Cataluña alberga lugares tan fascinantes como desconocidos, especialmente en el interior de Girona, cerca de los Pirineos y de la frontera con Francia. Allí emerge el Parque Natural de la Garrotxa como un destino excepcional, rodeado de pintorescos pueblos que invitan a ser descubiertos. Entre estos, Beget destaca por su rica historia y la magnífica conservación de su arquitectura medieval.

A pesar de su pequeño tamaño, Beget ha sabido captar la atención de los viajeros gracias a su belleza y patrimonio cultural, méritos que le han permitido formar parte de los 116 pueblos más bonitos de España desde 2021. Su reconocimiento como Bien de Interés Cultural en julio de 2016 y su posterior designación como pueblo con encanto en 2019 subrayan el innegable valor de Beget dentro de todo el territorio nacional. 

La esencia de este municipio gerundense se refleja en sus antiguas edificaciones medievales, las casas de piedra que bordean la riera, sus aguas transparentes y las pequeñas cascadas que conforman un paisaje de cuento, situado en el corazón de La Garrotxa, donde abunda el silencio. La combinación de estos elementos naturales y arquitectónicos hace de Beget un lugar precioso, donde la armonía del entorno ofrece una experiencia única de tranquilidad.

Ubicación privilegiada en el Valle de Camprodón

Un hito moderno en la historia de Beget ocurrió en 1969, cuando se incorporó al término municipal de Camprodón, aunque geográficamente pertenece a la comarca de La Garrotxa y no a Ripollés. Esta inclusión al término de Camprodón no mermó su encanto ni su importancia, siendo parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña y manteniéndose como un destino de interés cultural y turístico.

Así, el Valle de Camprodón se compone de varios municipios, destacando entre ellos la villa de Camprodón como núcleo principal, acompañada por los pueblos de Setcases, Vilallonga del Ter, Llanars, Molló y Sant Pau de Segúries entre otros. Este conjunto ofrece un hermoso paisaje de montañas, praderas, bosques, ríos y riachuelos, ideal tanto para el turismo de aventura como para aquellos en busca de paz y relajación.

En este idílico lugar se encuentra Beget, que disfruta de una ubicación estratégica en la parte más baja de un valle, a 541 metros sobre el nivel del mar, y sorprende a todos y cada uno de sus visitantes apareciendo inesperadamente entre las montañas al final de una sinuosa carretera.

Vista aérea de la carretera de acceso a al pueblo de Beget, Girona.

Vista aérea de la carretera de acceso a al pueblo de Beget, Girona.

Su historia se remonta al siglo X

La primera mención documentada de Beget data del año 959, aunque el asentamiento como lo conocemos hoy, con su distintiva arquitectura medieval, se establece después de la Reconquista. La Iglesia de San Cristóbal, central en la vida de Beget desde su fundación y el bien más valioso del pueblo hasta la fecha, fue datada inicialmente en el año 965.

Esta construcción servía como lugar de culto y también estaba vinculada al Monasterio de San Pedro de Camprodón, perteneciente a la orden benedictina. A lo largo de los siglos, Beget se desarrolló en torno a esta iglesia, destacándose por su arquitectura románica catalana y por elementos distintivos como sus puentes del siglo XIV y la imponente Torre del Reloj de Beget, de cuatro pisos y 22 metros de altura.

Aunque la verdadera joya de Beget, aparte de su iglesia románica, es la impresionante talla de Cristo en Majestad, casi milenaria, que ha sobrevivido a lo largo de la historia. Durante la Guerra Civil Española, ante el temor de que las figuras religiosas fueran destruidas por las fuerzas republicanas, el alcalde y los vecinos de Beget quisieron proteger este tesoro ocultando la talla bajo la escalera del colegio y la tapiaron. Esta estrategia resultó exitosa y tras la guerra fue devuelta a su lugar en la iglesia.

¿Qué ver en Beget?

Al llegar a Beget, lo primero que llama la atención es la Iglesia de San Cristóbal, un emblemático símbolo del pueblo declarado Bien Cultural de Interés Nacional. De estilo románico, se levanta majestuosa desde el siglo XII, aunque ya se menciona desde el año 965. Su imponente Torre del Reloj de 22 metros de altura da la bienvenida a los visitantes desde la carretera. Dentro, lo más destacado es la figura de la Majestad, una impresionante escultura del siglo XII que ha sido venerada durante siglos. La iglesia alberga además una pila bautismal del mismo siglo, una imagen de la "Virgen de la Salud" del siglo XIV y varios retablos barrocos, lo que refleja su rica historia y valor arquitectónico.

Iglesia de San Cristóbal de Beget en la provincia de Girona.

Iglesia de San Cristóbal de Beget en la provincia de Girona.

Continuando el paseo, los dos puentes medievales sobre el río Llierca son una parada obligatoria. Estas estructuras, junto con las casas de piedra y las callejuelas empedradas, crean un entorno mágico. El ambiente en los alrededores del puente es ideal para hacer fotografías y para disfrutar de la naturaleza, siendo un escenario idílico al lado del río. 

Puente medieval sobre el río Llierca que atraviesa Beget, Girona.

Puente medieval sobre el río Llierca que atraviesa Beget, Girona.

Pasear por las calles de Beget es sumergirse en una atmósfera de ensueño. Las calles de piedra, flanqueadas por viviendas tradicionales de dos pisos con típicos balcones de madera y tejados de montaña, invitan a perderse y descubrir cada rincón de este pintoresco lugar. Siempre acompañados por el constante murmullo del arroyo que atraviesa el pueblo.

Las casas del pueblo de Beget reflejadas en el río Llierca.

Las casas del pueblo de Beget reflejadas en el río Llierca. 

Para aquellos que buscan aventuras al aire libre, Beget ofrece magníficas rutas de senderismo y ciclismo de montaña. Los senderos circundantes revelan paisajes naturales de inigualable belleza, desde pequeñas pozas ideales para refrescarse en verano hasta la subida al Puig de Comanegra o al Puig de les Bruixes. Otro punto destacado son las Gorgues de Beget, un lugar escondido en la naturaleza con aguas cristalinas bajo un salto de agua, perfecto para disfrutar en los meses calurosos.

Vistas del Parque Natural de la Garrotxa, cerca de Beget, Girona.

Vistas del Parque Natural de la Garrotxa, cerca de Beget, Girona.

Embutidos de calidad superior

La gastronomía de Beget es un destacado atractivo que seduce a los visitantes con su exquisita variedad de platillos típicos de montaña. Al adentrarse en su oferta culinaria, uno puede deleitarse con sabores auténticos como la butifarra con judías, emblemática de la región, así como una amplia selección de embutidos y longaniza de calidad superior.

Las carnes a la brasa ocupan un lugar preferencial en el paladar de los comensales, complementadas perfectamente con setas de temporada, un verdadero manjar. En el ámbito de los postres, la tradicional crema catalana se presenta como la opción indiscutible para cerrar con broche de oro cualquier comida. 

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