La gestión de la sanidad gallega está en entredicho. Es una de las herencias recibidas por Alfonso Rueda de los 13 años de Gobierno de Alberto Nüñez Feijóo, aunque se trata de un legado propio ya que el ahora presidente formó parte desde aquel año 2009 de los ejecutivos del líder del PP a nivel nacional.

A pesar de que existe una corriente mediática en Galicia que trata de conducir la situación de “caos” y “colapso” (tal y como definen colectivos profesionales y de usuarios) en la sanidad hacia una consecuencia directa de la pandemia, lo cierto es que viene de mucho antes.

En concreto, en los años previos a marzo de 2020, entidades sociales, partidos políticos, sindicatos y colectivos de pacientes y/o ciudadanos, habían lanzado advertencias sobre las condiciones que presentaba la sanidad pública. El motivo estaba (y sigue igual, según denuncian) en los recortes por parte del Gobierno de la Xunta. Se recuerdan todavía las manifestaciones multitudinarias y las huelgas de personal celebradas en las principales ciudades y, en particular, en la provincia de Pontevedra.

A día de hoy, parece que el área sanitaria que engloba a la capital de las Rías Baixas se ha convertido en una especie de estandarte o paradigma de los problemas por los que atraviesa este pilar del estado de bienestar.

Sin ir más lejos, a pesar de negar la mayor, el nuevo presidente gallego, también pontevedrés, decidió hace unas semanas cesar de su cargo al gerente del Sergas, Servizo Galego de Saúde, y convertirlo en gerente del Área Sanitaria Pontevedra-O Salnés. A este cambio que afecta a José Flores se llega tras las presiones de sindicatos médicos y de enfermería.

Ahora, esas mismas organizaciones (CESM Galicia, PROSAGAP y CO-BAS) le exigen que con urgencia negocie con los representantes de las centrales sindicales “la implantación de un Plan Funcional de Choque-Emergencia”. El objetivo es “revertir” la situación de “precariedad” de este área sanitaria.

Insisten estos colectivos de médicos y personal de enfermería en la necesidad de que el Plan cuente con recursos humanos y económicos necesarios, no en vano, el gran problema que presenta la sanidad gallega en general y la zona de Pontevedra en particular es de personal.

CESM, PROSAGAP y CO-BAS reconocen en un comunicado que con el nuevo gerente, José Flores, se nota una “mejoría” en cuanto a “planificación” y “gestión de personal”. Sin embargo, esto no significa, y así lo advierten, que vayan a dejar a un lado la hoja de ruta que hicieron pública en julio con sus propuestas.

En definitiva, el incumplimiento de estas peticiones conducirá “irremediablemente” a la huelga, añaden.

Sin personal y mal servicio de ambulancias

Uno de los aspectos en los que insisten, además del relacionado con el de personal, tiene que ver con las camas cerradas en el Hospital de Montecelo de Pontevedra, el principal de la zona y para el que la Xunta ha previsto una ampliación cuyas obras están ya en marcha. Dicen estas organizaciones que estas camas deben ser abiertas “de inmediato” hasta que “no queden pacientes en los pasillos de urgencias” del centro.

En las últimas semanas, se han producido varios episodios relacionados con las ambulancias, algunos muy graves. Por ello, además de lo anterior, estos sindicatos instan a denunciar el contrato correspondiente a este servicio “y la convocatoria de un nuevo concurso público” en el que se cuente con “la dotación de vehículos y el personal necesarios”.

Sin duda alguna, a tenor del balance que realizan de la gestión de la anterior gerencia del área sanitaria, con “listas de espera manipuladas y totalmente engañosas”, derivaciones a centros privados, reprogramaciones permanentes y “anulaciones de quirófanos, consultas y pruebas diagnósticas”, etc., las cosas solo pueden mejorar porque, en caso contrario, del caos se pasaría a una situación totalmente insostenible.

Asimismo, abogan por la puesta en marcha del citado Plan porque a lo mencionado, y al margen de las condiciones de la Atención Primaria, mencionan también a “las continuas irregularidades en la gestión económica y de recursos materiales con adjudicaciones a dedo, concursos más costosos con servicios más deficientes, privatizaciones inexplicables y una política de mantenimiento desastrosa”, es decir, acusaciones de gran calado que podrían tener derivadas judiciales.

Curiosamente, esta misma mañana, el anterior máximo responsable político de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y su sucesor y actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, han estado en Pontevedra no para reunirse con estas organizaciones sindicales sino para recorrer unos metros del Camino de Santiago a su paso por la ciudad del Lérez.