Nuestra ruta comenzó en España y fue bajando por el mapa en vertical desde Mérida hasta las playas de Huelva. Tras cruzar la frontera y conocer el Algarve llega el momento de hacer lo mismo, pero hacia arriba y por Portugal, utilizando un camino más moderno pero que pronto puede ser tan mítico como la Vía de la Plata.

En los últimos años la Estrada Nacional 2  que atraviesa Portugal de Norte a Sur ha sido comparada con la Ruta 66 americana. Está claro que sólo es una forma fácil de explicar que es un recorrido que merece la pena por sí mismo y en el que vas a disfrutar de cada kilómetro. Pero, sin haber estado en la americana, sospecho que esta es mejor, permítanme la osadía de la ignorancia. Sin desmerecer a aquella, esta cuenta con alicientes que no tiene la del otro lado del Atlántico. Los paisajes cambian desde los verdes valles del norte, el secano y vegetación mediterránea del centro a las curvas del sur con aires atlánticos. 

Más de 700 kilómetros para conocer un país, literalmente de arriba abajo, atravesando once distritos y 35 municipios. Y probablemente tenga tan desierta como aquella popularizada en las películas.

Su atractivo y su potencial como recurso turístico es tal que puedes conseguir un pasaporte al estilo del que se usa en el Camino de Santiago para ir sellando los lugares por los que pasas. Aunque, como es una ruta asfaltada, a quienes les encanta de verdad es a los moteros, que la recorren casi en exclusiva. Lástima que algunos confundan un road trip con un circuito de carreras y se pongan en peligro ellos a la vez que a todos los demás. Esa necesidad de ir atento a los kamikaces de casco hueco es lo único que puede ponerte nervioso en este recorrido. Claro que también los hay que van con prudencia, no se me enfade nadie.

Indicador de la Estrada Nacional EN2 Chaves   Faro ©Leequid Magazine

De Faro a Beja por la carretera bonita

Si lo que quieres es llegar pronto hay otras carreteras que te ahorrarán más o menos una hora de viaje. Pero aquí hemos venido a otra cosa y vamos a evitar las vías rápidas para utilizar la clásica N2 estando atentos nada más salir de Faro.  Casi inmediatamente nos daremos cuenta del cambio del paisaje, y comenzarán las curvas y las pendientes a una pequeña sierra que, para los que hayan comenzado la ruta en el extremo opuesto (Chaves, a 738 kilómetros de aquí) y vengan en moto, será la guinda del pastel cuesta abajo. Para nosotros, es la confirmación de que dejamos (de momento) el nivel del mar y las maravillosas playas del sur para internarnos en un no menos maravilloso país, antigua Taifa compartida con España.

Esta carretera atraviesa pequeños pueblos y pasa cerca de miradores, ruinas romanas y otros atractivos turísticos, entre los que cuesta decidirse. Para nosotros, el destino y donde hay que poner la atención es en la misma carretera.

Otra vez, invita a bajar las ventanillas, reducir la velocidad y simplemente viajar. De vez en cuando podrás ver los indicadores de piedra que marcan la estrada N2, con la distancia entre ambos extremos. Unos hitos de señalización que han pasado a ser tan pintorescos y fotografiables, como las placas con forma de escudo de la Ruta 66.

Distancias kilométricas en una antigua casilla de mantenimiento de la carretera N2 ©Leequid Magazine

También nos encontraremos con las antiguas casillas de los trabajos de mantenimiento, que hoy están siendo restauradas y puestas en valor (otra vez, ¡qué envidia cómo conservan nuestros vecinos su patrimonio!), en cuyas fachadas aparecen los diferentes kilometrajes a puntos del recorrido. Puedes mirarlos o no para decidir dónde vas a parar. Déjate llevar y guiar por tu instinto. Y para comer, será raro que no haya una tasquinha en alguno donde no te espere una buena refeiçao.

Desde que partimos de Mérida tenemos la sensación de ser exploradores o pioneros del turismo de otra era. Aquí se acentúa.

Las viejas carreteras que fueron relegadas por autovías están siendo redescubiertas y, siguiendo el ejemplo de la N2, en España ya hay quien propone rutas como la N-623 (antigua vía de paso entre la meseta y el Cantábrico) o la N-340 (de Cádiz a Barceloina) por su riqueza paisajística y el volver a atravesar por poblaciones ancladas en el tiempo. Pero parav eso habría que recuperar muchas cosas que aquí siguen intactas. Por ejemplo, en España se talaron los árboles a los lados de las carreteras para evitar accidentes. Era más rápido eso que educar a un español medio para que mantuviera la atención y la velocidad adecuadas.

Las carreteras de Portugal como la N2 mantienen los árboles en las cunetas ©Leequid Magazine

 

En Portugal es más que habitual recorrer bajo la sombra protectora de sus ramas infinidad de estradas. Aquí el peligro es que la belleza y la nostalgia te contagien esa saudade tan lusa.

 

Hoy dormimos en Beja, capital alentejana

A la altura de Castro Verde, hay que dejar momentáneamente la N2 para llegar a nuestra siguiente etapa. En Castro Verde también es buena idea detenerse un rato para admirar su arte, sus monumentos y su cultura. Aquí tuvo lugar la Batalla de Ourique, que según la leyenda paralela con la española de Clavijo, contó con la presencia de Santiago Caballero (el apóstol del caballo blanco con sobrenombre tan anacrónico de "matamoros", con perdón…). La historia está contada con esos preciosos azulejos que decoran la iglesia de Nossa Senhora da Coinceiçao, también conocida como Basílica Real. En las inmediaciones también podrás admirar unos bonitos molinos que te recordarán por sus velas más a los mediterráneos que a los manchegos, eso sí. Y si te gusta el ecoturismo, el paisaje invita a quedarse aquí. Pero nosotros tenemos un plan y vamos a cumplirlo.

Hace ya kilómetros que el paisaje cambió por las dehesas y las grandes llanuras de cereal, olivo o vid. Si no miras los carteles, podrías estar en un paisaje de cualquier otro lugar peninsular más al este en paralelo. El Alentejo tiene mucho en común con, por ejemplo, la Extremadura española. Por tipo de agricultura, por clima… por los quesos, los vinos (excelentes) y hasta por el gazpacho, que es algo más líquido que el andaluz, pero también con tropezones para tomar con cuchara. Incluso hay quien dice que a este lado de La Raya se están criando cerditos que luego llevarán la etiqueta de Ibérico, que es D.O. española… si es así, es a lo único que no le han pillado el punto porque nuestro mítico pata negra no tiene parangón aquí.

En aceite, vino, queso y otras chacinas son sin duda rivales más que dignos, olvida eso de que como en España no se come en ningún sitio, lo siento.

 

Pero dejemos discusiones que no llevan a ninguna parte porque entran en juego los gustos personales de cada cual, y volvamos a la geografía e historia. Si leíste el anterior capítulo de esta guía, sabrás que estamos en la ciudad en la que nació el rey taifa y poeta almohade al-Mutámid.

Una calle de Beja en el Alentejo ©Leequid Magazine

Beja está en el Baixo Alentejo, en el corazón de la zona conocida como Planície Dourada por estar rodeada de campos de trigo. Aunque tiene un aeropuerto, no será fácil ver ni oír una aeronave. Mucho más fácil será volver al pasado si llegas un sábado y asistes al mercado semanal que se celebra alrededor del castillo.

Por aquí, una vez más, han pasado todos los grandes pueblos de la historia, desde la fundación por los celtas y el establecimiento de cartaginenses, romanos, suevos y visigodos, a su pertenencia al reino Taifa de Sevilla y su posterior reconquista cristiana hasta hoy. Por eso los restos arqueológicos y arquitectónicos son abundantes y de gran interés. En este caso sospechamos que la pandemia tiene mucho que ver con que no haya casi gente, menos aún turistas, por las calles. Aunque cuenta con una Pousada (equivalente a nuestros Paradores) y algunos buenos alojamientos, ni son muchos ni tampoco hay demasiados restaurantes. Los que hay son buenos, pero donde no hay mucha hostelería es porque no hay muchos visitantes. ¡Y viceversa! No se puede decir que las autoridades no lo intenten, porque la población cuenta con museos y otros equipamientos culturales de mención, pero se dan tres circunstancias con el potencial turístico de Portugal que estamos comprobando kilómetro a kilómetro. En primer lugar, que los propios portugueses no son tan de moverse por su mapa como los españoles, que no se quedan en casa ni con la nevada del siglo. Hasta el confinamiento y cierre de fronteras, muchos nunca habían hecho turismo local en su propio país. En segundo lugar, los españoles que llenamos cualquier sitio, apenas estamos descubriendo este destino, y preferimos sus playas o las típicas Lisboa y Oporto (que son joyas indudables) al interior.

Algo raro pasa, una falta de interés y un estar de espaldas a nuestros vecinos más próximos, nos hace preferir hacer 1.000 kilómetros de una punta a otra de España en lugar de 400 a un punto de Portugal en coche.

Bueno, en honor a la verdad, cuando estábamos en el interior de Badajoz o Huelva nos preguntábamos lo mismo. Y la respuesta sigue siendo también la misma: menos mal que nos queda Portugal (a los que no queremos otro tipo de viajes). Ya saben, hay gente pa’tó. Y aunque a los negocios locales les vendría bien más movimiento, a nosotros nos encanta encontrar la paz. Y desayunos como este, del que solo sale la mitad en la foto, que no sabemos muy bien por qué lo llaman Pequeno Almoço...

 

Un desayuno alentejano al que no sabemos por qué llaman Peqeno Almoço ©Leequid Magazine

Portugal, tenemos un problema

Como si estuviéramos en la cápsula del Apolo 13, desde Beja nos surge un bendito problema: ¿Y ahora qué? Son tantas las posibilidades que ofrece en tan pocos kilómetros el Alentejo que necesitamos cinco rutas como esta para conocerlas. Si queremos playa,  podemos ir tras los pasos de Al Mutamid otra vez hasta Sines y perdernos en cualquiera de las de su Reserva Natural. O bajar hasta la Costa Vicentina, o subir hacia Comporta

Si las playas del Algarve te gustaron, espera a conocer estas. Igualmente necesitamos otra serie de artículos solo para guiarte por ellas. 

Pero da igual, te va a gustar sus olas, sus dunas, su estado virgen en la mayoría de los casos o bien cuidadas en el resto. Así que vamos a optar por lo fácil y caballo ganador: nos vamos a Lisboa. Pero no guardes el bañador. Desde allí podrás ir a la playa de Caparica en menos de una hora con solo cruzar el puente 25 de Abril. Una playa de dunas que si estuviera a esa distancia de Madrid o cualquier capital española, sería otra cosa. Quien recuerde lo que era Santi Petri (Cádiz) antes de que se la cargaran los resorts, sabrá a lo que nos referimos. Ahí lo dejamos.

Aunque también puedes ir hacia el noroeste y bañarte en Cascais o las playas de Sintra, que son mucho más que la romántica villa del Palacio Da Pena y resto de esotéricos monumentos, como la de Azenhas do Mar, con su piscina de agua de mar y todo…

Azenhas de Mar es una playa de Sintra aún poco conocida @Leequid Magazine

Obviamente no vamos a extendernos con lo que te ofrece Lisboa y alrededores porque morirías de ansiedad. Solo te decimos que si no has estado nunca, dos noches se te hará poco. Y si has estado, también. Nosotros emprenderemos en la siguiente etapa el viaje de regreso a este lado de La Raya, en la que encontraremos las huellas de los judíos que residieron en ambos lados y volveremos a encontrarnos con nuestros viejos conocidos de las órdenes del Temple y Alcántara. ¡No te lo pierdas!

 

Leer la serie completa:

  1. Road Trip por el sur de España y Portugal: dos semanas de historia, gastronomía, naturaleza y paisajes compartidos (I)
  2. Road Trip por el Sur de España y Portugal (II): secretos de arte, historia, gastronomía y paisaje en una ruta circular por descubrir
  3. Road Trip por España y Portugal (III): De la Sierra de Aracena a las arenas del Rocío
  4. Road Trip por España y Portugal (IV): Por los Algarves de aquí y de allá tras las huellas de Al Mutadid.
  5. Road Trip por España y Portugal (V): Por la N2 hasta Lisboa, pasando por el Alentejo
  6. Road Trip por España y Portugal (y VI): Un final a lo grande con Dólmenes, Templarios y Juderías

 

Nota aclaratoria: Esta serie de artículos no tiene ningún contenido de marca o patrocinado. Cualquier establecimiento, punto turístico, hotel, restaurante, etc que sea citado será a partir de la experiencia del equipo de redacción que ha realizado la ruta, con su criterio personal y con fines informativos objetivos.