El CIS de octubre ha supuesto un frenazo para las aspiraciones de Vox. El partido de ultraderecha venía lanzado en las últimas encuestas, sobre todo tras la exhibición de músculo en el Palacio de Vistalegre. Sin embargo, en el último barómetro del CIS la formación liderada por Santiago Abascal recibía una estimación de voto del 1,3%, una décima menos que en la anterior medición del mes de septiembre.
No obstante, desde Vox el mensaje sigue siendo de optimismo. Y lo es debido a tres aspectos fundamentales, según han expresado a ElPlural.com fuentes cercanas del partido.
En primer lugar, señalan que el CIS bueno para Vox va a ser el de noviembre. Esto se debe a que el de octubre se realizó entre el 1 y el 9 de este mes, con lo que el efecto post Vistalegre -celebrado el 7 de octubre- apenas es notorio en este barómetro. Sin embargo, en el sondeo de noviembre sí que se verá reflejado este acontecimiento y sus posteriores encuestas.
Andalucía, la primera gran prueba
En segundo lugar, se aferran a un sondeo recientemente publicado por Metroscopia que reflejaba que la formación de ultraderecha podría obtener cerca de 1.200.000 votos en las elecciones generales. Dan más valor a este barómetro que al del CIS, porque se realizó inmediatamente después del acto de Vistalegre. Esto, se traduciría en una estimación de voto de un 5,1% y conseguirían entre cinco y siete diputados, o lo que es lo mismo, que podrían formar grupo parlamentario propio.
De ese más de un millón de votos, una gran parte se obtendría en las elecciones andaluzas del próximo 2 de diciembre. Desde Vox se muestran esperanzados en conseguir un diputado por Sevilla en estos comicios.
Por último, como consecuencia de los dos anteriores aspectos, están seguros de que el número de afiliaciones y donaciones seguirán creciendo. Y esto, sería una muestra más de que las encuestas que señalaban la irrupción de Vox en el tablero político no se equivocaban y que la extrema derecha ha llegado a la política española para quedarse.
