El mantra del Partido Popular y de su nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo, sigue girando en torno a la crítica hacia los planes del Gobierno central y la apuesta por la bajada de impuestos. La rebaja fiscal, curiosamente, es para los 'populares' una especie de comodín al que se agarran o recurren sus dirigentes ante cualquier tipo de 'peligro'.

El argumento es repetido tanto ante la subida de carburantes como por el incremento de los precios de la energía; si a lo que se enfrenta el país es a una huelga de transportes o si el riesgo llega de la invasión rusa de Ucrania. Incluso, ante una propuesta de medidas para tratar de reducir el impacto de los precios en la sociedad, bajar los gravámenes es “fundamental”, sobre todo si sirve para desviar la atención de los pactos con la ultraderecha.

Feijóo ha llevado al límite el uso de los impuestos como arma contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez al asegurar que este se “forra” con lo que paga por este concepto la ciudadanía. Ese argumento es el primero que instala en su formación como futuro líder. En su papel de aún máximo responsable de la Xunta, ha hecho de la bajada de impuestos bandera de su gestión. Sin embargo, a tenor de la opinión de economistas y entidades y diferentes colectivos, esas políticas han tenido y tienen un impacto negativo importante en los servicios públicos.

A esos críticas se suma en las últimas horas los datos del informe del Indicador Abanca-Foro de Coyuntura Económica de Galicia. Según los mismos, dicho parámetro registró el pasado mes de enero un aumento internatural del 2,4%.

La cifra confirma que Galicia vive un proceso de paralización claro en la recuperación de su actividad económica, algo que se inició el pasado noviembre, aunque ya desde el pico más alto de abril de hace ahora un año (coincidiendo con los pasos más firmes para dejar atrás las rectricciones) se aprecia un descenso continuo con las excepciones de agosto y octubre.

Los motivos que están conduciendo a esta situación, según los autores del informe, se encuentran en elementos como la falta de suministros y el alza de premios en algunas materias primas, un fenómeno registrado en los últimos meses del año pasado.

El turismo, el sostén

En lo que sí mejora la región es en materia de turismo. En este apartado, sigue el “destacado comportamiento” de algunas variables relacionadas con este ámbito económico, que en el caso de viajeros que han llegado a Galicia y transporte de pasajeros registran aumentos que superan el 50 por ciento en los últimos doce meses.

Sin embargo, en este aspecto puede influir de manera evidente la celebración del Xacobeo, un acontecimiento que atrae a decenas de miles de visitantes y que, este año a causa de la crisis sanitaria, la Iglesia ha decidido darle un carácter bianual que incluye este 2022 por vez primera en la historia.

Precisamente, volver a poner la balanza de la economía en manos del turismo es algo que, durante tiempo, han venido criticando expertos economistas debido a la volatilidad del mercado, tal y como ha quedado demostrado con la pandemia.

Del mismo modo, si al dato anterior se añade la cifra de que el Índice de Producción Industrial, que no incluye la construcción, experimentó una bajada de más de 20 puntos en términos interanuales, entonces las voces contrarias a la gestión económica de Alberto Núñez Feijóo al frente de la Xunta aumentan.

Muchos le achacan que, frente a la crítica constante y más contundente desde que aspira oficialmente a dirigir el PP contra Pedro Sánchez, no ha sido capaz de aportar soluciones al cierre de fábricas o el desmantelamiento de sectores clave. La consecuencia es ese dato relativo a la producción industrial o el que revela, pese al incremento del 2,4%, síntomas de estancamiento del crecimiento. Y sin olvidar que esa cifra es de enero, es decir, no recoge la guerra de Ucrania y la huelga de transportes.