El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado marcha atrás en su ofensiva contra China, afirmando que va a reducir los aranceles “sustancialmente” al país asiático, pero “no serán cero”. Ha afirmado a periodistas en la Casa Blanca que los aranceles anunciados son excesivos, por lo que los reducirá para permitir el comercio con China.

“No será tan alto. Bajará sustancialmente, pero no será cero”, ha afirmado el presidente este martes, pero el nuevo arancel aún no se ha anunciado. En pocos días, ambos países aumentaron sus respectivos aranceles hasta superar el 100%, siendo Estados Unidos quien ha marcado el punto más alto con gravámenes del 145% -con el potencial de ser aún más alto en ciertos productos-. La Casa Blanca afirmó la semana pasada que estos aranceles sirven como una penalización por “contraatacar” las medidas anunciadas por el presidente estadounidense, aunque ahora el tablero del comercio internacional ha vuelto a cambiar.  

Trump ha señalado que China tiene que entrar en un acuerdo con el país estadounidense porque: “Si no, no van a poder tratar en Estados Unidos y queremos que estén involucrados”. También ha señalado que “si no hacen un acuerdo, nosotros fijaremos un acuerdo, porque nosotros somos los que fijamos el acuerdo”. “Vamos a ser muy amables y veremos qué pasa”, ha respondido el presidente estadounidense al ser preguntado por un periodista sobre su hoja de ruta para tratar con el gobierno chino.  

El ministro de Exteriores chino, Guo Jiakun, ha declarado este miércoles que sus “puertas están abiertas si Estados Unidos quiere hablar”. “Si una solución negociada es realmente lo que quiere Estados Unidos, debería dejar de amenazar y chantajear a China”, ha afirmado el portavoz.

El presidente chino, Xi Jinping, ha apuntalado este miércoles que la guerra arancelaria “menosprecia los derechos legítimos” de los países involucrados. China estableció un arancel del 125% la semana pasada y aseguró que no iba a superar esa cifra, promesa que ha cumplido. El superpoder asiático aún no ha respondido a la garantía del presidente estadounidense de reducir su lado del conflicto arancelario.

Paralelamente, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha alertado que la relación comercial agresiva entre China y Estados Unidos es “insostenible” y ha hecho un llamamiento para que haya “una colaboración más profunda” con socios comerciales. El informe publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) este martes hace eco de este mismo escenario, donde señala a la guerra arancelaria de Trump como el principal motivador por el cual la previsión del crecimiento económico de Estados Unidos ha caído casi un punto entero desde enero de este año.  

Jiakun también ha destacado que Washington debería “buscar el diálogo basado en la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo”. Ha añadido que: “continuar pidiendo un acuerdo mientras ejerces una presión extrema no es la forma correcta para tratar con China” y que el país asiático “no quiere pelear ni teme pelear”.

Aranceles con consecuencias

A pesar de las afirmaciones de Trump en su red social, Truth Social, de que los precios no van a aumentar y que la inflación está bajando, expertos señalan que las consecuencias de la guerra arancelaria van a hacer el opuesto. Además de que el FMI haya señalado que la previsión de crecimiento de Estados Unidos es la más baja entre las economías avanzadas a raíz de la impredecibilidad de la política arancelaria de Trump, grandes empresas estadounidenses están abriendo el diálogo con el presidente para advertir sobre el aumento de precios.

Un empleado involucrado en una reunión llevada a cabo entre el presidente estadounidense y tres de las mayores empresas minoristas -Walmart, Home Depot y Target- ha señalado que la cadena de suministro es otra preocupación significativa entre las consecuencias de la guerra arancelaria. “Los grandes CEOs le han dicho [a Trump] directamente que los precios no están aumentando, son estables ahora mismo, pero aumentarán. Esto no es sobre la comida. Pero, le han dicho que las estanterías estarán vacías”, contó el empleado anónimo a Axios.

Además de las consecuencias directas de las políticas comerciales de Trump, las relaciones diplomáticas también forman parte de la lista de repercusiones. México se ha demostrado dispuesto a negociar antes de responder a los impuestos, la Unión Europea ha tomado una vía similar donde ha resaltado la importancia de Estados Unidos como socio comercial y Canadá ha respondido con sus aranceles particulares -influidos por un acuerdo comercial preexistente que comparte con México- sin escalar las medidas, pero con un claro aumento en tensiones en sus relaciones diplomáticas. Además de la posible desconfianza que ha aparecido en las relaciones diplomáticas con estos países por el cambio de gravámenes errático, la relación entre Estados Unidos y China es la que más ha sufrido.

Trump ha afirmado en varias ocasiones que es “amigo” de Xi Jinping y que mantienen buenas relaciones, pero la escalada comercial hostil entre ambos poderes ha manifestado tensiones profundas en materia comercial. Portavoces del ministerio de Exteriores chino han llamado al país estadounidense un “bully” por sus aranceles y han condenado las políticas de Trump mientras que Trump ha acusado al país asiático de “abusar de Estados Unidos”.

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