Sorprendentes cambios los que se han dado en la sanidad gallega, tal vez el punto más débil y polémico de la herencia que Alberto Núñez Feijóo dejó a su sucesor debido a los recortes y las medidas adoptadas.

Han sido una serie de decisiones en cascada que, aunque la Xunta de Galicia lo niegue, son el reflejo de la situación que padece este pilar del estado del bienestar, cuyo deterioro denuncian sindicatos médicos, organizaciones de profesionales, defensores de la sanidad pública y usuarios en general desde mucho antes de la pandemia.

Una de las áreas sanitarias que más han hecho publicas sus quejas es la correspondiente a Pontevedra-O Salnés. Los profesionales venían amenazando de una paralización de la actividad por el colapso de las urgencias del Hospital de Montecelo de Pontevedra o el cierre de la atención primaria en zonas rurales o pequeños y medianos municipios debido a la falta de médicos. Todo esto debido, según los profesionales del sector, a la mala gestión llevada a cabo la gerencia del área sanitaria Pontevedra-O Salnés.

Esta misma semana, representantes de sindicatos médicos, enfermeros y otros colectivos celebraron un encuentro con responsables del Sergas y, a tenor de lo anunciado hoy por el titular de la sanidad pública gallega, parece que el mismo ha dado resultados.

El encargado de dar a conocer los profundos cambios ha sido el conselleiro de Sanidade. Julio García Comesaña reveló que José Flores, hasta ahora gerentes del Servizo Galego de Saúde deja este cargo para pasar a sar el máximo responsable del área sanitaria de Pontevedra-O Salnés, en sustitución de José Ramón Gómez, quien desde hace tiempo se hallaba en el centro de la polémica por la situación que atraviesa esta demarcación.

Sin duda alguna, estos relevos vienen a dar la razón a las quejas lanzadas desde los sectores de enfermería y medicina, con algunos casos graves de demora en traslados, anulación de citas a pacientes preferentes y falta de ambulancias.

El viceportavoz socialista en el Parlamento autonómico, Julio Torrado no tardó este jueves en hacer balance de estas modificaciones. Lo hizo con contundencia al definiarlas como un “carrusel de cambios” que son reflejo de que la Xunta reconoce el problema que existe actualmente en sistema gallego de salud.

"Cambio de cromos"

Uno de los aspectos que más llaman la atención de todo lo anunciado por García Comesaña es la bajada de escalafón de responsabilidades de José Flores, que de la gerencia del Sergas pasa a la de un área sanitaria, y ni siquiera la más importante de la provincia de Pontevedra.

Para Torrado lo de José Flores es una destitución y un “rebajamiento” de sus funciones, mientras que la caída de José Ramón Gómez es una “defenestración por la falta de profesionales y la situación caótica” en el área.

Ante esta situación de “cambio de cromos”, el portavoz socialista apunta a que la solución ha de llegar a través de otro tipo de políticas y decisiones que son la base para llegar a un nuevo modelo.

Tras la opinión del PSdeG también ofreció la suya el Bloque Nacionalista Galego.

Sus representantes, lejos de ver en el cambio una solución, lo enmarcan en un ahondamiento aún mayor de la crisis que, según el BNG, arrastra el Sergas, al tiempo que pone de manifiesto el deterioro que acusa la sanidad pública después de más de una década de recortes y privatizaciones.

En palabras del viceportavoz parlamentario de la coalición nacionalista, Manuel Lourenzo, es “urgente un giro de 180 grados de las políticas del Gobierno del PP porque la crisis sanitaria, el colapso de la atención primaria no se solucionará con ceses o cambio de caras”.

Los nacionalistas abogan por más inversión y presupuesto.

Este jueves, tras anunciar el cese de José Flores al frente del Sergas, la Consellería de Sanidade dio a conocer a su sustituta. Se trata de Estrella López-Pardo, hasta ahora directora general de planificación sanitaria.