El presidente actual de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ha estado hoy en Madrid junto a su mentor, predecesor y designador, Alberto Núñez Feijóo. En otros tiempos ir a la capital era sinónimo de importancia, del glamour del que va al centro del país porque alguien reclama su presencia. En realidad, Rueda no ha ido por razones como las descritas sino simplemente, siguiendo la dinámica del PP feijoniano, para arremeter contra Pedro Sánchez con la coartada de defender al propio Núñez Feijóo, bajo el paraguas de la invitación de un medio.

Sin embargo, el argumento es mentiroso porque el 'sucesor designado', al margen del poco bagaje que ha demostrado en estos meses de mandato a decir de la oposición en el Parlamento autonómico y que, probablemente sin querer, quedó demostrado en la nota de prensa lanzada por el PPdeG, 'solo' ha tenido que hacer frente a la herencia recibida del ahora líder de su partido en materias que, además, le dejan en muy mal lugar a nivel nacional.

Por eso, llama la atención su presencia en Madrid, aunque haya sido por la mecionada invitación y, de paso, seguir fomentando el Camino de Santiago. Y es así porque su desplazamiento a una región en la que la gestión actual -derivada de años de gobierno 'popular' con intentos reales de privatización parados por la 'marea blanca'- de la sanidad se plasma en una huelga en diferentes niveles de uno de los pilares esenciales del estado del bienestar.

Hay que recordar que, del mismo modo que Castilla-La Mancha en tiempos de María Dolores de Cospedal lo fue en otras materias, Feijóo siguió en Galicia un modelo sanitario basado en los recortes y las privatizaciones cuyas consecuencias se observan y pagan ahora. Para muchos era una copia de aquella 'famosa' gestión mixta de Esperanza Aguirre. Por ello es curioso que Rueda, que tiene la suerte de que Ayuso lo copa todo, incluido el discurso de su predecesor y jefe/líder político, vaya al centro de la polémica sanitaria que, hasta ahora, está tapando el escándalo de la gallega, que no es de ahora sino de bastantes años atrás.

Madrid es mucho Madrid y su presidenta no solo no elude los golpes sino que busca la confrontación, el cuerpo a cuerpo mediático con el presidente del Gobierno que le garantiza, aunque sea a base de meteduras de pata históricas, culturales o económicas, un titular cada día en sus digitales y televisiones afines.

"Perjudicar a Galicia"

Pero Rueda es todo lo contrario. Con él no va el enfrentamiento. De ahí que su presencia en Madrid haya servido para poner el acento en el caos de la sanidad gallega, algo a lo que ha contribuido con su crítica a Pedro Sánchez por “perjudicar a Galicia” para atacar a Feijóo. Y, claro, la sanidad feijoniana heredada por su sucesor, a la vista de las protestas, está a la par e, incluso, supera en nivel de caos a la ayusiana.

Esto es así porque, en el caso de la gallega, como han defendido en más de una ocasión diferentes colectivos, ese desbarajuste no es, ni mucho menos, nuevo. En 2015, mucho antes de la pandemia, decenas de miles de personas salían a las calles de Vigo para quejarse contra las políticas sanitarias de Feijóo; ese mismo año tuvo lugar una huelga general en este sector público sanitario. A esas quejas le han sucedido más marchas de protesta (en 2018, en noviembre de 2021 y la última en mayo de este mismo año), paros, recogidas de firmas... Y este año el caos alcanza una etapa, según los defensores de lo público, nunca vista antes.

Feijóo y Rueda esta mañana en el desayuno de Europa Press en el que participó el presidente de la Xunta (Foto: Europa Press).

Entre medias, el Covid-19 provocó que lo que los profesionales y usuarios venían denunciando se hiciera más evidente. No obstante, una vez más, Feijóo logró dar la vuelta a la tortilla y aparecer como uno de los gestores 'estrella' de la pandemia.

Algunos ámbitos sanitarios han puesto repetidamente en duda esas alabanzas, mientras que la menor incidencia de la enfermedad se ha achacado, sobre todo, a la dispersión poblacional que se da en Galicia.

De hecho, una de las decisiones que adoptó Feijóo al renovar su mandato en 2020 fue prescindir de Jesús Vázquez Almuíña, el que fuera su conselleiro de Sanidade durante la pandemia, una decisión que chocaba con la catalogación como sobresaliente de la gestión del período Covid.

Los defensores de la sanidad pública, junto con los médicos y el personal de enfermería, llevan tiempo denunciando recortes y falta de inversión en la sanidad gallega. Es lo que sucedió en Verín a finales de 2019. La decisión de la Xunta, a través del Sergas, de cerrar el paritorio del hospital comarcal se enmarcó en este tipo de políticas. Al final, las protestas de los usuarios apoyados por el personal sanitario, dieron al traste con la medida del Ejecutivo regional. Eso sí, uno de los médicos que denunciaron la situación fue sancionado por el Servizo Galego de Saúde.

Problemas similares se han dado en el Hospital de Santiago. Del Álvaro Cunqueiro de Vigo se ha dicho que ha sido “troceado” y repartido entre “fondos buitres”, siendo una de las supuestas joyas de la sanidad pública gallega. El de Montecelo en Pontevedra es, a tenor de las quejas de médicos y enfermeras, uno de los que más ha pagado el modelo de gestión de Feijóo y Rueda, al fin y al cabo, el ahora presidente ha formado parte de los equipos del líder nacional del PP desde que logró su primera presidencia de la Xunta en 2009.

Ambulancias, colapso de urgencias, sin médicos...

Precisamente, el área sanitaria de Pontevedra-O Salnés es una de las que ha permitido aflorar con más claridad la gestión caótica de la administración autonómica, con algunos episodios que han puesto en peligro la salud de algunos usuarios.

Un caso denunciado por ELPLURAL.COM se ha repetido en más ocasiones. Es el de un hombre mayor al que derivan como paciente preferente para ser atendido en el hospital pontevedrés por un médico internista, al que anulan la cita después de meses por falta de personal. Este hombre, finalmente, entró grave en urgencias hace un mes sin que hubiese sido atendido hasta entonces por el especialista al que había sido derivado.

Lo que sucede en Madrid es similar a lo que ocurre en Galicia o viceversa. Falta de médicos, cierre de servicios de urgencia, atención primaria depauperada, problemas graves con algunos de los servicios de ambulancias, caos en varios de los grandes hospitales, dimisiones de equipos de gerencia, etc.

Pero además de lo anterior, la herencia de Feijóo va más allá, al sumar también el ser la que acumula mayor precariedad entre el servicio de enfermería, un asunto que ha llegado a la Unión Europea desde donde han criticado la exagerada temporalidad de la contratación.

Este martes, Alfonso Rueda ha estado en Madrid. Hasta ahora goza en Galicia de las ventajas mediáticas de las que ya disponía su sucesor derivado, sin duda, de la mayoría absoluta que tiene en el Parlamento. A la capital ha ido a apoyar el discurso de quien le nombró 'heredero' en la previa del cara a cara con el presidente del Gobierno, junto con otros barones regionales.

Sin embargo, su presencia en la capital ha servido para recordar que lo que ocurre en Madrid en materia sanitaria lo padece Galicia, según SOS Sanidade Pública, desde hace más de una década.

Hoy Feijóo, por aquello de soltar cuerda a su delfín, dijo que en el Fogar de Breogán ya empieza a triunfar el 'estilo Rueda'. Su herencia en materia sanitaria, no obstante, no se borra poniendo en la fachada de los hospitales de la red del Servizo Galego de Saúde, junto al nombre del centro, la palabra público. Ese es uno de los mayores lastre de sus 13 años al frente de la Xunta que le pesarán a su sucesor y a él mismo en sus aspiraciones nacionales.