Entre la crítica internacional por la política arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, se ha dejado en segundo plano otra faceta de la campaña del republicano: deshacer las medidas que protegen la igualdad. Sin embargo, sus amenazas hacia la universidad emblemática de Harvard están poniendo el foco, una vez más, en los efectos sociales de su segundo mandato. La Casa Blanca ha defendido que “Harvard no cumple con las condiciones básicas” para recibir fondos federales, medidas que incluyen la reestructuración de la gobernanza de la universidad y la eliminación de todas sus medidas de diversidad, igualdad e inclusión.

"Los fondos públicos son un privilegio y Harvard no cumple las condiciones básicas para acceder a ellos", ha manifestado el portavoz de la Casa Blanca, Harrison Fields, quien ha lamentado que las ayudas estatales se hayan convertido en un "negocio redondo" para instituciones como Harvard. Este mismo portavoz ha criticado contundentemente a Biden este fin de semana por crear el “mes de visibilidad de los trans”, diciendo que “jamás” habrá un mes así.

Para Fields, organismos como la Universidad de Harvard "enriquecen sus burocracias" con "dólares de los impuestos de las familias estadounidenses en dificultades"; con lo cual las últimas medidas adoptadas por la Administración Trump buscan que este modelo "llegue a su fin", recoge la cadena NBC. Sin embargo, los contenidos de la carta de la administración de Trump a Harvard -ha mandado otras versiones a 60 universidades- parecen contar una historia diferente.

Dicha carta exige que se implante un proceso de revisión de estudiantes extranjeros más rigurosos para asegurar que no se admitan “estudiantes hostiles con los valores estadounidenses”. Demanda que se elimine cualquier medida de diversidad contemplada en el proceso de admisión de estudiantes además de contratación de personal, y que se permita que el estado federal audite este proceso, junto con muchos otros procedimientos internos de la universidad. Además, ordena que se reduzca el poder de estudiantes y de cualquier empleado que “está más comprometido con el activismo que con la educación” y que se refuerce la autoridad de aquellos miembros de alto cargo del profesorado y de la gobernanza de la universidad que “son más fieles a la misión intelectual de la universidad que están comprometidos con los cambios indicados en esta carta”.   

Harvard, en respuesta a las primeras amenazas de Trump la semana pasada, rechazó el involucramiento del gobierno federal en las estructuras de la universidad por “superar el poder del gobierno federal” y por “poner en riesgo los valores” de la universidad. “Ningún gobierno, sin importar el partido en poder, debería dictar que pueden enseñar las universidades privadas, quién puede admitir o contratar y que áreas de estudio o de investigación pueden proseguir” afirmó el presidente de la universidad, Alan Garber.

Harvard denuncia a la Casa Blanca

Este lunes, la institución privada ha denunciado a la administración del presidente por “penalizar a Harvard por proteger su derecho constitucional”. Pese a que la universidad haya afirmado que ha seguido las medidas necesarias para proteger a estudiantes frente a crímenes antisemitas, elemento destacado de la carta de Washington, la universidad califica la congelación de fondos, valorados en 2,2 millones de dólares (1,9 millones de euros), por su incumplimiento como ilegal.

La denuncia califica las actuaciones de la administración de Trump como “abruptas e indiscriminadas” y ha condenado las consecuencias de la congelación de fondos. “Las consecuencias de la extralimitación del gobierno serán severas y de larga duración”, afirma Garber al periódico de la universidad, el Harvard Gazette. “Reducir sin discriminación la investigación científica, médica y tecnológica menosprecia la habilidad de la nación de salvar vidas estadounidenses, fomentar el éxito estadounidense y mantener la posición de Estados Unidos como líder mundial en la innovación”.

Más de 150 universidades firman una carta de oposición a Trump

Más de un centenar de universidades estadounidenses se han unido para firmar una carta que condena las “interferencias” de la administración de Trump en las universidades públicas. Los firmantes forman parte de todos los estratos de la educación universitaria estadounidense y condenan al gobierno por su “extralimitación y la interferencia política que pone en peligro la educación superior estadounidense”.

“Estamos abiertos a reformas constructivas y no oponemos vigilancia gubernamental legítima. Sin embargo, debemos oponer intrusión impertinente del gobierno en las vidas de aquellos que viven, aprenden y trabajan en nuestros campus”, reza la carta. Añade que: “Siempre buscaremos prácticas financieras efectivas y justas, pero debemos rechazar el uso coactivo de los fondos para la investigación”.

Este mismo martes, Trump ha afirmado en su red social, Truth Social, que va a dar el discurso de graduación “en dos GRANDES lugares, la Universidad de Alabama y en WEST POINT”. “¡¡¡Estad atentos a las horas y las fechas!!!”, zanja en el anuncio.

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