En el primer caso alegado de terrorismo este año y el primero asociado a ISIS en 10 años, algunos sospechan que los dos ataques llevados a cabo el 1 de enero podrían estar relacionados, pero la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) ha asegurado que "no existe un vínculo". El atropello masivo de un veterano del Ejército de Estados Unidos en Nueva Orleans (Luisiana) cobró la vida de 15 personas mientras que la explosión de un Tesla en frente del Trump International Hotel de Las Vegas mató a su conductor e hirió a siete personas, de acuerdo con AP. “La FBI está liderando la investigación y están investigando este incidente como un acto de terrorismo”, anunció Biden en X respecto al atentado en Luisiana y el presidente electo, Donald Trump, ha lamentado que ambos episodios hacen de Estados Unidos "el hazmerreir del mundo".
El atropello masivo fue llevado a cabo por un ciudadano de Texas de 42 años, Shamsud-Din Jabbar, que, al atropellar a una decena de personas en Bourbon Street, una calle festiva, salió del coche y empezó a disparar a la policía. Esto resultó en su muerte y la FBI está investigando su asociación con ISIS dado que la camioneta utilizada portaba la bandera del grupo terrorista. “Estamos agotando todas las pistas para identificar a posibles asociados”, comunicó el FBI.
Atribuciones erróneas
Teniendo presente el nombre del culpable del atentado en Nueva Orleans y el clima xenófobo de segmentos de la población americana, algunos personajes políticos están utilizando el suceso para reforzar sus discursos antiinmigrantes.
El hijo de Trump, Donald Trump Jr., tuiteó: “El regalo de despedida de Biden para América – terroristas migrantes”. JD Vance, vicepresidente electo, condenó el ataque con un mensaje de Trump que implicaba que el autor del ataque fue un inmigrante: “Cuando digo que los criminales que entran son mucho peores que los que tenemos en el país, el comunicado fue refutado por Demócratas y los Medios de Fake News, pero resultó ser cierto”. La verdad es que Jabbar no era un inmigrante, era un ciudadano americano y veterano del ejército.
Para la explosión del Cibertruck en Las Vegas, Elon Musk está utilizando el suceso para atacar a los medios y defender su empresa. Respondió a un tuit del activista conservador, Robby Starbuck, que le pide a Musk considerar demandar a medios de comunicación por “sus titulares que sabotean a la marca de Tesla”, diciendo que “igual es hora de hacerlo”. El hecho de que el vehículo fue un Cibertruck y que la localización de la explosión es un hotel de Trump son detalles con suficiente importancia para titular las noticias; además, el tipo de vehículo es el motivo por el que solo murió una persona. El sheriff de Las Vegas, Kevin McMahill, contó: “El hecho de que fue un Cibertruck limitó el daño que ocurrió dentro del valet, porque la mayoría de la explosión atravesó el vehículo y salió”, según CNN. “Tengo que darle las gracias específicamente a Elon Musk”, añadió el sheriff, por proporcionar “información adicional”.
El último mandato de Trump
Es muy posible que el atropello masivo se utilice para justificar el endurecimiento de las medidas de deportación prometidas por Trump y sus políticos, además de reforzar las actitudes preexistentes de sus votantes. El último mandato del presidente ya está caracterizado por extremismos, la pregunta es: ¿en qué medida utilizará atentados como estos para justificar sus restricciones?
También hay que tomar en cuenta que este será su último mandato, por lo que el incentivo de moderar su dirección con el objetivo de reelección desaparecerá, dejando dos posibles escenarios: una política moderada o una política radical. Cabe la posibilidad de que, pese a que su personaje sea ruidoso, polarizante y extremo, es una estrategia política para conseguir el poder y no es totalmente representativo de sus políticas. En su último mandato se vio un escenario similar, donde, a pesar de mantener algunas de sus políticas radicales, el mandato fue algo más suave de lo prometido. Esto podría manifestarse en este término, pero también podría suceder el opuesto; el regreso de Trump a la Casa Blanca podría ser signo de un mandato duro y tajante, fruto del contexto político mundial.
Sin lugar a duda, el auge de la extrema derecha en Europa, las guerras en Oriente Medio y la tensión global han sido caldo de cultivo para la aceptación de un mandato duro. El desencanto con la política protagoniza las elecciones en el mundo, pero Trump supo abordar las preocupaciones de los americanos y hacerles sentirse escuchados, a diferencia de Kamala Harris. Los votantes demócratas sufriendo una desmovilización masiva de más de 13 millones de votantes; en contraste, Trump solo perdió un poco más de 1,5 millones, según datos de Epdata. ¿Por qué? Porque Trump conoce a sus votantes.
La pieza central es la economía. El 93% de los votantes Republicanos y el 81% de todos los electores consideran la economía un tema muy importante en su voto, de acuerdo con el Pew Research Centre. Además, en septiembre de este año, el 89% de los votantes de Trump y 62% de los votantes de Harris estaban muy preocupados por los precios de la comida y de los bienes de consumo. El presidente electo supo abordar estos temas, algo que Harris hizo con menos fuerza. En vez de la economía, la candidata demócrata centró su campaña en el aborto, algo que solo el 51% de todos los votantes consideran un tema muy importante.
Este desequilibrio entre los intereses de los votantes y el discurso de Harris se manifestó en la pérdida masiva de votos y en las cifras. El 89% de los votantes de Trump dijeron, antes de las elecciones, que el presidente electo explicó con claridad sus propuestas para fortalecer la economía. Paralelamente, el 76% de los electores Demócratas dijeron que Harris explicó sus propuestas económicas expresamente. Pese a presentar discursos radicales y, algunas veces, erróneos, Trump sabe apelar a la población. Se tendrá que ver si este mandato, cuya fecha de inicio es el 20 de enero, será tan duro como promete.