Desde que se conocía la noticia de una nueva huida del ex president de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, la atención no solo estaba puesta sobre este sino también en los agentes del cuerpo de Mossos d’Esquadra que permitieron su fuga. 

A primera hora de la mañana, el expresidente aparecía en el paseo Lluís Companys ante centenares de seguidores, en un acto que precedía al pleno de investidura del actual presidente de la Generalitat, Salvador Illa. Paralelamente a esta reaparición, siete años después de su huida a Bélgica, un amplio despliegue policial rodeaba las proximidades del Parlament de Cataluña. 

Sin embargo, horas después de su aparición cerca del Parque de la Ciutadella, y ya con el pleno iniciado, volvía a suceder. Puigdemont desaparecía sin dejar rastro. Se activaba entonces la ‘Operación Jaula’ para tratar de dar con su paradero. Una estrategia que resultó fragmentar al cuerpo policial, ya que de los primeros damnificados por esta fueron los propios agentes de los Mossos d’Esquadra. Ese mismo jueves se procedió a la detención de dos agentes por presuntamente estar vinculados a la huída de Puigdemont y colaborar con ella. Y justo el día posterior, se conocía la noticia de una tercera detención.

Ahora, dos semanas después, los Mossos han decidido suspender de su ejercicio a estos tres agentes por ser cómplices de la fuga del expresident y por crear “alarma social”. La medida ha sido comunicada por el director general del cuerpo policial, Pere Ferrer, al considerar que estos tres agentes “incumplieron voluntariamente uno de los deberes principales de la organización policial”. 

Se confirma de esta manera una decisión que ya se había adelantado días atrás y ante la cual el expresidente de la Generalitat, Quim Torra, se había mostrado contrario a ella. El pasado sábado 10 de agosto se dirigía al conseller de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, para pedirle que se replantease la decisión de suspender de trabajo y sueldo a uno de los agentes. El motivo: este formaba parte del equipo de escoltas de Torra. Calificó la decisión de suspenderlo como “sorprendente, improcedente e injusta” y, a través de un mensaje en su cuenta de X, señaló que desde que este agente ejerce como escolta “ha demostrado ser un profesional comprometido, eficiente, y con una conducta impecable en todo momento”. 

Este agente fue el tercero y último detenido el viernes posterior al regreso y huida de Puigdemont, después de que Eduard Sallent, comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, adelantara que no se descartaban más detenciones. 

Pese a la reciente decisión de los Mossos, los dos primeros agentes detenidos ese mismo jueves fueron puestos en libertad, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Según señalaron fuentes policiales, el primero quedó en libertad al practicarse todas las diligencias y el segundo, tras pasar por el juzgado de guardia de Granollers, quedó también en libertad sin medidas cautelares porque la Fiscalía no las solicitó.

Esta decisión de los Mossos de suspender de sus funciones a los tres detenidos se produce después de que el propio cuerpo policial autonómico haya admitido que el dron que usaron para perseguir el rastro de Puigdemont lo perdió de vista y que, además, confundieron el coche en el que supuestamente había huido a Waterloo. Así lo han comunicado en un informe de 25 folios enviado al juez Pablo Llarena, instructor del caso, siendo él mismo quien solicitó el escrito.

En el citado informe, los Mossos, que dan cuenta de todas las equivocaciones cometidas ese día, señalan que el dron utilizado dejó de grabar la zona donde Puigdemont dio el breve discurso y empezaron a enfocar los alrededores del Parlament que es donde, en teoría, tendría que haber estado el ex president catalán. Al percatarse que no estaba allí, volvieron al punto inicial pero el coche ya no estaba. 

En otras líneas, referente a la equivocación con el vehículo, informaron que se trataba de un Peugeot cuando realmente era un Honda HRV, alegando que fue fruto de “la tensión del momento.