En pleno corazón de la Ribeira Sacra, en la provincia de Ourense, se encuentra uno de los pueblos más singulares de Galicia. Un enclave que también es un lugar cargado de historia, memoria y resistencia. Desde la época megalítica, este territorio ha sido testigo del paso de diferentes culturas, civilizaciones y formas de vida. Su castillo, en lo alto de la colina, continúa vigilando un trazado urbano que aún conserva el alma de tiempos antiguos. Además, este pueblo es perfecto para los amantes de la naturaleza y el senderismo, así como para quienes desean disfrutar de tradiciones únicas a través de su artesanía, gastronomía e irresistibles ferias. Viajamos a Castro Caldelas.
Un territorio con alma milenaria y espíritu rebelde
Hablar de Castro Caldelas es recorrer más de 4.500 años de historia viva, escrita en la piedra de sus dólmenes, tallada en los petroglifos y latente en cada rincón de su trazado medieval. Desde los tiempos megalíticos, con la necrópolis de As Mamoiñas como testigo silencioso, hasta los asentamientos castrexos que aún se intuyen en Paradela o el Outeiro da Torre, estas tierras han sido refugio y hogar de pueblos que dejaron su huella profunda.
Con la llegada de los romanos, Castro Caldelas no solo se conectó al mundo a través de la Vía XVIII, sino que se convirtió en punto de paso, de descanso, de intercambio. La mansio de Praesidium en O Burgo es prueba de esa vitalidad antigua. Luego vendrían los Suevos y Visigodos, trayendo consigo la fe cristiana y el auge de los monasterios, como San Xoán de Camba o San Paio de Abeleda, verdaderos centros de poder espiritual y económico.
La Edad Media elevó a la villa con el fuero otorgado por Alfonso IX en 1228, el documento más antiguo escrito en gallego. Este texto, que define los derechos y deberes de la villa de Caldelas, estaba redactado originalmente en latín, pero se conserva una versión en gallego de 1250. Sin embargo, no todo fue esplendor, ya que también llegó el hambre, los abusos señoriales y las luchas vecinales, como la que enfrentó al pueblo con los Condes de Lemos durante más de dos décadas.
Qué visitar en Castro Caldelas: historia, arquitectura y tradición
Castro Caldelas es uno de los pueblos más bonitos de España, y basta con dar un paseo por su casco histórico para entender por qué. Ubicado sobre una colina con fascinantes vistas al río Edo, este encantador núcleo gallego conserva el trazado medieval, con calles empedradas, casas señoriales y escudos nobiliarios que narran su esplendor pasado. El recorrido está comprendido por deslumbrantes construcciones tradicionales, galerías blancas y una atmósfera que invita a contemplar cada detalle sin ningún tipo de prisa.
Una de las paradas más importantes del pueblo es el glorioso Castillo de Castro Caldelas, una imponente fortaleza que domina el horizonte desde lo alto de la colina. De origen medieval y reconstruido tras la Revuelta Irmandiña, el castillo no solo es un lugar de interés histórico, sino también cultural. Actualmente alberga una biblioteca, salas de exposiciones y el Museo Arqueolóxico e Etnográfico, que recopila hallazgos de la zona y herramientas de oficios tradicionales.
Castillo de Castro Caldelas (Foto: Turismo Ourense)
El recorrido se debe continuar visitando la Casa de Vicente Risco, donde se hospedó durante su infancia este influyente escritor y pensador gallego. Actualmente funciona como alojamiento rural, perfecto para alojarse en un entorno cargado de historia.
También destaca la Iglesia de Santa Isabel, una pequeña joya renacentista del siglo XVI desde la que se obtienen excelentes vistas del casco urbano. En las cercanías, merece la pena acercarse a dos espacios de gran valor espiritual y patrimonial: el Monasterio de Abeleda, que se encunetra en un estado de semiabandono pero contiene un fuerte componente simbólico, y el Santuario dos Remedios, un templo neoclásico de especial devoción en la comarca.
Santuario dos Remedios en Castro Caldelas
Finalmente, por su vinculación con la viticultura, no puede faltar la visita a alguna bodega de la Denominación de Origen Ribeira Sacra, como la centenaria Ponte da Boga, donde se produce vino en empinadas terrazas sobre el Sil.
Naturaleza, senderismo y miradores en la Ribeira Sacra
Más allá de su riqueza histórica, Castro Caldelas ofrece al visitante un entorno natural inigualable, enmarcado por los imponentes cañones del Sil y paisajes de gran belleza. Uno de los planes más recomendables es ascender al Mirador de Matacás, al que se accede por la ruta de senderismo PR-G 237. El recorrido atraviesa viñedos y desniveles hasta llegar a este balcón natural con extraordinarias vistas al Valle de Abeleda.
Descubre el inigualable entorno natural de Castro Caldelas
Otra gran opción para los amantes del senderismo es la Ruta dos Bosques Máxicos (PR-G 213), que atraviesa antiguos caminos fluviales, zonas boscosas y parajes históricos como el Monasterio de Abeleda o la antigua iglesia de Camba. A lo largo de más de 20 kilómetros, los senderistas se adentran en un mundo de robles, castaños y misterio, donde cada paso ofrece una nueva postal de la Galicia más verde y salvaje.
Aunque estas grandes opciones consiguen hacer de Castro Caldelas un destino memorable, existen por sus tierras más miradores a los que ningún visitante se puede resistir. Subiendo hasta la Pena do Xábrego, en Vilarellos, desde donde se contempla una de las vistas más espectaculares de los Cañones del Sil, se encuentra una zona que antiguamente se dedicaba al pastoreo; sin embargo, a día de hoy está ocupada por plantaciones de pinos, lo que ha contribuido a su despoblación, pero ha mantenido su belleza intacta.
Por último, Castro Caldelas es un magnífico pueblo para explorar el resto de la Ribeira Sacra. Desde aquí es fácil llegar a Parada do Sil, con sus famosos Balcones de Madrid, al Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil o a las Pasarelas do Río Mao, una ruta junto al agua perfecta para disfrutar de un día en plena naturaleza. Incluso realizando un trayecto un poco más largo, se puede llegar a Monforte de Lemos, la capital comarcal, donde historia, vino y paisaje se funden para redondear una visita inolvidable.
Tradición, gastronomía y vida rural
La tradición sigue viva en Castro Caldelas a través de su artesanía, su gastronomía y su manera de entender el tiempo. No hay que irse sin probar la bica mantecada, uno de los dulces más famosos de Galicia, o sin acercarse a alguno de los hornos tradicionales que aún funcionan en el casco antiguo.
La villa también acoge ferias y mercados donde se venden productos locales, y cada año se celebran fiestas como los carnavales o la Festa dos Fachós, con raíces precristianas.