Manos limpias seguirá acosando a Pedro Sánchez. El pseudosindicato de extrema derecha ha anunciado que no cejará en su ataque indiscriminado contra el presidente del Gobierno una vez conocido que no dimitie. “Vamos a ver si en un tercer envite también mantiene lo que dice de 'Manual de Resistencia”, ha amenazado Miguel Bernad, secretario general de la asociación ultraderechista, pese a que llegó a reconocer que su denuncia presentada contra Begoña Gómez, mujer del líder del Ejecutivo, se construía con noticias falsas.

No obstante, Manos Limpias asegura que cuenta con informaciones sensibles contra el presidente, afirmación que no sustenta en pruebas. “Van a aparecer bastantes más pruebas donde no solamente la incriminan a ella, a Begoña Gómez, sino también a él", ha trasladado a los medios de comunicación el que fuera juzgado por extorsión, asegurando que la decisión del mandatario socialista "puede hundir tremendamente a su propio partido". Preguntado por estos supuestos indicios, Bernad ha hecho lo que mejor sabe, esparcir fango sin argumentos. “Poco a poco”, ha apuntado.  

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El objetivo ahora es golpear al PSOE, una batalla tan solo a la altura de su cruzada contra el programa infantil de los Lunnis, contra el que cargaron en 2005. En su persecución a Begoña Gómez ha desplegado una batería de noticias falsas y bulos, aceptadas a trámite incomprensiblemente por un juez que ha ignorado la jurisprudencia del Tribunal Supremo, con las que busca demostrar que, "prevaliéndose de su estatus personal, la esposa del presidente del Gobierno de España, ha venido recomendando o avalando por carta de recomendación con su firma a empresarios que se presentaban a licitaciones públicas".

Sánchez ha denunciado este lunes el “ataque indiscriminado a personas inocentes”, “el odio, la insidia y la falsedad”, las “mentiras más groseras”, los “bulos deliberados” y el machismo que pretende volver a “relegar el papel de la mujer al ámbito doméstico”. Y Manos Limpias se ha dado por aludida, sintiéndose identificada con esta larga lista de intenciones. Por ello, el presidente ha llamado a poner fin a “este fango de la mejor manera posible, mediante el rechazo colectivo, sereno, democrático, más allá de las siglas y de las ideologías, que yo me comprometo a liderar como presidente del Gobierno de España".

Los delirios de Manos Limpias

El grupúsculo liderado por Bernad tiene un largo historial de ridículos judiciales y de utilización de la Justicia para cuitas personales. En 2005, el programa de televisión infantil ‘Los Lunnis’ fue el objetivo de Manos Limpias. En aquella ocasión, la justificación para la cruzada fue la celebración ficticia de un enlace homosexual representado por los clásicos muñecos. En un claro gesto de homofobia, la asociación ultra presentó una denuncia que terminaría archivada por lo delirante de su alegato.

Esta no fue la única vez que desde Manos Limpias presumieron abiertamente de portar la bandera de la intolerancia. Bernad presentó otra denuncia contra la Guardia Civil ni más ni menos que por permitir a los agentes gays vivir en los cuarteles. Además, la Junta de Extremadura también fue víctima del acoso de Manos Limpias, que llegó a recurrir la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, por una campaña de salud sexual. También se querellaron contra José Mantero, un párroco que fue el primer sacerdote católico español en reconocer su homosexualidad.

Más allá de la homofobia, otras denuncias protagonizadas por Manos Limpias han afectado a personalidades como el ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias. En aquel momento, la asociación acusó al líder de Podemos de "encabezar una organización criminal", llegando a compararle con Adolf Hitler, Vladimir Lenin, Pol Pot o Mao Zedong. "Multitud de políticos y líderes revolucionarios se han disfrazado de demócratas, aprovechándose de las libertades y del Estado de Derecho, el cual persiguen destruir desde dentro", denunciaron en un escrito presentado ante el Tribunal Supremo que, una vez más, quedó en nada.

No obstante, quizá la denuncia que más repercusión tuvo de las presentadas por los ultras fue la relativa al Caso Noos, que terminó por convencer al juez Castro de sentar a la infanta Cristina en el banquillo. También se personaron contra el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y en su día, llegaron a reconocer que su presencia se basaba en presentarse en numerosas demandas judiciales en contra de decisiones de las administraciones gobernadas por partidos de izquierda y por nacionalistas periféricos.