Susana Gisbert

Fiscal especializada en violencia de género, delegada de Delitos de Odio y escritora

Pinchazos

Hace apenas un par de años, las jeringuillas se convertían en símbolo de esperanza. Después de meses interminables de confinamiento, restricciones, y mucha incertidumbre, las...

Opinión Susana Gisbert

Migrantes, emigrantes e inmigrantes

No hace mucho que me he acostumbrado a la voz “migrante”, que no acababa de sonarme bien. Como una tiene una edad, yo era más...

Opinión Susana Gisbert

11 años de Utoya

La pasada semana se cumplían once años de la masacre de Utoya, aquella matanza en una tranquila isla Noruega que nos sacudió con fuerza. El...

Opinión Susana Gisbert

Destrozar en grupo

Si hace seis años alguien hubiera aludido a “la manada”, hubiéramos pensado en un grupo de animales salvajes y, ya que estábamos en San Fermín,...

Opinión Susana Gisbert

Pobres de solemnidad

Pobre de solemnidad. Una expresión que oímos con frecuencia, pero que no todo el mundo sabe de dónde viene. El pobre de solemnidad, según el...

Opinión Susana Gisbert

Guerra y paz

Pido disculpas anticipadas por la osadía de usar el título de la novela de Leon Tolstoi. Pero desde que vi las imágenes de la convención...

Opinión Susana Gisbert

Aborto: freno y marcha atrás

Esta pasada semana conocíamos una noticia que nos llenaba de consternación. El Tribunal Supremo de Estados Unidos acordaba, en una decisión sin precedentes, dejar sin...

Opinión Susana Gisbert

Refugiarse o morir

Esta misma semana se conmemoraba el día mundial de las personas refugiadas, uno de esos días que, entre resultados electorales y análisis varios, ha pasado...

Opinión Susana Gisbert

Violencia de género y elecciones

Entre el hastío y la estupefacción, asistimos a la enésima campaña electoral de nuestras vidas. Las de Andalucía que, gracias a medios y redes, vivimos...

Opinión Susana Gisbert

El cuerpo como rehén

Esta semana se conmemoraba el día internacional contra los TCA. Unas siglas que mucha gente probablemente ignore. Salvo quienes lo han padecido en carne propia...

Opinión Susana Gisbert