Tras Felipe González, llega el turno de Alfonso Guerra. La guardia pretoriana del viejo PSOE sale en tromba para rechazar las posibles negociaciones con Carles Puigdemont. El que fuera vicepresidente del Gobierno y también vicesecretario general de la formación, ha instado a Pedro Sánchez a que no acepte la amnistía que exige el líder de Junts para negociar su investidura. “Como ciudadano demócrata y socialista”, ha apostillado el exdirigente del partido en una entrevista concedida a la Cadena COPE. Guerra ha seguido la pauta marcada por el expresidente en Onda Cero. Entiende que tramitar una ley de amnistía conduce a la asunción de que “la democracia española es represora y los golpistas son demócratas”.

El expresident de la Generalitat, con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) como respaldo, exigieron la tramitación de una ley de amnistía exprés como condición para negociar la investidura de Pedro Sánchez. La posibilidad está en el aire y tanto al PSOE como al ala socialista de la Gobierno les sonó bien la música que tocó Puigdemont desde Bruselas, rebajando el lenguaje belicoso que ha mantenido durante años y suprimir la autodeterminación como demanda principal. Su intervención recargada de citas a la Constitución, con la petición expresa de desjudicializar el proceso soberanista, no convence a la vieja guardia socialista. Felipe González ya marcó la pauta el miércoles con una enmienda a la totalidad a la ley de amnistía. Este jueves, su número dos, Alfonso Guerra, hizo lo propio.

El exvicepresidente del Gobierno y ex vicesecretario general del Partido Socialista se rebela contra los poderes fácticos del que un día fue su partido. Guerra ha instado a Sánchez a que no negocie con Carles Puigdemont una amnistía que interpreta como una “condena a la Transición”. “Llevan años buscándola”, ha agregado en la sintonía de Herrera en COPE. A su juicio, aceptar las condiciones del expresident de la Generalitat conllevaría a comprar el relato soberanista, situando a la “democracia española como represora y a los golpistas como verdaderos demócratas”. Para sujetar su argumentación ha parafraseado al historiador donostiarra Juan Pablo Fusi, quien aseguró que “esto que está pasando ahora yo lo vivo como la derrota de mi generación”. “Yo no lo voy a soportar. Yo me rebelo”, ha apostillado el que fuera número dos del aparato socialista.

Eliminar el pasado

Para Alfonso Guerra, en caso de que se tramite y apruebe la ley de amnistía y la sociedad española no reaccione, significará que el país está en plena decadencia. Interrogado por las similitudes entre la medida de gracia que está ahora sobre la mesa de negociación y la aprobada en 1977, el exvicepresidente del Gobierno concluye que no existe ningún paralelismo entre ambas. Incluso ha precisado que “es todo lo contrario”, puesto que en aquel momento se pasaba de una dictadura a un régimen democrático. La interpretación que establece de una amnistía es el borrado del tiempo pasado. En caso de aceptar el guante independentista, quedará escrito en los libros de Historia que “la democracia es represora y los golpistas son demócratas”.

La mano derecha de Felipe González en los años del primer Gobierno socialista, se ha reafirmado en sus epítetos a los líderes del referéndum del 1 de octubre como “golpistas condenados por el Tribunal Supremo”. Así, ha calificado de “tramposa” la diatriba que promueve el nacionalismo catalán, entendiendo que antes de discutir si la amnistía es constitucional, que apostilla que “por supuesto no lo es”, es crucial establecer si el acto en sí es “puro o impuro”.

Ferraz ya no se calla

Después de la advertencia de Felipe González, el Gobierno en funciones, y por ende el Partido Socialista, se afanaron en contener las acometidas del expresidente. La ministra portavoz y titular de Política Territorial salió al paso ante las cámaras de La Hora de TVE, desde donde lanzó un dardo en dirección a la vieja guardia socialista, sabedora de que incrementarían sus quejas después de que el exdirigente del PSOE abriera la veda. Isabel Rodríguez ya no replicó con evasivas, sino que fue al grano, no sin antes aludir al “profundo respeto” que despierta, pese a todo, la figura de Felipe González, sin la que no se podría entender la historia de la formación.

En cualquier caso, la ministra portavoz lanzó un sutil mensaje al exdirigente para recordarle que los tiempos han cambiado y que al frente del partido se encuentra ahora una “nueva” camada de políticos. A ojos de la portavoz del Gobierno, las políticas del expresidente “requieren el respeto de toda una generación”. No obstante, le ha recordado que es precisamente otra quinta, encabezada por el propio Pedro Sánchez, la que dirige la suerte del Partido Socialista. “Estamos enfocados en que España siga avanzando”, puntualizó.