Menos de un mes nos separa de las elecciones andaluzas del 19 de junio, que elegirán al nuevo presidente de la Junta y que supondrán una importante antesala para las próximas generales y autonómicas. Sin embargo, la cercanía de los comicios no está siendo un impedimento para que la izquierda alternativa se haga su propia guerra.

Ante la mala situación que está viviendo esta parte del espectro político en la región, lejos de poder considerar exitosos los sondeos y sin tener la llave de la gobernabilidad, la estrategia ha cambiado: sabotear al vecino y quedar por encima de él, para poder apuntarse, aunque sea, esa pequeña victoria.

El espacio en los medios, a debate legal

El último episodio de esta saga de desprestigios ha llegado este viernes 27 de mayo: Por Andalucía, la coalición que aglutina a Izquierda Unida, Más País, Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz y que cuenta con el apoyo externo de Podemos, ha recurrido a la Junta Electoral Central la inclusión de Adelante Andalucía, candidatura de Teresa Rodríguez, en la cobertura electoral de Canal Sur. Los motivos dados desde la coalición para presentar este recurso se basan en que Adelante “no reúne ninguno de los criterios legalmente previstos para participar" en los debates en medios públicos. Rodríguez ya ha anunciado que si la Junta Electoral Central los expulsa de Canal Sur recurrirán a los tribunales, y también ha expresado que el recurso de Por Andalucía favorecería, de tener éxito, a su enemigo común: la derecha.

Por otro lado, Por Andalucía hace referencia al artículo 20.3 de la Constitución, que garantiza el acceso a los medios públicos de los grupos sociales y políticos significativos. En el recurso presentado, se expresa que “dicho carácter significativo debe acreditarse mediante resultados obtenidos en elecciones anteriores”, lo que no sería el caso del nuevo Adelante Andalucía, “una formación extraparlamentaria y sin representatividad acreditada”, según expresa el texto presentado ante la Junta Electoral de Andalucía.

Inmovilismo general ante los chanchullos de Olona

A su vez, el empadronamiento de Macarena Olona, que ha despertado las reticencias de muchos expertos en derecho debido a sus lagunas legales, ha parecido quedar en segundo plano en las prioridades de Por Andalucía y Adelante, algo que sorprende: que la candidata de una formación rival cometa una ilegalidad debería ser motivo de consenso y unión entre la izquierda, con el fin de buscar el escarnio y debilitación del adversario. Lejos de ser así, no se ha hecho mucho ruido al respecto desde ambas formaciones, algo que no ha sido el caso de Andaluces Levantaos, la formación capitaneada por Modesto González, a quienes hay que reconocerles haber sido los que han llevado la voz cantante sobre esta polémica.  

Para más inri, el pasado miércoles Teresa Rodríguez apareció en el programa 'Al Rojo Vivo', donde mantuvo una actitud irónica y confrontativa con Pedro Sánchez y el Partido Socialista: “¿Podemos presentarnos todos por el PSOE, no? Y así intentamos parar a la extrema derecha", ironizaba la candidata. "Si se redujeran los planteamientos alternativos de la izquierda, dejaríamos huérfanos a los votantes de izquierda que están enfadados con la política de Sánchez, que los hay", continuaba. A su vez, al ser preguntada por la periodista Nativel Preciado sobre la cantidad de partidos de izquierdas que van a concurrir a los comicios andaluces, ha respondido que “hay tres papeletas, igual que en la derecha”. Preciado, no obstante, le espetó en que la izquierda andaluza está siendo “tan sumamente exquisita en la teoría que ha olvidado absolutamente la estrategia".

Piedras sobre el propio tejado

A tres semanas de las elecciones y con la ultraderecha en un momento álgido, cuesta creer que desde la izquierda no se esté apostando por limar asperezas, sino que se esté buscando eliminar del espacio político y mediático a partidos teóricamente afines, estrategia que pasará factura más adelante y que no retribuirá ningún beneficio electoral. Si hay algo que tienen en común las formaciones de izquierda, independientemente de sus diferencias históricas, son sus adversarios, los cuales se encuentran ganando terreno y ocupando espacios mientras las discusiones del ala progresista siguen escalando.