida a La Hora de La 1, en TVE. Lara Hernández abría la puerta a abordar “cualquier mecanismo necesario” para recuperar la confianza de la ciudadanía. Declaraciones que acompasaban a la idea de “reseteo” que puso sobre la mesa la vicepresidenta segunda del Gobierno y cabeza visible de los magentas en Moncloa, Yolanda Díaz. Pero se ha quedado en un mero amago, pues la portavoz del Grupo Plurinacional se limitaba a puntualizar que “a día de hoy” no existen indicios que señalen al presidente del Gobierno. Por lo que su demanda queda encapsulada en apelar al PSOE a profundizar en la transparencia orgánica.

En cualquier caso, aunque Sumar hubiese percutido en la cuestión de confianza, el ala socialista de la coalición no estaba por la labor de accionar el botón de esta herramienta constitucional, cuya competencia cabe recordar que es exclusiva del presidente del Gobierno de turno. El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, cerraba la puerta con contundencia. “No está encima de la mesa”, subrayó.

El sector catalán reclama más contundencia

A ojos de los socialistas, Sánchez ha actuado con la “contundencia” que requería un caso como este: forzando la purga de Santos Cerdán, disculpándose ante la ciudadanía y anunciando medidas orgánicas para luchar contra la corrupción. Pero lo anunciado por el jefe del Ejecutivo desde Ferraz es “insuficiente” para los grupos que conforman el bloque de la investidura. ERC se ha pronunciado con vehemencia al respecto. Su secretaria general, Elisenda Alamany, advertía al líder socialista de que “no podrá seguir contando” con su apoyo si se llega a demostrar que “amparó” a su número tres. “Hacen falta muchas más explicaciones”, proclamaba la dirigente republicana en el programa Cafè d’idees de TVE.

Sostienen desde el aparato republicano que los hechos que destapa el informe de la UCO “son muy graves” y ello requiere de una respuesta coherente y contundente. “Tendrá que dar mucho más la cara que en estos últimos meses”, deslizaba. De ello dependerá el apoyo de Esquerra a la coalición, aunque también ha indicado que la dirección del partido “evaluará” las próximas acciones que deba tomar. En cualquier caso, la confianza en el PSOE “está muy dañada”.

Por ahí transita también Junts. Su secretario general, Jordi Turull, reclamaba a Ferraz una “reunión urgente” con la cúpula neoconvergente para evaluar la nueva etapa de las relaciones con los socialistas. La portavoz juntaire en la Carrera de San Jerónimo, Miriam Nogueras, profundizaba en esta línea, añadiendo que el objetivo del encuentro sería conocer de manera directa “la viabilidad de esta intención” para, posteriormente, “tomar decisiones”.

Al BNG también se le queda coja la comparecencia de Sánchez. “Son absolutamente insuficientes sus explicaciones”, explican fuentes de la formación nacionalista. Estas mismas voces recordaban que su demanda era más un informe detallado de lo ocurrido, pero no como secretario general del PSOE, sino en calidad de presidente del Gobierno porque “afecta a la Administración del Estado”. Concretamente, subrayan, al Ministerio de Transportes. Por ello, insisten en su creencia de que Sánchez debería “rendir cuentas con total transparencia”.

Los nacionalistas galegos exigen a Sánchez una “auditoría externa de todos los contratos” del departamento que dirigía José Luis Ábalos, así como la puesta en marcha de “un paquete de medidas eficaces contra la corrupción” en la Administración Pública. En resumen, “transparencia total y depuración de responsabilidades”, aunque a “todos los niveles políticos y administrativos”.

Por ello, nacionalistas galegos y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) han registrado este viernes una petición formal para que Pedro Sánchez comparezca ante el Pleno del Congreso para rendir cuentas por las presuntas mordidas gestionadas por el ex secretario de Organización. En concreto, la iniciativa conmina a Sánchez a ofrecer explicaciones “sobre las informaciones aparecidas en medios de comunicación relativas a presuntos casos de corrupción que implicarían al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible”.

El PP mete la cuchara

Mientras los socios aprietan al Gobierno, Génova intenta meter la cuchara en las relaciones de éstos con el PSOE. El Partido Popular busca reorientar la presión a los aliados parlamentarios de Sánchez, situándoles como “cómplices” de la corrupción que le atribuyen a Moncloa si no mueven ficha. Para el portavoz de los conservadores, Borja Sémper, no le parecen suficientes las demandas que han extendido desde el bloque de la investidura en las últimas 48 horas. “La corrupción es letal y puede pasarles factura”, expuso en una entrevista concedida a Antena 3.

Sémper sostiene que el cerco judicial al Gobierno “no ha terminado”. “Se equivocan si lo piensan”, apostillaba el portavoz conservador, mandando a su vez un recado tanto a PNV y a Junts, aliados clásicos de los populares en el Congreso de los Diputados. “Llegados a este punto, PNV y el resto de formaciones que apoyan al Gobierno son absolutamente corresponsables de lo que está pasando en España”, remachaba, en un intento por descargar de responsabilidad a sus siglas por no tener los números para plantear una moción de censura al Ejecutivo de Sánchez, tal y como exigen desde Vox.

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