No podía ser de otro modo. Junts juega al despiste con el paradero de Carles Puigdemont. El expresident de la Generalitat desapareció ante los ojos de todo el país, lo que ha motivado que los Mossos d’Esquadra activasen la Operación Jaula para localizarlo y proceder a su arresto, cumplimentando así la orden de detención que pesa sobre él. En las horas previas al debate de investidura de Illa, se esperaba que el líder neoconvergente asistiera al pleno, aunque, cuando se dirigía hacia el Parlament de Cataluña junto a su nutrida comitiva, se evaporó y sus compañeros de partido le siguen el juego. "Lo veremos pronto. Esperemos que pueda ejercer su derecho como diputado", han deslizado desde su formación.

Junts señala a los Mossos

Así se han pronunciado diferentes miembros de Junts, tanto en los márgenes de la sesión de investidura como en los pasillos del Parlament. Tras el discurso de apertura del candidato del PSC, Salvador Illa, y con la ausencia de Puigdemont dentro del pleno, ha sido el presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet, quien ha puesto voz a estas palabras en su turno de posición en el marco del debate de investidura. En una intervención muy dura, el neoconvergente ha apuntado a que esta cita parlamentaria se produce en un contexto de "excepcionalidad", incluso comparando esta sesión con las que se produjeron entorno a la declaración unilateral de independencia. En este punto han puesto en el centro de la diana a los Mossos d'Esquadra.

"Buscan al president Puigdemont de la misma manera que la Polícia Nacional y la Guardia Civil a las puertas del 1 de octubre buscando las urnas y las papeletas", ha sostenido el dirigente, que ha insistido en que Puigdemont debería poder estar en el Hemiciclo regional en aplicación de la ley de Amnistía. "Esperemos que antes de que termine el pleno pueda ejercer sus derechos como diputado", ha sostenido en referencia a que tiene acta como representante de Junts así como que en la tarde de este jueves se va a celebrar la votación que haga president de la Generalitat al socialista. Un extremo que no gusta a los del lazo amarillo. "Ahora ya no hará falta el 155, su guardián ocupará el Palau de la Generalitat. Catalunya se autoimpone un 155”, ha afirmado al respecto.

Además, ha tachado de escándalo "las cargas policiales" contra los manifestantes independentistas que se estaban congregando en el Parc de la Ciutadella, quienes han entrado finalmente en el recinto del Parlament. Pero entre tanto, no quieren dar pistas sobre la ubicación ni los planes de Puigdemont. Así lo ha evidenciado también la presidenta de Junts, Laura Borràs, quien ha reaccionado a la nueva huida del expresident después de que éste reapareciera ante una multitud independentista en las inmediaciones del Parlament. En una entrevista con laSexta, Borràs ha respondido a la pregunta de "¿dóndeestá Puigdemont?" con un escueto "lo veremos pronto", ha dicho hasta en dos ocasiones.

Una huida a la vista

La escena ha sido de película, o de serie, como ha apuntado con sorna Jordi Évole en sus redes sociales. El expresident ha corrido unos 20 metros rodeado de gente para subir a un pequeño escenario en el Parc de la Ciutadella. Una vez ha hablado para sus seguidores -a los que le ha dicho que no sabe "cuándo" les volverá a ver-, Puigdemont ha salido de nuevo en una nube de personas para trarladarse hasta el interior del Parlament para asistir al debate de investidura. Pero no ha sido así. Tras andar una poca distancia en una amplia comitiva con sus compañeros de partido, el dirigente catalán se ha volatilizado. Los expresidentes Artur Mas y Quim Torra, junto a Borràs y otros dirigentes de Junts, han llegado a la Cámara regional solos, sin rastro de su líder.

Quienes también han entrado han sido el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, y el empresario Jami Matalamala, uno de los hombres de confianza del expresidente. Sin embargo, en ese momento se ha perdido el paradero de Puigdemont, que continúa sin conocerse mientras el pleno de investidura transcurre con aparente normalidad. En este contexto, cabe destacar que no han estado solos. No porque hayan detenido a un mosso por presuntamente ayudar al expresident a escapar en su coche, sino porque se han visto apoyados por el otro lado del independentismo, los de Esquerra Republicana. Eso sí, no sin unos cuantos dardos por haber sucumbido a los deseos de los socialistas en el pacto recién firmado.

ha sido el presidente parlamentario de ERC, Josep Maria Jové, quien ha apelado a "la anomalía democrática" que asegura que impide a Puigdemont estar en el pleno. "Hoy finalmente ha vuelto a casa. Le hemos podido ver en directo en Barcelona junto al parlamento donde debería estar ahora mismo. Nos alegramos profunda y sinceramente. Bienvenido a casa president. También es evidente que este retorno no es las condiciones plenas en las que debería y sufrimos porque tiene un escenario de incertidumbre. No ha podido ocupar su sitio, aunque la ley de amnistía está aprobada. Esto es una aberración democrática", ha denunciado desde el estrado. Tampoco pueden estar, a su juicio, y en ese caso por efecto directo del Tribunal Supremo, sus compañeros Dolors Bassa, Raül Romeva y Oriol Junqueras.

Entre tanto, ya se han establecido controles en toda la frontera, especialmente en los puntos de paso a Francia, mientras la jefatura de los Mossos se ha desplazado a la Cámara autonómica, donde han organizado un Centro de Coordinación. En concreto, se ha activado presuntamente el nivel 2 de tres que contempla este dispositivo, y son las cúpulas policiales de los Mossos y la Policía Nacional quienes la ponen en marcha. El objetivo es intentar que los fugitivos, en este caso Puigdemont, no puedan escapar de un perímetro determinado. Con muchas unidades, distribuidas estratégicamente, se crea un cerco alrededor de un área, en este caso todos los accesos de entrada y salidas de Barcelona, tanto a pie como por carretera.

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