Luis García tiene 74 años. Desde hace tiempo no tiene apetito lo que le ha llevado a adelgazar de forma considerable. Le han realizado diferentes análisis y ante la falta de concreción, en su última visita al médico, este le derivó a los especialistas en Digestivo del Hospital de Montecelo, en Pontevedra.

Debido a su edad y a la pérdida constante de peso, se estableció el carácter preferente de la consulta. La fecha para ser visto por el médico era el 5 de julio. Cuando iba a llegar ese día recibió una llamada anunciándole el retraso, porque “hay escasez de médicos”, según le dijeron vía telefónica. La próxima cita estaba fijada para hoy mismo, 19 de julio. Sin embargo, ayer recibió una llamada suspendiendo la consulta sine die o hasta que reciba una nueva citación. El motivo, según le explicaron vía telefónica, es que “no hay médicos” ahora mismo en el Hospital pontevedrés.

Luis García es un nombre ficticio; su caso no. Según dice a ELPLURAL.COM va a presentar “una queja ante el Sergas (Servizo Galego de Saúde) porque esto no es de recibo”.

Su situación no es, ni mucho menos, única. Organizaciones sindicales, colectivos profesionales, médicos de manera individual y pacientes llevan desde hace años denunciando lo que sucede con la sanidad pública de Galicia.

En los últimos años, el ex presidente Alberto Núñez Feijóo ha tenido que hacer frente a numerosas protestas, algunas multitudinarias, contra lo que se ha calificado como “desmantelamiento de los recursos sanitarios publico”. La respuesta más contundente del ahora líder nacional del PP dio pie a más de un comentario: junto al nombre de los centros gallegos puso la leyenda de Hospital Público.

Precisamente, en su acceso a la presidencia de la Xunta en 2009 sitúan muchos el inicio de los ataques a este pilar del estado de bienestar. Según los datos que manejan entidades como SOS Sanidade, desde ese instante se han multiplicado los recortes en la sanidad gallega, de forma paralela al incremento de conciertos con centros sanitarios privados.

La pandemia ha provocado que las consecuencias de esas medidas hayan aflorado de forma más que considerable. En este contexto se sitúa lo que ahora sucede con el Hospital de Montecelo y otros establecimientos sanitarios que dependen del Sergas en toda la región, si bien, el recinto pontevedrés parece que se ha convertido en una especie de punta de lanza de este proceso que centra las críticas de los defensores de la sanidad pública.

Sin médicos y urgencias saturadas

Así lo denuncia también desde hace tiempo la Confederación de Sindicatos Médicos, CESM, a través de su delegación en Galicia.

Esta organización ha responsabilizado hoy mismo al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, de lo que denomina “caos sanitario” que se “vive en el área de Pontevedra-O Salnés”.

El motivo se encuentra en la falta de médicos que, desde principios de este mes, padecen los Puntos de Atención Continuada y los centros de Salud. En el caso concreto del hospital situado en la capital de las Rías Baixas, culpan a Rueda, como sucesor de Feijóo, y a los responsables de la Consellería de Sanidade de que presente saturación en las urgencias “con esperas de hasta 72 horas para recibir una cama”.

Este mismo sindicato hizo públicos hace unos días dos episodios que afectaban a un anciano y a una niña, en relación con el servicio de ambulancias, otros de los servicios que, tal y como han señalado, ha sido también recortado.

Una vez más, CESM Galicia carga las tintas contra el presidente regional, Alfonso Rueda, y el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, el primero por mantener al segundo al sustituir a Feijóo y el segundo por no adoptar medidas contra el gerente del área Pontevedra- O Salnés, José Ramón Gómez.

A este último y su equipo responsabilizan de la “lamentable situación que vienen padeciendo pacientes y profesionales sanitarios en los últimos años, y que en las últimas semanas se ha agravado de una manera inadmisible”.

Mientras tanto, Luis García presentará en los próximos días una queja contra el Servizo Galego de Saúde para que le atiendan. Él sabe bien qué significa esto. Su esposa falleció en este área sanitaria hace dos años y medio en unas condiciones más que cuestionables. El caso de su mujer está pendiente de resolverse ante los tribunales.