Jornada de pleno que se antojaba farragoso y caldeado por el error de PP y Vox en la tramitación de la ley de antecedentes que beneficiaba a etarras en prisión. En los rostros de sus señorías de la derecha y la ultraderecha asomaba un reflejo pesimista del que sabe que ha perdido una oportunidad única. Semblantes que ensombrecieron más con la intervención de un Pedro Sánchez que ha enarbolado una defensa a ultranza de la migración, macerando su discurso con anuncios orientados a dibujar esta cuestión como un “motor de desarrollo” del país y líneas maestras de los retos y acciones del Ejecutivo. Sin embargo, la oposición, al menos Alberto Núñez Feijóo, ha pasado de puntillas por la cuestión de la comparecencia, centrando el foco en la ley de antecedentes.
Sánchez arrancaba su intervención aludiendo a la estrategia del “odio” de Vox y PP sobre inmigración. Argumentario que, a ojos del presidente, se cimenta sobre el “bulo” para identificar “monstruos” donde hay “drama humanitario” y exponiendo un rosario de datos que contraponen el relato hiperventilado de la derecha y la ultraderecha. Pero al margen de esta cuestión, Sánchez ha centralizado el foco en los aspectos positivos que subyacen de una inmigración controlada y legal, reivindicándola como “motor de desarrollo” económico del país. Especialmente en una época en la que Europa en su conjunto afronta la amenaza del invierno demográfico, que laminará la población en edad laboral.
Por ello, ha presentado la inmigración como una herramienta troncal que, junto a la natalidad, servirá para hacer frente al reto demográfico que debe hacer frente la sociedad occidental. Al margen de la tecnología y las mejoras en productividad, así como las conquistas en clave de derechos durante estos seis años de Gobierno de coalición, Sánchez ha anunciado que se impulsará, en las próximas semanas, una nueva Ley de Familias que ampliará derechos de las familias “monoparentales, numerosas, de migrantes y aquellas que tengan un miembro con discapacidad”.
Por ello, insiste, la “verdadera clave” para superar el reto demográfico pasa por una gestión e integración del fenómeno migratorio. Repasando las iniciativas sociales de las últimas legislaturas, ha prometido que el Gobierno persistirá en el despliegue de una “política migratoria responsable y humanitaria”, dando de lado a la agenda política del PP, que “se desentendió” por completo, y de la “demonización” que plantea Vox. En resumen, identificación del reto, resolución y, en paralelo, maximización de los beneficios que “puede reportar” a España. Porque la inmigración, según ha dibujado, es un “motor de desarrollo” para el país.
Cinco ejes
Sánchez ha reivindicado el calado “solvente, humanista y eficiente” de su carpeta propositiva en clave migratoria, pero a su vez delimita diversos desafíos que debe abordar España como país. El primero de ellos pasa por la gestión de los picos de migración irregular y que se producen en función del contexto interno y externo del estado, pero también debe resolverse el reto de la “integración” de los inmigrantes. Entre tanto, considera que el tercer desafío pasa por combatir la desinformación que fomentan desde sectores antiinmigratorios.
Por ello, ha precisado que la política del Ejecutivo en tal materia se ha articulado sobre cinco ejes, entre los que destaca el reforzamiento de las fronteras y del sistema de acogida para la gestión de los picos migratorios. En este sentido, el presidente se ha comprometido a seguir fortaleciendo los instrumentos que estimulen una migración “legal, segura y ordenada”, al tiempo que se agilizará la homologación de títulos académicos a quienes quieran “venir a trabajar un tiempo a España”. Por otro lado, se impulsará un nuevo programa de migración laboral que favorecerá las contrataciones en origen, como también se modificará la regulación para hacerla “más eficiente” y adaptarla a las “necesidades de personas y empresas”.
Al hilo de ello, Sánchez ha anunciado que al próximo Consejo de Ministros irá una reforma del Reglamento de Extranjería para agilizar los procesos de los inmigrantes que ya residen en España. De esta manera, se suprimirán trámites burocráticos innecesarios, se ordenarán las figuras de arraigo y se crearán nuevas figuras entorno al empleo y las redes familiares.
Un PP perdido con ETA
Al margen del compromiso de desplegar una política corresponsable y solidaria en Bruselas, Sánchez concluía su alocución con una llamada al Partido Popular: “Pido a sus señorías que asuman su responsabilidad, que dejen de confrontar sobre este asunto y aprueben de una vez la reforma del artículo 35 de la Ley de Extranjería que propusimos el 23 de julio”. Reclamación que, por otro lado ha chocado contra las paredes del Hemiciclo.
Y es que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, apenas ha pasado de puntillas por la cuestión migratoria. Cabe recordar que fue su grupo, el Popular, el que impulsó esta comparecencia. Sin embargo, la intervención del jefe de los conservadores se ha centralizado en la extinta banda terrorista ETA y en la polvareda levantada por la modificación de la Ley Orgánica 7/2014 que ni PP ni Vox enmendaron o vetaron en su proceso de tramitación, a pesar de que en su espíritu beneficia a más de 40 presos etarras que ya cumplieron parte de sus penas en el extranjero -Francia, en este caso-.
Por ello, y bajo la atenta mirada de la senadora Mari Mar Blanco, senadora conservadora y hermana del político conservador asesinado por ETA, el líder de la oposición exigía al Gobierno la retirada de la modificación de la ley de intercambio de antecedentes penales. Feijóo ha añadido que, de no hacerlo, no podrían dar “lecciones” y “se quedará para siempre con el aplauso de Otegi, Txapote y de los demás”.
El líder del Partido Popular, consciente del gravísimo error de sus parlamentarios durante la tramitación en las Cortes Generales y de que ello ha provocado “decepción” entre muchos españoles, se ha dirigido a Sánchez para argumentar que “no es lo mismo un error por injustificable que sea” que la “bajeza moral de impulsar una ley a sabiendas”. En este sentido, ha apelado a la bancada socialista, que de no retirar la reforma, “disfrutarán de una victoria miserable”. “No vuelvan a dar lecciones”, ha insistido. Diez minutos de ataque furibundo al Gobierno, salpimentado con la “amargura” que el caso Begoña ha provocado -dice- en el jefe del Ejecutivo; pero ni rastro de alusión al orden del día.
La ultraderecha, a lo suyo
Santiago Abascal cogía el testigo de Feijóo, pero, a diferencia del líder de la oposición, centralizó su discurso en la “invasión migratoria” y persistiendo en vincularla con la “delincuencia”. El líder de Vox ignoró los datos expuestos por el presidente del Gobierno, percutiendo en su marco habitual. Incluso denunció que la política del Gobierno “hace que proliferen las violaciones”. En este sentido, responsabilizó a PP y PSOE de los procesos de regularización, acusando al bipartidismo de acentuar el efecto llamada al “prometerles el paraíso” que la juventud del país no puede acceder. “Y a los españoles les dicen que se fastidien y asuman el mantenimiento”, abundaba.
En términos de fiscalidad, al margen de asegurar que la “invasión migratoria no para de acelerarse” desde que Sánchez es presidente del Gobierno, denunciaba el “saqueo y la ruina” persistente del Ejecutivo ante las correspondientes subidas fiscales. “Ustedes son la catástrofe”, resumía el líder de la ultraderecha, evadiendo el cuerpo a cuerpo por la ley de antecedentes.
Contención a PP y Vox
Los aliados del Gobierno, sin perder la oportunidad para demandar sus reivindicaciones clásicas al PSOE, arrinconaron a un Feijóo aferrado al clavo ardiendo de ETA y a un Abascal abonado al “bulo” de la inmigración. El portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, se dirigió directamente al líder de la oposición, retándole a consolidar el giro social y a no basar su política en una banda terrorista que lleva casi tres lustros enterrada. Reproche compartido con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que aprovechó sus primeros minutos de intervención para afear al conservador que tape su “propia incompetencia” con el terrorismo. “No se enteraron de nada”, resumió.
En lo relativo al orden del día, Gabriel Rufián colgaba el sambenito de “hipócritas y racistas” a los miembros de Vox, aunque reorientó su mensaje para acomodarlo a las “tres derechas”, española y catalana, a las que acusa de poblar su discurso de “mentiras” sobre la inmigración. “No se puede hablar de migración sin hablar de mentiras y no se puede hablar de mentiras sin hablar de derechas”, expone el líder republicano en la Carrera de San Jerónimo, mientras que apela a “no copiar” el argumentario de la derecha y “no entrar en el racismo” para hallar la solución a las “más de 250 millones de personas migrando en el mundo”.
Sendero diferente el que escogió Junts, que, al igual que el PP, ignoraba el marco migratorio para insistir en la financiación autonómica. Su portavoz parlamentaria, Míriam Nogueras, cargaba contra el Gobierno por “no coger los impuestos” de los catalanes e invertirlos “en Cataluña”. Al hilo de esto, reivindicaba el rechazo de su grupo a la propuesta de modificación de ley de arrendamientos de Sumar porque su ‘sí’ se destina sólo y exclusivamente a las iniciativas que “mejoran la vida de los ciudadanos de Cataluña” y no para “quedar bien”.
Pleno en el Congreso para debatir de la crisis migratoria

Diputados de grupos parlamentarios valencianos con una bandera de la Generalitat valenciana por el Día de la Generalitat, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados

El ministro de Industria, Jordi Hereu, llega a una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, bebe agua durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 9 de octubre de 2024.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y el ministro de Transportes, Óscar Puente (d),

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz y el diputado de Sumar Iñigo Errejón, llegan a una sesión de control al Gobierno

La senadora del PP, Maria del Mar Blanco y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se abrazan durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 9 de octubre de 2024

La ministra Portavoz, Pilar Alegría y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegan a una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 9 de octubre de 2024, en Madrid (Esp

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados

El presidente de VOX, Santiago Abascal, interviene durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, interviene durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados
