Las acciones de Talgo han arrancado la sesión bursátil de este miércoles al alza, con subidas de casi el 2% en los primeros minutos de la sesión, tras el veto del Gobierno a la opa presentada por el grupo húngaro Magyar Vagon sobre el 100% del fabricante de trenes español. La cotizada recupera, por el momento, parte de las fuertes caídas sufridas en la sesión del martes tras conocerse la decisión del Ejecutivo sobre la propuesta del grupo húngaro para hacerse con el total de la compañía. 

Los títulos de Talgo han vuelto al verde tras una jornada en la que cerró con un desplome del 9% y recupera así los 3,97 euros por acción, rozando los 4 euros que perdió en la sesión del martes tras confirmarse el no del Gobierno a la propuesta húngara por motivos de "seguridad nacional". Los primeros rumores sobre el veto del Gobierno aparecían alrededor de las 12 horas y, apenas media hora después, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) optaba por suspender la cotización de la compañía de forma cautelar a la espera de "ser difundida una información relevante". Una información que confirmó posteriormente el Gobierno en una nota de prensa, remitida después de la rueda de prensa del Consejo de Ministros. 

Talgo volvió a la cotización alrededor de las 14:45 horas y, en apenas tres horas, la acción acumuló una caída del 9% tras la decisión del Ejecutivo. No obstante, la compañía recupera parte de las pérdidas del martes en los primeros momentos de la sesión de este miércoles, con un avance de casi el 2%. 

Veto del Gobierno por motivos de "seguridad nacional" 

En el comunicado remitido por el Gobierno, concretamente por el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, la Junta de Inversiones Extranjeras explica el no a la propuesta presentada por Magyar Vagon por motivos de "seguridad nacional" y de "autonomía estratégica" de la compañía. En reiteradas ocasiones, desde el primer anuncio de la propuesta de la opa húngara sobre el 100% de Talgo hace cinco meses, el Gobierno avanzaba que protegería la autonomía estratégica de la compañía, así como su españolidad, por considerarla una empresa clave para la economía española. 

"La no autorización de la operación se produce en aplicación de la normativa española vigente en materia de control de inversiones exteriores y con pleno respeto al Derecho comunitario y las competencias de la Unión Europea sobre inversiones extranjeras directas, protección del mercado interior y la libre circulación de capitales", defiende el Gobierno en el comunicado remitido. De hecho, el Ejecutivo menciona que la operación llevaría consigo "riesgos insalvables para la seguridad nacional y el orden público". 

Talgo es uno de los principales suministradores de vehículos ferroviarios de Renfe, el operador público nacional, y precisamente hace semanas se empezó a entregar el pedido encargado de nuevos trenes S106. Con un retraso de meses, Talgo entregó a Renfe los primeros trenes Avril esta misma primavera, dejando patente la relación entre ambas compañías. Por otro lado, el Ejecutivo defiende también el papel de Talgo como "empresa estratégica" como parte de un "sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España".

Varios ministros como Óscar Puente, responsable de la cartera de Transportes, o la propia vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reiteraban que el Gobierno haría todo lo posible para proteger la "españolidad" de Talgo. Una decisión que ha quedado materializada en la práctica con el no de la Junta de Inversiones Extranjeras a la propuesta de Magyar Vagon. 

Es más, en algunas ocasiones, la ministra de Hacienda incluso ha confirmado públicamente la búsqueda de otros posibles socios para frenar la opa del grupo húngaro sobre el negocio de Talgo. Por el momento, Magyar Vagon ha anunciado que tomará "todas las acciones legales a su alcance" tras el veto del Gobierno a su propuesta de negocio. Sin embargo, el visto bueno del Gobierno es clave para una operación como esta. 

Talgo es una empresa estratégica para el Ejecutivo

La Junta de Inversiones Extranjeras, como órgano interministerial, es la encargada de evaluar y analizar al detalle las operaciones sobre empresas españolas, con el objetivo de proteger la autonomía estratégica y la españolidad de sectores considerados estratégicos por el Gobierno, como ha sido en este caso Talgo pero también Telefónica, hace casi un año, cuando el capital saudí entró de lleno en su accionariado por sorpresa. El escudo antiopas aprobado por el Gobierno durante la crisis del coronavirus, y actualizado posteriormente en Consejo de Ministros, sostiene que operaciones como esta deben pasar por el visto bueno del Ejecutivo, concretamente por la Junta de Inversiones Extranjeras. 

El Ejecutivo ha alegado razones de "seguridad nacional" en su rechazo por, aparentemente, entender como riesgo la relación de Magyar Vagon con el Gobierno de Viktor Orban y de Vladimir Putin. En este sentido, la Junta de Inversiones Extranjeras habría argumentado razones de seguridad nacional para decir no al grupo húngaro, en línea con el mensaje que ya lanzó Óscar Puente en abril. 

En paralelo al no del Gobierno, clave para el futuro de la operación, en el último mes han surgido otras alternativas a la opa de Magyar Vagon sobre Talgo como la de Skoda, que finalmente Talgo rechazó a finales de julio. Ahora habrá que esperar a conocer el próximo movimiento de la compañía o de los actores que, en los últimos cinco meses, han mostrado señales más o menos claras sobre el interés de hacerse con el fabricante de trenes nacional. 

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