Adéntrate en Viniegra de Arriba, un fantástico pueblo en La Rioja que, con tan solo 39 habitantes, ha logrado mantener su gran identidad con el paso de los siglos. Este singular destino ofrece diversos rincones para desconectar en un entorno tranquilo y en pleno paraíso medioambiental. Además, a lo largo del año se pueden disfrutar de increíbles momentos gracias a las tradiciones que rodean al territorio, como las Danzas de las Viniegras en plena época veraniega o la festividad de San Simón en la estación otoñal.
De batallas medievales a apodos con historia
La historia de Viniegra de Arriba está llena de momentos curiosos y legados que, a día de hoy, definen su identidad. Este singular pueblo, conocido antiguamente como Viniegra de Suso, formó parte del Señorío de Cameros, concedido en 1366 por Enrique II de Trastámara a Juan Ramírez de Arellano como agradecimiento por su apoyo en la guerra contra Pedro I el Cruel. Posteriormente, pasó a formar parte de la provincia de Soria y, en 1833, quedó integrada en la actual provincia de La Rioja.
A finales del siglo XVI ya contaba con unos 400 habitantes, que han pasado a ser conocidos como “Noguerones”, debido a la gran cantidad de nogales que hay en sus tierras. Entre sus momentos más recientes, destaca la llegada del alumbrado público en 1986, tras años de una inestable central de luz. En cambio, el agua corriente llegó mucho antes, en los años 40, siendo uno de los primeros pueblos riojanos en tenerla.
Calles que susurran memorias: un paseo por la esencia del pueblo
Viniegra de Arriba está llena de rincones fascinantes que se pueden recorrer fácilmente a pie, perfectos para desconectar en un entorno tranquilo y respirar aire puro.
La Calle Real y la Calle Frescorreas son dos vías empedradas que ningún visitante se pierde, gracias a su característica arquitectura, que representa la esencia del pueblo. Durante este paseo se encuentra una fuente donde refrescarse y continuar junto al Arroyo de la Fuentecilla, finalizando en la asombrosa Plaza del Ayuntamiento. Este lugar destaca por su peculiar torre metálica, que contrasta con las fachadas rústicas, y además cuenta con un bar local, perfecto para hacer una pausa y observar la vida tranquila del pueblo y la conexión entre sus habitantes.
Muy cerca se encuentran el lavadero público y la Playa de la Sociedad, situados uno frente al otro. El lavadero, conservado como testimonio del pasado, fue durante años un lugar clave para las tareas domésticas, cuando las casas no disponían de pilas de lavado. Justo enfrente, un arco de metal marca la entrada a la Playa de la Sociedad, una zona al aire libre junto al Puente de San Lorenzo, donde aún hoy se reúnen los vecinos para charlar, jugar a las cartas o celebrar pequeños eventos.
Para cerrar el paseo, deslumbra desde lejos la gran Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un templo gótico del siglo XV con bellos ventanales y un coro alto. A menudo, este templo ofrece la oportunidad de poder contemplarlo por dentro.
Viniegra de Arriba con rincones fascinantes perfectos para desconectar en un entorno tranquilo y respirar aire puro. Por Deivid - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0
Entre rutas, paisajes y vida rural
Los amantes de la naturaleza también encuentran un lugar privilegiado en este magnífico pueblo, con la oportunidad de contemplar y recorrer su gran paraíso medioambiental. Las vistas, los aromas del campo o los cencerros del ganado forman parte de una experiencia auténtica y difícil de olvidar.
En Viniegra de Arriba, aunque de momento no hay rutas oficiales marcadas, no impide que desde cualquier salida del pueblo se pueda emprender una caminata hacia lugares como Urbión, Ventrosa, Brieva o Viniegra de Abajo. Sin embargo, no hay que olvidarse de llevar unas buenas botas, un almuerzo y, por supuesto, muchas ganas de respirar aire puro.
Sus paisajes son sobrecogedores, en donde se incluyen montes, praderas, arroyos y cielos inmensos que dejan boquiabierto a cualquiera que venga de la ciudad. Aquí no es raro encontrarse con ovejas, vacas o cabras caminando por las calles en su ir y venir diario por este territorio, formando parte de la vida cotidiana. Es un lugar ideal para practicar senderismo, bicicleta de montaña o simplemente caminar sin rumbo fijo, sabiendo que lo que encuentres será siempre un regalo.
Finalmente, a tan solo 300 metros del pueblo, en el Collado de San Miguel, se encuentra una necrópolis romana del siglo I, descubierta por el historiador local Antonino Burgos Martínez. Ningún visitante se pierde esta joya arqueológica que conecta el presente con un pasado milenario.
La vida que late entre danzas y pastores
Aunque solo tiene 39 habitantes, Viniegra de Arriba conserva un alma vibrante llena de tradiciones. Es uno de los pocos pueblos de La Rioja que aún mantiene viva la trashumancia, un antiguo arte de mover el ganado entre pastos.
El pueblo celebra numerosas fiestas populares que llenan de alegría sus calles a lo largo del año. El calendario festivo comienza el 22 de enero con San Vicente, seguido por la celebración de Santa María Magdalena en julio y San Roque en agosto, ambas en plena temporada veraniega. En estas fechas también tiene lugar las Danzas de Las Viniegras, una de las tradiciones más queridas por el pueblo recuperadas por las mujeres de la localidad, resonando con fuerza cada julio en honor a Santa María Magdalena.
Ya en septiembre, se celebra la tradicional Feria del Ganado, una cita destacada para los vecinos y visitantes. Finalmente, el 28 de octubre tiene lugar la festividad de San Simón, que cierra el ciclo anual de celebraciones con el mismo espíritu de comunidad y arraigo.