Te invitamos a un Road Trip por la Península Ibérica con una guía de lugares imprescindibles. Siente el placer de viajar como en otra época y redescubre la zona conocida como "La Raya" con nosotros. Una serie veraniega pero que puedes utilizar en cualquier época del año por su divesidad de paisajes. Comenzamos en este primer reportaje con la província de Badajoz, inicio de la ruta.

El turismo pandémico —porque aún no podemos hablar de postpandemia— está fomentando un turismo primigenio que recorre el interior y se nutre de turistas nacionales que compensan la menor llegada de extranjeros. Además, buscamos espacios abiertos, naturaleza y lugares poco concurridos. Evitamos subir a un avión y sacamos el coche que teníamos olvidado durante el confinamiento con más ganas que nunca. 

Por eso, hemos preparado una ruta por destinos de increíble belleza y valor histórico, rebosantes de cultura y que siempre han quedado a la sombra de otros grandes destinos.

Una propuesta que dura entre diez días y dos semanas, pero en la que bien podrías quedarte tanto tiempo como tengas y de la que te costará regresar. Te recomendamos un mapa de los de antes para marcar los puntos, utiliza Google para localizar los sitios donde comer o cenar (alguna pista interesante te daremos, pero hoy las aplicaciones y los comentarios de los usuarios son una guía perfecta) y deja el móvil para lo demás. Utiliza las oficinas de turismo que encuentres a tu paso, y vuelve al placer de preguntar a los paisanos. Puedes llamarlo Slow Life, aunque a nosostros nos gusta más ser viajero consciente... ¡Arrancamos!

La Raya que nos une y nos separa entre España y Portugal

El viaje utiliza como eje central la frontera entre dos países, conocida como La Raya, que han vivido de espaldas pese a compartir siglos de historia y costumbres de todo tipo. Especialmente en el lado español, Portugal siempre ha sido la gran desconocida y la que más tópicos padece. Aún hoy hay quien solo piensa en ir a comprar toallas o recuerda el café de contrabando. Y si bien es cierto que la industria textil del algodón es excelente en el país vecino —y las grandes marcas internadionales fabrican allí por algo— también lo es que produce mucho más que eso. Por ejemplo, los vinos portugueses han alcanzado un nivel igual o superior al español y, sin embargo, es casi imposible encontrar alguno en nuestras tiendas. ¿Cuántos conocen más allá del Oporto o el Vinho Verde las D.O. Tejo, Lisboa, Palmela, Dão, Douro, Alentejo, Setúbal…  Lo mismo podemos decir de sus quesos, o la cerámica, o el calzado. Y no sólo artesanía ¿Sabías que Leica fabrica cámaras en Portugal bajo la marca Leitz?  

A este lado de la Raya, los pueblos fronterizos en los que esa raya dibujada en un mapa nunca fue física se difumina cada vez más gracias a la Unión Europea y las diferentes acciones de cooperación de todo tipo entre ellos.

 

Aunque la verdad es que tampoco son precisamente lugares de sobra conocidos por el resto de españoles. A Badajoz o el norte de Huelva le ocurre seguramente lo que a otras provincias de interior como Guadalajara, Palencia, Ciudad Real o Albacete: son de paso y con suerte paramos en la capital, ignorando la riqueza de toda su extensión. Sus pueblos y recursos turísticos están, salvo excepciones, ni muy cerca de las grandes capitales como para visitarlas en un día, ni tan lejos como para organizar unas vacaciones largas. Pero atractivos tienen de sobra para que las visites con calma, saliendo de las autopistas, y volviendo al espíritu viajero.

En este viaje te sentirás un turista de otra época

Hubo un tiempo en el que viajar era diferente. Sin AirBnB, sin Google Maps, sin Starbucks o McDonald's y sin autobuses de japoneses, sin la misma foto de instagram que otras mil personas al día. En esta ruta, si te lo propones, te sentirás a veces como aquellos españolitos que llegaban en verano a su pueblo en un seiscientos que nunca antes habían visto, y a veces como aquél viajero europeo que llegaba a España y se encontraba con un escenario exótico y virgen, donde las señoras te miraban detrás de las rejas de sus ventanas y los niños te seguían por la calle como si fueras extraterrestre.

Lo creas o no, aún hay lugares en los que no ven un forastero en meses, mesones en los que no hay carta en inglés y alojamientos que son una casa familiar, casi como aquellas habitaciones que alquilaba Cela en su Viaje a la Alcarria. ¿Te apetece?

Y no exageramos. Como muestra, una primera anécdota: Subir por la callejuela empedrada de una empinada villa medieval buscando el acceso a su castillo y que una señora que barre su puerta te salude con un “Bienvenidos a Extremadura”, no es algo que te haya pasado muchas veces fuera de una oficina de turismo ¿verdad?

El Teatro Romano de Mérida sigue en uso 2000 años después

Inicio de la Ruta: Mérida (Badajoz)

Elegimos este punto neurálgico porque es el de obligado paso para la mayoría de los viajeros que lleguen de España. Lógicamente, si tu origen es más al Sur o empiezas en Portugal, puedes recorrer esta ruta en el orden que quieras, ya que es circular. Pero Mérida está en ese cruce milenario de caminos que une Norte y Sur (desde hace años es la vía recomendada para llegar a Sevilla, Cádiz o Huelva desde Madrid, en detrimento de la vieja N-IV).

Comenzar el viaje aquí tiene ya mucho de simbólico, al ser Emérita Augusta uno de los lugares más importantes de la calzada romana que unía la Península con la metrópoli de Roma, pasando por Cesaraugusta (Zaragoza).

 

Mérida tiene mucho que ver y merece una noche por lo menos, especialmente en verano para disfrutar de su magnífico Festival de Teatro Clásico. Es algo que todo amante del arte, la historia y la cultura debería hacer una vez en la vida. Pone la piel de gallina pensar que estamos haciendo lo mismo que hace 2.000 años, escuchando tal vez los mismos versos si hemos escogido una obra de la época y bajo las mismas estrellas. Por cierto, no te confíes y aunque haga mucho calor por el día, lleva una prenda de abrigo para cuando cae la noche, que baja la temperatura y puede arruinarte el momento. Aunque lo que más te lo puede arruinar es que los espectadores que no saben a lo que van, decidan estar consultando su whatsapp y haciendo fotos o vídeos a pesar de estar prohibido, rompiendo con sus pantallas iluminadas la magia del momento y del entorno. Así que, si no vas a disfrutar de dos horas de magia, tal vez prefieras quedarte en alguna de sus terrazas y comenzar a disfrutar de la gastronomía extremeña, de la que hablaremos en mayúsculas en la siguiente parada y dejar en paz a los que han pagado para ver una obra en vivo.

 
Callejuela de Zafra ©Leequid Magazine

Zafra, campamento base antiguamente amurallado y hoy con las puertas muy abiertas

Desde Mérida tomaremos la Vía de la Plata (A66) con paciencia, sabiendo que si nos acomodamos en Zafra dos o tres noches, podremos recorrer la mayor parte de los tesoros que iremos dejando a nuestro paso. Es buena idea, eso sí, parar en Almendralejo y, además de recorrer sus calles y admirar sus monumentos, hacerse con alguna botella de buen vino de la zona. En los últimos años, además de excelentes caldos blancos o tintos bajo la D.O. de Ribera del Guadiana  (que además cuenta con su propia Ruta de Enoturismo), Almendralejo ha destacado por su producción de espumosos bajo la D.O. Cava, compitiendo y poniendo en jaque a otras zonas que hasta hace poco estaban en posesión de la exclusiva. No entraremos aquí en discusiones ni polémicas, pero pruébalos. Eso sí, si vas a seguir muchos días de viaje, no los dejes en el maletero porque no llegarán sanos y salvos a tu casa. Mejor aprovecha a pedirlos en la cena, si vas a volver al hotel andando, y completa cada día de esta ruta con una experiencia de las de verdad. Con moderación en la cantidad pero no en el disfrute. Y este consejo, puedes guardarlo para todas las demás etapas del road trip, porque vamos a visitar zonas de grandes vinos para todos los gustos. ¡Salud y precaución!

La plaza grande de Zafra @Leequid Magazine

Zafra es una pequeña localidad que sin embargo cuenta con el título de ciudad por su importancia histórica y ser cabecera comarcal industrial y partido judicial. Aunque en sus calles se respira el ambiente de pueblo en el mejor sentido de la palabra. Intramuros, como si fuera una caja de bombones, descubrirás rincones y callejuelas para perderte en su paz.

Una paz que por la noche compartirás con una de las mayores colonias de salamandras (o salmaquesas) que hemos visto nunca, protegiendo sus encaladas casas y haciendo tertulia en grupo bajo cada farol.

 

Por esas calles llegarás a la Plaza Grande y la Plaza Chica (unidas por una de sus esquinas) en donde podrás descansar en cualquiera de sus terrazas, ocupadas más por propios que por extraños, y pedir tu primer plato de ibéricos. ¡Ah, los ibéricos! Hasta muchos vegetarianos rompen su credo por un buen plato de jamón de bellota. Y es que aunque Jabugo (Huelva) o Guijuelo (Salamanca) lleven la fama mundial, estamos en una de las zonas productoras de carne ibérica de más calidad, a mitad de camino entre ambas denominaciones, pero a la par en calidad y sabor.

Sentarse en una mesa de Zafra (y alrededores) y no pedir ibéricos es perderse la mitad o más del viaje. Secreto, pluma o presa si lo quieres cocinado. Jamón, lomo o chorizo, si lo quieres embutido.

Más allá del tópico o el mito, olvida todo lo que hayas probado con ese nombre antes, porque te chuparás los dedos literalmente.

Y para dormir hay muchos lugares, empezando por el Parador Nacional —un castillo del SXV, Palacio de los Duques de Feria— que cumple su función de poner en valor el destino poco habitual y fomentar el desarrollo de la industria turística en la zona (que es el objetivo original de los Paradores Nacionales), aunque a nosotros nos gusta más optar por pequeños establecimientos y casa rurales en los que el trato es más personal y la experiencia más auténtica. Estamos seguros de que disfrutarás con la conversación de sus dueños y que éstos harán todo lo posible por que te sientas en casa.

Qué ver desde Zafra en dos o tres días

Dijimos que Zafra era un buen campamento base porque desde allí hay una buena distancia en kilómetros para visitar otras zonas maravillosas de Badajoz en un radio de una hora aproximadamente. Vamos a dividirla en tres minirutas circulares que seguro te dejarán con ganas de volver y, tal vez, usar alguno de los sitios visitados como nuevo campamento base.

 

A Badajoz por Feria, Fuente del Maestre y volviendo por Olivenza y alguna sorpresa

Por la mañana, después de un buen desayuno en Zafra, volveremos sobre nuestros pasos pero, en lugar de tomar la autovía de la plata, usaremos la N-432 en dirección a la capital de la provincia. Una carretera en perfecto estado que recorre un paisaje encantador en el que se alternan cultivos de olivo, fruta o vides con ganado vacuno, ovino y porcino. Paisaje que ya nos habla de lo que encontraremos en las mesas por toda la ruta. A los pocos kilómetros de Zafra ya tendremos las dos primeras paradas: Feria y Fuente del Maestre, situadas una enfrente de la otra a ambos lados de la carretera. 

Comenzamos por Fuente del Maestre, que debe su nombre al Maestre de la Orden de Santiago Lorenzo Suárez de Figueroa, aunque hay indicios de que también contó con la presencia de los siempre intrigantes Templarios y los orígenes se remonten muchos siglos antes. El caso es que hoy el palacio del Gran Maestre es uno de sus principales atractivos turísticos, con permiso de la impresionante Iglesia de la Candelaria. Con su mezcla de estilos Gótico, mudéjar, renacentista y barroco, lo primero que llama la atención son sus dimensiones, sin lugar a dudas, monumentales.

Tómate el tiempo que necesites para recorrer sus calles, tómate un café con calma o, si estás impaciente, vuelve a la ruta y dirígete a Feria. Con su imponente torre en lo alto de la loma y su caserío blanco en la ladera, invita a ser conquistada. Eso sí, será mejor que lo hagas a primera hora en verano, o lo dejes para cuando cae la tarde a tu vuelta u otro día, porque lo que ves es lo que hay: cuestas empinadas que hay que recorrer a pie. Pero cuando lo haces, que tampoco es para tanto, obtienes tu recompensa.

El casería blanco de Feria a los pies de su castillo ©Leequid Magazine

El castillo del señorío de Feria es ahora un centro de interpretación, desde el que las vistas son espectaculares, y la plaza junto a la Iglesia de San Bartolomé rebosa encanto con su kiosko de música, su viejo cine y su explanada que se llena de terrazas al atardecer.

 

Viejo cine en Feria (Badajoz) ©Leequid Magazine (1)

Además, recuerda que al final, el camino de vuelta será cuesta abajo. Y sí, se puede subir hasta arriba en coche, pero no te lo recomendamos si tu estado de salud es normal. La gracia está en caminar por sus callejuelas despacio, saludar a su gente y pararse en cada esquina a tomar aire y observar una maceta, una cornisa o unos niños jugando. ¡Este es un road trip pero sólo de parada en parada!

Badajoz, la capital olvidada que no lo parece

Volvemos a la N-432 y disfrutando de su paisaje relajado, llegaremos a Badajoz capital. Su posición pegada a la Raya pero desviada de la Autopista Madrid - Lisboa, hace que pocos se paren allí. Si tenemos en cuenta además que la capital administrativa de la Comunidad Autónoma se estableció en Mérida, según cuentan las malas lenguas para evitar rivalidades entre esta ciudad y Cáceres (razones históricas y equidistancia kilométrica entre ambas ciudades aparte), entenderemos mejor por qué una ciudad así es tan desconocida y poco frecuentada como destino turístico. Y no lo decimos nosotros, lo dicen en la Oficina de Turismo municipal, cuando te avisan de que puedes comer en cualquier sitio y que ningún museo es de pago porque “aquí no hay turistas”. Bueno, salvo la Catedral, que sí que hay que pagar entrada. Son muchos los alicientes que tiene Badajoz y que se disfrutan en una mañana o una tarde, gracias precisamente a que no habrá colasm ni turnos ni horarios a reservar, en los lugares de interés. Aquí vamos a destacar solo dos de ellos. Como lugar al que entrar, el MUBA  sorprende por la calidad de su colección de arte, compuesto en su mayoría por obras de artistas locales pero que puedes encontrar en colecciones y pinacotecas de todo el mundo. Desde Luis de Morales o Zurbarán a Felipe Checa o Juan Barjola. Presumen de ser la quinta mejor colección pictórica de España, y lo creemos. Especialmente sus obras regionalistas son de obligada visita para los aficionados.

 
Museo de Bellas Artes de Badajoz ©Leequid Magazine

 

Y tranquilo, que probablemente seas el único que recorra sus salas en ese momento. Una gozada en el extremo opuesto de lo que suele ocurrir en los museos como El Prado o el Louvre, y gratis.

 

Pero la segunda visita que no debes perderte es más fácil aún es tan sencilla como la propia calle. Badajoz es el ejemplo perfecto de la vida en una ciudad española de provincias. Dicho lo de provinciano sin connotaciones negativas, al contrario. Dijimos al principio que este Road Trip por España y Portugal te haría sentir como aquellos primeros turistas de los años 70, que encontraban un destino virgen y auténtico. Así nos hemos sentido recorriendo sus calles, mirando sus escaparates de comercio tradicional, desayunando (otra vez) una tostada en una terraza… aquí todo está pensado a la medida de los habitantes habituales y te invitan a compartirlo tal y como es.

Cierto es que esa falta de turistas, más los efectos de la pandemia, han erosionado el tejido comercial y en algunos rincones se sienten los estragos, pero compensa con la ausencia de un impersonal Starbucks donde antes había una zapatería.

Tú eliges. Como buena ciudad de provincia, a la hora del aperitivo los bares y tabernas se llenarán de quienes cierran sus tiendas o salen de las oficinas públicas y privadas para tomarse un vino o un vermú con una tapa antes de irse a casa a comer y dormir la siesta. Lo de llevarse el tupper al trabajo aquí no aplica y a uno le da mucha envidia. Nota mental: Dicen que con el confinamiento hemos vuelto la vista a los pueblos y las casas con jardín y que el teletrabajo vaciará los grandes edificios de oficinas. No sabemos qué ocurrirá, pero en una ciudad de la dimensión de Badajoz tal vez esté el equilibrio perfecto.

Comercio tradicional en Badajoz @Leequid Magazine.jpg

 

Dejamos Badajoz con la sensación de que algo nos estamos perdiendo seguro (aparte de lo que no citamos aquí para que haya sorpresas cuando vayas) y nos dirigimos muy cerca, al pueblo que mejor representa la esencia rayana: Olivenza, donde muchos tienen la doble nacionalidad.

Podemos describir el lugar como un pueblo portugués, con su arquitectura manuelina, su calzada portuguesa y todo, en territorio español.

Y es que la ciudad ha sido de unos y de otros a lo largo de su historia, sin contar con el periodo en el que ninguno de los dos países existía y aquello era la Lusitania romana. Alfonso IX y los templarios lo conquistaron para el reino de León en 1230, Castilla lo cedió a Portugal en 1297, es clave en ese periodo tan poco conocido de nuestra historia en el que Felipe II ostentó la corona de ambos países y que acabó (para pena de muchos y alivio de otros, aún hoy) en el Tratado de Lisboa de 1668. Y vuelta a empezar con la Guerra de las Naranjas de 1801 en la que España conquista de nuevo la preciada ciudad.

Fachada Manuelina del ayuntamiento de Olivenza ©Leequid Magazine

Y no nos sorprende tanta disputa porque la ciudad es preciosa. Como tampoco nos sorprende que muchos portugueses la consideren una causa justa y la comparen con Gibraltar, aspirando a recuperarla algún día. En todo caso, lo cierto es que hoy ha dejado de tener sentido disputar a quién pertenece porque la realidad demuestra que es a los dos y a ninguno. En Olivenza puedes hablar castellano o portugués, y tener el DNI que elijas, o los dos. Como símbolo de cómo las fronteras, los idiomas o la historiaa no deben separar sino unir, y de cómo la península ibérica es un pueblo mestizo, es perfecto. Y una vez más sólo nos queda dejarte que lo descubras por ti mismo.

Déjate soprender por pequeñas carreteras, circulando despacio como en un safari

Volvemos a Zafra y lo hacemos esta vez por carreteras comarcales, en las que ir despacio, tratando de encontrar bajo las encinas a los cerdos ibéricos alimentándose de bellotas a la sombra, o la infinita fauna salvaje que puebla unos montes selváticos por los que transcurren pocos vehículos y en donde parece que estás a miles de kilómetros de la civilización (aquí las carreteras no son tan buenas, pero tampoco te cruzarás con muchos. Eso sí, no te confíes, Puedes encontrarte desde un tractor a un rebaño, un venado o un lince...) y antes de arribar a la ciudad amurallada de nuevo, aún puedes pararte si tienes tiempo y no estás muy cansado en alguno de los pueblos que te encontrarás al paso. Por ejemplo, Barcarrota. Esta pequeña población, habitada desde tiempo de los íberos y que cuenta con algunos de los muchos dólmenes de los que abundan en Badajoz, fue cuna de numerosos conquistadores, incluyendo a Hernando de Soto, descubridor de La Florida. Aunque pequeño, sus calles esconden algún que otro tesoro, como la iglesia de la Virgen del Soterraño, con sus leyendas que una vez más hacen referencia a los caballeros Templarios y de la Orden de Alcántara, o un casino de finales del Siglo XIX de estilo Art Nouveau rodeado de casa modernistas.

Tesoros ocultos que están allí para quien se moleste en buscarlos fuera de las rutas más concurridas.

Vamos a parar a descansar, que los kilómetros, el calor y las emociones han sido fuertes, y nada mejor que sentarse de nuevo al caer la tarde en la Plaza Chica o la Grande de Zafra, pedir un plato de ibéricos y un tempranillo de la zona, y relajarse contemplando a los niños jugar en la fuente, como toda la vida.

Una taberna en Zafra (Badajoz) ©Leequid Magzine

No te pierdas las siguientes etapas de este Road Trip. En el próximo capítulo, visitaremos lo que llaman la capilla sixtina rural, un cine modernista y un mini teatro romano en medio de la nada por la mañana y seguiremos los pasos de la Orden del Temple en una de sus principales encomiendas... 

Nota aclaratoria: Esta serie de artículos no tiene ningún contenido de marca o patrocinado. Cualquier establecimiento, punto turístico, hotel, restaurante, etc que sea citado será a partir de la experiencia del equipo de redacción que ha realizado la ruta, con su criterio personal y con fines informativos objetivos. 

Leer la serie completa:

  1. Road Trip por el sur de España y Portugal: dos semanas de historia, gastronomía, naturaleza y paisajes compartidos (I)
  2. Road Trip por el Sur de España y Portugal (II): secretos de arte, historia, gastronomía y paisaje en una ruta circular por descubrir
  3. Road Trip por España y Portugal (III): De la Sierra de Aracena a las arenas del Rocío
  4. Road Trip por España y Portugal (IV): Por los Algarves de aquí y de allá tras las huellas de Al Mutadid.
  5. Road Trip por España y Portugal (V): Por la N2 hasta Lisboa, pasando por el Alentejo
  6. Road Trip por España y Portugal (y VI): Un final a lo grande con Dólmenes, Templarios y Juderías