Elon Musk ha sido nombrado por Donald Trump como uno de los líderes del nuevo Departamento de Eficacia Gubernamental (DODGE) cuya función es, principalmente, la reducción de la burocracia. Horas después, The Guardian ha hecho pública su salida de la red social X, perteneciente a Elon Musk. “X es una plataforma tóxica y su dueño, Elon Musk, ha sido capaz de usar su influencia para darle forma al discurso político”, denunció el medio en su comunicado.
Elon Musk en la Casa Blanca
El personaje polémico de Musk, junto con Vivek Ramaswamy, va a formar parte del departamento de Trump destinado a la eficacia. Ramaswamy, empresario americano, afirma que Estadios Unidos está sufriendo “una crisis de identidad” debido a las “nuevas religiones seculares como el covidismo, el climatismo y la ideología de género”, según AP. Musk comparte la ideología conservadora y ha formado parte de la esfera de la desinformación, compartiendo información falsa y xenofóbica como, por ejemplo, que los inmigrantes de Haití eran caníbales y secuestraban a mascotas, según NBC News. Además, ha donado decenas de millones de dólares a la campaña de Trump para que ganara la carrera electoral.
El objetivo principal de este departamento es crear un sistema gubernamental “más eficaz” y menos burocrático. Musk propone reducir la cantidad de agencias federales de 428 a solo 99, diciendo en X que “99 agencias federales son más que suficientes”. Reducir la capacidad administrativa de uno de los países con mayor población del mundo, según Statista, a menos de un cuarto, es insostenible dado que un mismo departamento no puede, de manera realista, manejar efectivamente lo que antes manejaba otras tres Agencias separadas. Además, esto es una contradicción ya que es incompatible con la línea discursiva de Trump en X, dónde afirma que va a crear empleo cuando esta proposición es de una reducción sustancial de una plantilla dónde actualmente trabajan más de dos millones de personas, según el informe del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU.
99 Federal agencies is more than enough https://t.co/OmWmfEHqyv
— Elon Musk (@elonmusk) November 13, 2024
Llama la atención que un departamento, cuyos líderes son empresarios ultraconservadores, sin experiencia política, dirijan una Agencia Federal que, supuestamente, va a llevar a cabo “una reestructuración a gran escala”. También proponen “cortar regulaciones excesivas, cortar gastos desperdiciadores y reestructurar Agencias Federales”, o, las pocas que se van a dejar, según su declaración.
Ambos se subscriben a la ideología y los propósitos delimitados en la Agenda 47 de Trump, una hoja de ruta agresivamente proteccionista y peligrosamente ideológica. Ramaswamy estudió derecho en la Universidad de Derecho de Yale, pero nunca ha ejercido el rol, dedicándose al mundo empresarial, mientras que Musk tiene un doctorado en física energética de la Universidad de Stanford. Ninguno de los dos está capacitado para llevar a cabo buenas políticas y, a parte de las propuestas abstractas e indefinidas, la gran incógnita está en cómo van a desmantelar el gobierno de un superpoder sin quebrantar al país entero.
El fenómeno de Elon Musk y Twitter
A Trump le echaron de la plataforma de Twitter en 2021, tras el asalto al Capitolio, por su “incitamiento a la violencia”, según un comunicado del por aquel entonces Twitter. Muchos temían la oferta de compra de Musk en 2022 por miedo a la desregularización y la proliferación de la desinformación. El multimillonario compró la red social en octubre de ese año, trayendo consigo una despedida masiva de la mitad de la plantilla de la red social, junto con la pérdida de calidad en la moderación de contenidos. Poco después, Trump regresó a la plataforma donde hoy día tiene más de 94 millones de seguidores.
The Guardian atribuye su salida de la red social X a la falta de regulación en los contenidos. La pérdida del diálogo domina esta plataforma y el medio inglés no ha sido el único en abandonarla por ello. La compra de Musk provocó la marcha de NPR y PBS, ambos medios públicos americanos. The Guardian ha aclarado que sus periodistas seguirán publicando en la red social y sus lectores podrán compartir sus artículos, pero no van a interactuar con el contenido. Añadieron que llevaban ya “un tiempo” planteándose la ruptura debido al “contenido perturbador promocionado o encontrado en la plataforma, incluyendo teorías conspiratorias de la extrema derecha”. La llegada al poder político de Elon Musk podría suponer otro cambio en el funcionamiento de la red social y un posible quebrantado de su credibilidad.