No hay tiempo para el descanso. Aún con cierta resaca electoral tras la jornada de las urnas en Cataluña celebrada este domingo, las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina y los partidos instan a los votantes a la participación en la que es la tercera cita de este tipo en lo que llevamos de año.

En esta tarea, tampoco hay tiempo para cercanías ni cordialidades. Prueba de ello es que desde el PSOE han expuesto una por una todas las vinculaciones que el Partido Popular ha mantenido junto con Vox, calificando como “operación maquillaje” que a un mes de las europeas trate de limpiar su imagen después de una campaña en Cataluña que ha evidenciado sus constantes acercamientos a la extrema derecha.

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Así, fuentes del PSOE han señalado: “El Partido Popular prepara su operación maquillaje para presentarse a las elecciones europeas como un partido de derechas homologable a algunos de sus socios europeos. Nada más lejos de la realidad”. Y ha aprovechado para hacer referencia a aquellas políticas defendidas durante las elecciones catalanas: “El PP se ha fusionado con VOX en sus políticas y discurso, y lo hemos podido ver en las pasadas elecciones en Catalunya. Feijóo solo habló de inmigración, okupas y marcos usados por la ultraderecha”.

Al margen de estos temas, que han protagonizado las campañas tanto de los populares como de la ultraderecha, desde las filas socialistas también denuncian que en materia de memoria democrática, el Partido Popular pretende paralizar todas las medidas que “equiparan a las víctimas con los verdugos de la dictadura franquista” para retomarlas cuando finalicen las elecciones al Parlamento Europeo. “Alberto Núñez Feijóo ha ordenado a sus delegaciones en Castilla y León, Comunidad Valenciana y Aragón aparcar las leyes de desmemoria hasta después de las elecciones europeas. Después del tremendo varapalo de los relatores de la ONU, avisando de la vulneración de los derechos humanos que suponen estos textos que revisan la historia y equiparan a las víctimas con los verdugos de la dictadura franquista, quieren dejarlas en el cajón y recuperarlas cuando hayan pasado las elecciones. Tienen miedo a que el electorado castigue su deriva hacia la ultraderecha, y hacen bien en tenerlo”.

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En la misma línea, ha instado a los populares a corregir unas actuaciones “propias de tiempos oscuros en nuestro país” que “los españoles no van a permitir” y ha hecho referencia al “último ataque de la cultura de nuestro país” con la eliminación de los nombres de Paco Rabal y Asunción Balaguer en el callejero.

Otro de estos “trapos sucios” que el PSOE no ha querido que quede opacado ha sido el pacto entre PP y Vox en el Ayuntamiento de Sevilla calificándolo de “otro trampantojo para intentar engañar a los votantes y seguir escondiendo que PP y Vox ya son hermanos gemelos”. Dirigiéndose al presidente de la Junta andaluza, Juanma Moreno, fuentes del PSOE señalan que sus decisiones no van a pasar desapercibidas por una Sevilla que “sabe que el pacto está firmado. La ultraderecha entrará al equipo de Gobierno de Sevilla abrazada al PP”.

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Por último, han señalado que “Alberto Núñez Feijóo debería tener la gallardía de ir de cara ante los españoles y no esconder bajo la alfombra la suciedad política que ha propiciado desde su llegada abriendo de par en par las puertas a los ultras en las instituciones”. Además, han añadido que “cuando solo se busca el poder por el poder, los medios para lograrlo suelen avergonzar, y estamos ante un caso de libro. Cuando terminen los fastos organizados por la cuarta plaza lograda en Catalunya por el PP, 500.000 votos por debajo de los socialistas deberán explicar a los españoles si tras las elecciones europeas seguirán tramitando las leyes de desmemoria y darán a VOX nuevos sillones de gobierno en las instituciones”.