Adéntrate en Cáceres y descubre Valverde de la Vera, un encantador pueblo que conserva intacta su esencia medieval, con callejuelas empedradas, regueras que recorren su trazado urbano y una arquitectura popular que parece detenida en el tiempo. Considerado uno de los más bonitos de España por su fidelidad a las raíces y tradiciones, este destino ofrece además inigualables miradores con espectaculares vistas a la Sierra de Gredos y a tierras de Castilla y León.

Historia entre fortalezas, linajes y leyendas

Valverde de la Vera, asentado en un curioso rincón de la comarca de La Vera, tiene una historia tan rica como intensa. Aunque no se conocen datos exactos sobre su origen, se dice que nació tras la Reconquista, probablemente a finales del siglo XII. Su historia feudal comenzó cuando Sancho IV cedió el pueblo a Nuño Pérez de Monroy, quien impuso su autoridad construyendo una picota para castigar públicamente a los delincuentes. Su familia gobernó la villa durante generaciones y fue responsable del emblemático castillo.

A finales del siglo XIV, el poder local se vio sacudido por una sangrienta rivalidad entre las casas de Monroy y Almaraz, marcada por aislamientos, venganzas y asesinatos. Tras la crisis, los Zúñiga tomaron el control y mantuvieron el señorío hasta el siglo XIX. Valverde también albergó una importante comunidad judía, con más de 600 familias en 1474. La expulsión de 1492 fue especialmente turbulenta en estas tierras, con numerosas traiciones y violencia.

Con la supresión de los señoríos en 1811, Valverde se convirtió en municipio, ofreciendo en la actualidad un tranquilo refugio para quienes buscan inunadarse en historia, naturaleza y autenticidad.

Valverde de la Vera, el pueblo con casas de dos plantas, balcones y secaderos de madera (Foto: Comarca de la Vera)
Valverde de la Vera, el pueblo con casas de dos plantas, balcones y secaderos de madera (Foto: Comarca de la Vera)

Qué visitar: entre piedra, madera y leyendas

Este magnífico pueblo es uno de esos rincones con alma, ubicado en la comarca de La Vera, al pie de la Sierra de Gredos. Pasear por sus calles empedradas es viajar al pasado gracias a un trazado urbano que conserva su esencia medieval, surcado por “regueras” que canalizan el agua y envuelven al visitante con el murmullo de los arroyos. Valverde de la Vera ha logrado mantenerse fiel a sus raíces, sin renunciar al turismo sostenible ni a sus tradiciones.

Sus casas de dos plantas, con balcones y secaderos de madera, algunas con soportales, han sido testigos de una arquitectura popular perfectamente adaptada al entorno. Las calles se organizan en forma de cruz, con cuatro plazas fundamentales: la Plaza de España, la Fuente de los Cuatro Caños, la Plaza de la Iglesia y la del Rollo-Picota. Esta última contiene, desde 1309, una picota, símbolo de justicia señorial.

El principal monumento del pueblo es el Castillo de Valverde de la Vera, construido en el siglo XIV por Nuño Pérez de Monroy y reformado más tarde por los Zúñiga. Con el tiempo, una parte del castillo fue dedicado a la Iglesia de Santa María de Fuentes Claras, que utiliza sus muros y torres. En su interior se encuentran los sepulcros de los antiguos señores de la villa.

Iglesia de Santa María de Fuentes Claras en Valverde de la Vera
Iglesia de Santa María de Fuentes Claras en Valverde de la Vera

Naturaleza y paisaje: un entorno privilegiado

Más allá de todas sus joyas arquitectónicas, Valverde de la Vera es un destino perfecto para todos los amantes del entorno natural con diversas y atrevidas actividades rurales. Rodeado de vegetación de ribera, robledales y bancales de cerezos, cuenta con varias rutas de senderismo de baja dificultad, ideales para desconectar. Son perfectas para recorrer en familia, con los más pequeños o con personas más mayores, y disfrutar de este entorno maravilloso. Además, en primavera, la fascinante floración de los cerezos convierte el paisaje en un espectáculo visual único en el norte de Extremadura.

Desde sus miradores se pueden disfrutar vistas panorámicas hacia la Sierra de Gredos y Castilla y León. Esta armonía entre naturaleza y tradición también ha inspirado la recuperación de pueblos cercanos como Trevejo, Robledillo de Gata o San Martín de Trevejo, que comparten la misma filosofía de vida sencilla, respetuosa y en equilibrio con el entorno.

Tradiciones que marcan el alma de Valverde

Valverde de la Vera celebra sus tradiciones con intensidad y orgullo a lo largo del año, reflejando su rica herencia cultural y su profunda devoción religiosa.

El período más significativo del municipio es la Semana Santa, gracias al rito de Los Empalaos, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1980. Cada Jueves Santo a medianoche, los penitentes, conocidos como empalaos, recorren descalzos y en silencio las calles del pueblo.

Rito de Los Empalaos en Valverde de la Vera (Foto: Diputación de Cáceres)
Rito de Los Empalaos en Valverde de la Vera (Foto: Diputación de Cáceres)

Otra festividad destacada es la de San Blas, patrón de la localidad, celebrada cada 3 de febrero. Durante esta jornada, los vecinos participan en procesiones, misas y actividades tradicionales que refuerzan los lazos comunitarios y mantienen vivas las costumbres ancestrales.

Por su parte, en agosto, Valverde se llena de alegría con las fiestas en honor a la Virgen de Fuentes Claras y San Roque. Del 12 al 17 de agosto, el pueblo se viste con sus mejores prendas para ofrecer una programación que combina actos religiosos con eventos lúdicos, como conciertos, talleres y el tradicional Toro de Varilla, brindando diversión para todas las edades. 

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