Mantener las ventanas limpias es una de esas tareas del hogar que, aunque necesarias, suelen dejarse para el final. El motivo no es solo la falta de tiempo: lavar los cristales es monótono, puede implicar ciertos riesgos —sobre todo en pisos altos— y, con frecuencia, los resultados desaparecen tras la primera lluvia. De hecho, no es casual que muchas personas solo limpien sus ventanas dos veces al año, en verano y otoño. Sin embargo, este tipo de soluciones caseras pueden hacer más llevadera una tarea que tradicionalmente ha sido poco agradecida. Sin embargo, un método casero que combina ingredientes comunes podría cambiar esa percepción.
Así funciona la mezcla
Una mezcla a base de suavizante de telas, agua tibia y glicerina puede ayudar a mantener las ventanas limpias por más tiempo. La receta, sencilla y asequible, actúa como una capa protectora que repele el polvo y las gotas de agua.
Para prepararla, basta con mezclar una tapa de suavizante con media cucharada de agua hervida tibia y una cucharada de glicerina. La solución debe reposar al menos 15 minutos antes de aplicarse. Luego, utilizando un cepillo (preferiblemente uno de los modelos diseñados para cristales), se distribuye la mezcla sobre el cristal. La fina película que queda sobre la superficie ayuda a evitar que se adhieran suciedad y humedad, haciendo que los cristales se mantengan más limpios durante semanas, o incluso meses.
Un truco probado y eficaz
Aquellos que ya han puesto en práctica este truco aseguran que, tras un mes de uso, las ventanas siguen luciendo como si acabasen de ser limpiadas. Aunque no se trata de un método infalible —la suciedad siempre termina acumulándose con el tiempo—, sí representa una alternativa útil para reducir la frecuencia de limpieza.
Aunque no sustituye la limpieza completa, puede ayudar a espaciarla y a mantener el aspecto de los cristales por más tiempo. Para quienes buscan opciones prácticas y económicas en el cuidado del hogar, este tipo de recomendaciones pueden ser un buen punto de partida.
